"Este lugar es interesante" - dijo Kurama mientras cerraba lentamente los ojos y sentía el aura del mundo - "Hmm, es extraño, puedo sentir algunas presencias de Yokai, aunque son muy débiles, algo tiene que haber eliminado las líneas espirituales en el pasado, es por eso que el poder espiritual se hizo cada vez más escaso en el futuro"
"Se siente extraño volver a casa luego de todo el tiempo que estuve en el pasado" - dijo Kagome mientras miraba alrededor con un ligero temblor en su piel, notando como el exterior del pozo podía verse un techo oscuro - "Siento como si todo lo que viví en el pasado, no es más que un sueño..."
"Bueno, entonces supongo que yo soy un espejismo, una ilusión en tu cabeza, así que te recomiendo que vayas a un psicólogo" - dijo Kurama con un tono lleno de sarcasmo.
Kagome se sonrojó, aunque rápidamente se calmó y le dio una mirada molesta a su invitado - "En serio, eres un poco molesto a veces, Kurama-san"
"Lo siento, es mi naturaleza de Kitsune" - respondió Kurama con inocencia.
Kagome bufó con molestia antes de congelarse cuando escuchó a su madre fuera del pozo, aunque lo que le hizo llorar, fue el tono lleno de preocupación que ella tenía mientras la llamaba.
"Okaa-san" - murmuró Kagome mientras lloraba.
"¡Esa voz! ¡Kagome!" - exclamó la mujer al escuchar la voz de su hija. Ella rápidamente miró hacia el interior del pozo y vio como su hija estaba allí - "¡Hija!"
"¡Mamá!" - exclamó Kagome al ver ese rostro familiar que había extrañado durante los últimos días - "¡Mamá!"
"¡Hija!" - exclamó Kimi Higurashi mientras corría fuera del santuario.
Kagome se quedó congelada porque no esperaba esto.
"Ella fue a buscar una escalera" - dijo Kurama con calma mientras negaba con la cabeza - "Si quieres puedo llevarte arriba sin mucho problema"
"¿Eh? Oh, ok" - asintió Kagome, solo parar sonrojarse cuando sintió como Kurama la tomaba con cuidado y la llevaba hacia el exterior del pozo.
Cuando estuvieron afuera, él la bajó con cuidado y miró alrededor con curiosidad - "La sociedad humana es interesante"
Kagome le dio una mirada al apuesto hombre de cabello blanco antes de soltar un grito de sorpresa cuando escuchó un pequeño grupo de pisadas - "¡Escóndete! ¡Ellos no pueden verte!"
Kurama le dio una mirada en blanco antes de desaparecer.
Kagome soltó un suspiro de alivio cuando vio como su madre, su abuelo y su hermano menor, caminaban a su lado.
"¡Kagome!" - exclamó Kimi mientras abrazaba a su hija con todas sus fuerzas.
"¿Estás bien, hermana?" - preguntó Sota Higurashi, el hermano menor de la chica con una expresión de preocupación, porque a pesar de que ella era molesta con él, no significaba que no la quería.
"S-Sí, estoy bien" - respondió Kagome con una sonrisa mientras las lágrimas corrían por sus ojos - "Los extrañé..."
Kimi sonrió mientras que Sota ladeaba la cabeza para ocultar su vergüenza.
El abuelo sonrió cuando vio esto, pero su expresión cambió cuando vio una silueta masculina aparecer detrás de su nieta - "¡¿Quién eres?!"
Él rápidamente sacó su sal de exorcismo y unos cuantos talismanes, solo para escuchar una voz tétrica resonar en la habitación.
"¡Tontos! ¡Gracias a ustedes ahora soy libre!" - dijo la voz lúgubre mientras el cobertizo empezaba a temblar.
Un sudor frío corrió por el rostro del abuelo mientras que Kimi y Sota caían al suelo por el repentino temblor.
Lentamente, unas llamas azules empezaron a rodear a la familia mientras una silueta distorsionada se materializaba detrás de Kagome.
"Buen trabajo, mi sirviente, sin tu ayuda no podría haberme liberado de mi sello" - dijo la voz lúgubre mientras empezaba a reír con locura.
"¡Es suficiente, no asustes a mi familia, Kurama-san!" - gritó Kagome con furia y vergüenza.
"No es buena idea el arruinar mi diversión, Kagome-san" - respondió la voz, solo que esta vez era mucho más amable y pacífica.
Kimi y Sota se quedaron en silencio mientras un apuesto hombre de cabello plateado aparecía detrás de su hija. Él estaba usando un yukata azul con detalles de zorros plateados que hacía juego con su sedoso cabello, aunque había algo que sorprendió a la familia Higurashi, y era que este hombre tenía dos orejas peludas saliendo de su cabeza junto a 10 majestuosas colas de zorro.
"¡Y-Yokai! No... ¡Un Daiyokai! ¡Un Kyubi no Kitsune!" - exclamó el abuelo con terror porque no se esperó ver a un monstruo de tan alto nivel junto a su nieta.
"Cuanta bien, anciano, no son nueve colas, son diez" - respondió Kurama mientras le giraba los ojos - "En fin, ahora que estoy aquí, voy a revisar los alrededores, volveré al anochecer, Kagome-san"
"Uh, ok" - asintió Kagome mientras veía como una cortina de humo rodeaba el cuerpo del hombre de cabello plateado, quien ahora estaba usando una apariencia mucho más humana - "¿Por qué no usaste esa apariencia?"
"¿Y dónde está la diversión en ello?" - preguntó Kurama mientras le giraba los ojos - "En fin, nos vemos luego, voy a ver que es lo que tiene para ofrecer el futuro"
Kagome sacudió la cabeza antes de mirar a su familia, quienes estaban mirándola con diferentes tipos de miradas.
Kimi estaba confundida e interesada en este nuevo acompañante que su hija había traído.
Sota estaba asustado, aunque tenía que admitir que esa había sido la mejor broma que había visto en su joven vida, así que quería pedirle algunos consejos a este extraño sujeto.
En cuanto a su abuelo...
"¡¿Kagome?!" - exclamó el abuelo Higurashi mientras miraba a su nieta - "¡Quiero que me expliques qué es lo que hacías con un Kitsune tan poderoso!"
Estas palabras hicieron reaccionar a Kimi, después de todo, ella también quería saber qué había pasado durante su desaparición.
Kagome soltó un suspiro antes de decirles que esperaran hasta regresar a casa para poder explicar todo, aunque si era honesta, ella no quería hacerlo porque sabía que su vida pacífica había terminado y pronto su familia sufriría las consecuencias.
* * * * *
"¿Viste a ese tipo?" - murmuró una chica mientras miraba en dirección de la tienda de ropa - "Es apuesto, y por su ropa parece que es de una buena familia"
"¡Olvida la familia, mira esos pectorales!" - exclamó otra chica con una mirada den ensueño - "Como desearía que me tomara con esos firmes brazos y me hiciera suya ~"
"Claro, él de seguro él tendrá sexo con una perra como tú" - respondió otra chica con desdén.
"¿A quién llamaste perra, perra?!" - exclamó la segunda chica mientras entrecerraba los ojos.
"A ti, perra" - respondió la tercera mientras empezaban a pelear.
Kurama les dio una mirada antes de concentrarse en la ropa que estaba delante de él, y tenía que admitir que era interesante. Diversos colores y estilos, al punto que estaba seguro de que a Ino y Koyuki le gustaría estar en este lugar para poder ampliar sus guardarropas.
"Tal vez podría comprar todo para que ellas tengan para elegir" - murmuró Kurama mientras se ponía a pensar - "Esa suena como una buena idea, aunque voy a tener que hacer algunos preparativos antes"
Kurama caminó hacia un chico cercano y usó su habilidad para poder observar algunos de sus recuerdos, aunque frunció el ceño cuando vio que la gran mayoría de sus memorias eran sobre actrices porno - "Tal vez debería de haber escogido a alguien más maduro, aunque tengo que admitir que esa mujer, Hotomi Tanaka es interesante, tal vez vaya a verla después"
El hombre de cabello plateado, rápidamente se encogió de hombros y continuó observando hasta reunir la información que necesitaba.
"Lo tengo, ahora solo me queda ir a crear mis papeles y podré crear una cuenta personal" - murmuró Kurama mientras asentía antes de elegir su primer destino.
30 minutos después, Kurama había terminado con los preparativos y estaba caminando a un banco con un enorme maletín de dinero.
La chica a cargo del procedimiento se sonrojó al ver lo apuesto que era, aunque luego de unos un corto terminó con el trabajo y le entregó una tarjeta.
Kurama le agradeció con una sonrisa antes de realizar el depósito más grande que la chica había visto en sus años de carrera como personal bancario, así que rápidamente le dio una sonrisa seductora y le entregó su número de teléfono.
Kurama sonrió ligeramente y lo aceptó con gusto, aunque esto lo hizo por mera cortesía porque la chica no era tan hermosa como para entrar en su habitación.
Luego de terminar con todos sus encargos, Kurama regresó a la tienda de ropa y compró una enorme variedad de prendas, tanto para él, como para su familia y las envió directamente a la residencia Higurashi porque no quería causar revuelo por guardarlas en su sello de almacenaje.
La vendedora rápidamente caminó donde él y puso sus enormes pechos alrededor del brazo de su cliente estrella, después de todo, este hombre rico le había dado una comisión que podía compararse con un año de su sueldo, en otras palabras, si ella lograba seducir a este apuesto hombre, ella no tendría que trabajar nunca más en su vida, sin contar que tendría todos los lujos que ella pudiera pedir, eso era un ganar-ganar en su lista.
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[Origen] Cap 689 <--- Disponible en Pa treon.
[La Leyenda del Kyubi: Vol 4] Extra 19(23) <--- Disponible en Pa treon.