Sábado.
Temprano por la mañana.
La puerta del dormitorio se abrió.
—Zhang Ye, despierta —dijo Dong Shanshan, que estaba vestida de trabajo.
Zhang Ye, que estaba abrazando su manta, giró la cabeza de manera adormilada: —Shanshan, ¿por qué?
Dong Shanshan dijo con una bonita sonrisa: —¿Qué te parece? Ya son las 8 de la mañana. Despierta rápido. Voy a trabajar primero. El desayuno ha sido preparado para ti.
Zhang Ye cerró los ojos otra vez: —De acuerdo.
Dong Shanshan le dio una palmada en los muslos.
—Despierta rápido.
—No voy a trabajar por la mañana. Lo sé, me levantaré pronto —dijo vagamente.