Yun Shishi se estaba impacientando esperando en el lavabo cuando escuchó el sonido de movimiento, seguido de suaves golpes en la puerta que provenían desde fuera.
No obstante, no era la voz profunda del hombre la que le habló.
―¡Señorita Yun, he venido a entregarlo algo por orden del CEO!
La voz era suave y femenina.
Abrió la puerta para encontrarse con la asistente del hombre. Al observar la enorme bolsa de compras que llevaba en su mano, inmediatamente se sintió incómoda.
―¿Compraste esto?
―¡No, el director Mu compró todo esto! Señorita Yun, el director la trata muy bien. Después de todo, ¿qué hombre compraría personalmente tales artículos a petición de una mujer?
Ella se sintió encantada de oír eso. Tomó la bolsa, y una vez que examinó de cerca su contenido, de repente, no supo si reír o llorar.
Había comprado un montón. ¿Él no sabía que esas cosas tenían fecha de caducidad?