Él se sentó al otro lado de la mesa. Contento con sus manitas sobre la cabeza, dijo: ―¡Para nada! Youyou es feliz si mami disfruta de mi cocina.
―¡Youyou cocina muy bien, es mejor que las de los chefs ganadores de Michelin!
Ella levantó su pulgar sin vergüenza llenó de elogios a su bebé.
Se sonrojó y apresuradamente le dijo: ―Mami, termina pronto de cenar. ¿Y si se enfría de nuevo?
―¡Ajá!
Levantó su tazón de arroz y se devoró su contenido recién calentado.
Su hijo la observó un rato antes de decir en voz baja:
―Mami, Youyou quiere preguntar algo.
―¿Sí?
―Ese hombre que presentaste como tu profesor de universidad… ¿Quién es él exactamente?
Ella terminó atragantándose con un bocado de arroz que intentaba comer cuando él le hizo aquella pregunta. La hizo toser sin parar.