Mu Xuan estaba de mal humor desde que dejaron el planeta rojo. Nada había sido fácil en lo que respecta a su plan de educar como correspondía a su joven cría sobre el conocimiento común de la galaxia para que ella evitara los peligros.
Al menos estaba aprendiendo bien. Su primera reacción al encontrarse con una nueva raza ya no fue acercarse a ellos, sino hojear las notas que había preparado. Con una cría tan diligente, debería estar contento, pero con los incidentes que siempre se presentaban, ya no podía mantener el espíritu en alto y hasta empezó a albergar el impulso de vengarse de la sociedad.
¿Cuándo demonios surgieron estos pensamientos? Podía pasar por alto el encuentro con la carrera del agua, pero luego ella había conseguido fecundar a un hombre. Sin embargo, él podría pasarlo por alto, ¡ya que ella era después de todo su propia cría!