―Sí, quiero jugar. Dame el arma.
El Pequeño Yichen dijo esa corta pero firme respuesta.
¡La empleada estaba en un aprieto debido a su petición!
―¡Pero… el arma es muy pesada!
―Lo sé ―empezó a impacientarse―. Puedo cargarla.
―…
La trabajadora no estaba convencida.
Oh, por favor. ¿Qué edad tiene este chico? Parece que tiene unos seis años y apenas alcanza la altura del mostrador del juego.
Esa pistola de juguete, que era una réplica de una de verdad, era inusualmente pesada, ¡unos 10 kilos!
Ante su vacilación, se le estaba agotando rápidamente la paciencia al muchacho.
―Por favor, dame el arma.
―¡Dejaré que lo intentes! ―pensando que él quería crear problemas, la trabajadora empezó a quejarse en su interior de los padres del niño. Este parque de entretenciones es tan grande; ¿cómo pueden dejar que el niño ande solo? ¿Y si el niño se pierde?