—C-cómo... ¿cómo puede ser...?
Bajo el destello de la tenue luz amarilla, la sonrisa de Gryffindor se congeló en su rostro. De repente se dio cuenta de que el maná de su cuerpo dejó de fluir. No importaba cómo intentara estimular su fuerza mental mediante la recitación, no podía evocar ningún fragmento de ola mágica.
Gryffindor casi se volvió loco en el acto...
Joder, ¿cómo podría alguien que había sufrido unaRetroacción de Maná ser capaz de congelarlo?
Desafortunadamente, no tuvo tiempo para pensar mucho en ello, porque al siguiente momento, Lin Li ya había comenzado a recitar el Hechizo de la Tormenta Llameante. Las llamas se elevaron en el aire salvajemente. Las vetas eran como dragones de fuego abalanzándose brutalmente hacia él. Gryffindor no tuvo más remedio que mirar cómo la Tormenta Llameante explotaba en su cuerpo. El radiante Escudo Elemental se oscureció casi de inmediato.