*Nota: Kurama será el nombre del Kyubi no Yoko (El verdadero Kurama) durante este capítulo*
¿Donde estoy?" - preguntó el pelirrojo mientras miraba alrededor - "Lo último que recuerdo fue que grité 'Cowabunga' y salté en medio del manantial sabio..."
"Solo tú harías algo así de estúpido" - dijo una voz que reconocía bastante bien.
"¿Kurama?" - preguntó el Uzumaki mientras miraba alrededor, solo para notar una pequeña silueta frente a él.
"Hola.. me hubiera gustado mostrarme con otra apariencia pero tal parece que no es posible" - suspiró el pequeño zorro que medía nos 60 centímetros.
"¿Qué fue lo que te pasó?" - preguntó el pelirrojo con sorpresa.
"Te lo explicaré luego, por ahora hablemos un poco antes de entrar en materia" - respondió el pequeño Kyubi no Yoko - "¿Cómo ha sido tu vida?"
"¿No has podido ver mis memorias?" - el Uzumaki estaba confundido ante la situación de su amigo.
"No... desde que hablamos la última vez he estado en sueño constante" - respondió el pequeño zorro de nueve colas - "Sin contar que ahora que estás practicando Senjutsu y tu cuerpo se adapta a la Energía de la Naturaleza, mis permisos cada vez son menores, de hecho, ese es el motivo de mi apariencia actual"
"Ya veo..." - murmuró el pelirrojo - "Si estás despierto, eso significa una cosa"
"Sí... el momento ha llegado" - asintió el Kyubi con una mirada conflictiva - "Nunca pensé que este día llegaría pero ahora que es el momento, no sé como reaccionar... ¿a caso debería sentir alivio porque al fin podré descansar?¿quizás debería maldecir mi vida y todos los sucesos que llevaron a esta situación?¿O simplemente debería esperar con expectación el futuro ahora que seremos una verdadera sola entidad?"
". . ." - el Uzumaki guardó silencio mientras veía al Zorro de 9 colas pensar.
"Bueno, no importa en estos momentos, después de todo, ya es tarde para esas cosas" - asintió Kurama mientras cerraba los ojos - "Dime... Kit...¿has logrado cumplir tus sueños?"
"Ven... siéntate... tenemos mucho de que hablar" - dijo el pelirrojo mientras frente a ellos aparecía una pequeña mesa junto a dos tasas de té. Esto no era raro, después de todo, los dos estaban en el subconsciente del pelirrojo - "Sé que descubriremos muchas cosas cuando seamos no, pero prefiero hablar así poder pasar nuestros últimos momentos como individualidad"
"Aprecio el gesto" - asintió Kurama con calma mientras escuchaba los sucesos que habían transcurrido desde que él había dormido - "Ya veo... un interesante desenlace, también aprecio que ese cachorro pudiera tener su vida de vuelta..."
"Lo mismo pienso" - asintió el pelirrojo.
"Kit... ten cuidado en el futuro..." - dijo Kurama con seriedad mientras miraba al joven pelirrojo - "El Rinnegan ha vuelto a este mundo, y el chakra de Kokuo y Son Goku han desaparecido... eso significa una sola cosa... Akatsuki está intentando romper el Sello de la Luna"
". . ." - el pelirrojo se quedó en silencio mientras fruncía el ceño. Si Akatsuki realmente deseaba romper el Sello de Kaguya, entonces ellos eran más locos de lo que pensaba, o simplemente no sabían con quien estaban jugando. Kaguya era una entidad que no debía ser despertada porque solo causaría caos y destrucción en el mundo.
"Mejor cambiemos de tema porque esto no nos concierne por ahora" - dijo Kurama con seriedad - "Por mucho que quiera ir y ayudar a mis hermanos, no podemos hacerlo por el momento porque no siento su chakra por ningún lado, y dos, porque todavía no estás listo"
Kurama comprendía que buscar la cáscara vacía del Jubi sería como buscar una aguja en un pajar.
"¡¿Qué te está pasando?!" - exclamó el Uzumaki al ver como su amigo de nueve colas empezaba a volverse ilusorio.
"Esta es señal de que tu cuerpo ya pasó por la primera prueba en tu práctica de Senjutsu..." - suspiró Kurama mientras negaba con la cabeza - "Puede que no lo sepas pero has estado inconsciente por 2 meses"
"¡¿Dos meses?!" - exclamó el pelirrojo con sorpresa mientras sus pupilas se contraían.
"Exacto, dos meses" - asintió el Kyubi - "Durante este tiempo, tu cuerpo ha estado cambiando poco a poco, y por lo que puedo sentir, tu chakra también... ahora es mucho más profundo y comprimido, incluso puedo sentir que la Energía de la Naturaleza empieza a fluir de manera natural"
"¿Hiciste una broma?" - preguntó el pelirrojo con sorpresa.
"No... solo fue una mala elección de palabras" - respondió Kurama mientras desviaba la mirada -"¡Ahem! volviendo a lo nuestro, como ahora tu cuerpo puede circular Energía de la Naturaleza, tu cuerpo ahora está en un estado similar al de Ashura, uno de los hijos de Otousan aunque a mucha menor escala, aunque es posible que si continúas entrenando, podrás estabilizar tu Cuerpo de Sabio al mismo nivel de Hashirama, aunque en poder total serás muy superior a él gracias a mi chakra y tus otras afinidades elementales"
"Ya veo..." - asintió el pelirrojo con seriedad - "Es bueno escuchar eso, al menos ahí podré patearle el culo a ese bastardo con el Rinnegan"
"Esa es la actitud que un Kyubi tiene que tener" - asintió Kurama con una gran sonrisa - "Ahora continuemos halando porque todavía no terminas de contarme sobre tus... no, nuestros cachorros"
"Ok" - asintió el joven Uzumaki mientras continuaba su relato.
* * * * *
Ninguno de los dos sabía cuanto tiempo había pasado desde que se habían puesto a conversar pero por como Kurama se estaba volviendo cada vez más ilusorio, se notaba que al menos uno o dos meses.
Los dos habían pasado desde sus vidas, hasta situaciones hilarantes, para luego a cosas como sobre manejar mejor el chakra o diferentes formas de ataque en la forma Bijuu.
Tanto Kurama y el pelirrojo estaban cada vez más unido e incluso había veces donde uno terminaba las oraciones del otro, demostrando que sus seres estaban cada vez más entrelazados, hasta que un día...
* * * * *
"Supongo que lo sentiste..." - dijo Kurama mientras miraba al pelirrojo que estaba en silencio - "El momento ha llegado"
Los dos estaban seguro de que el entrenamiento estaba a punto de completarse, todo gracias al cuerpo adaptable del Uzumaki.
"Kurama..." - murmuró el pelirrojo.
"Lo sé, no tienes que terminar esa oración porque comprendo lo que tratas de decir" - sonrió el zorro de nueve colas - "Pero no temas, no moriré, solo renaceré en un nuevo ser, tú..."
El Uzumaki se sentía extraño porque una parte de él extrañaría al zorro pero otra parte de él estaba tranquilo porque sabía que él no desaparecería, sino que sería parte de él.
"Fue bueno poder hablar contigo... mi amigo" - dijo Kurama mientras su figura empezaba a volverse transparente - "No sabes lo mucho que deseo abrir los ojos y poder ver todo a tu lado... poder conocer a nuestra familia, poder disfrutar de nuestra vida... poder... por fin tener paz..."
"Nos vemos Kurama... nos vemos cuando abra los ojos..." - murmuró el Uzumaki al ver como el pequeño zorro que lo había acompañado todo este tiempo en su subconsciente, desaparecía nuevamente.
El Joven Uzumaki pudo sentir como una gran cantidad de información aparecía en su mente y como el lugar donde estaba, empezaba a cambiar. Grandes praderas se extendían, así como montañas y bosques.
Dicen que un espacio mental te puede decir sobre una persona, y Kurama estaba mostrando que era alguien tranquilo y relajado, aunque si uno investigaba un poco más, notaría como a lo lejos había una zona infernal. Ese lugar estaba lleno de montañas incendiadas donde no había nada de vida, solo llamas cubriendo toda la zona, haciendo un profundo contraste entre las dos zonas temáticas.
El pelirrojo lentamente cerró los ojos y cayó en un profundo sueño mientras las memorias de Kurama se acomodaban con las suyas,aunque estas no chocaban con sus memorias originales, sino que se organizaban de manera ordenada para que fueran más fáciles de encontrar, y al mismo tiempo prevenir que su personalidad cambiara drásticamente por el flujo constante de nueva información.
* * * * *
"Creo que dentro de una semana descubriremos si hicimos lo correcto..." - dijo Fukasaku con seriedad mientras observaba la estatua de Kurama.
"Estoy segura de que nada mala pasará" - respondió Shima con calma - "Gamamaru-sama nos lo confirmó"
Fukasaku estaba a punto de decir algo más, pero su expresión cambió cuando vio como la estatua empezaba a temblar - "Supongo que ahí tenemos nuestra respuesta... incluso lo hizo unos pocos días antes de lo que pensaba... nada mal..."
*Crack Crack*
La estatua lentamente empezó a desquebrajarse ante los dos sapos, para que luego de unos segundos, explotara en cientos de pedazos junto a una pequeña cortina de humo.
"¡Cof Cof! Estos chicos de hoy en día con sus entradas dramáticas..." - murmuró Fukasaku con irritación al ver como el humo se iba con el viento, mostrando la silueta del pelirrojo.
"Oh... creo que él cambió en más de un sentido..." - dijo Shima al notar la nueva apariencia del pelirrojo. Él ahora tenía un cabello rojo carmesí, sus ojos seguían siendo de diferente color, uno rojo y otro azul, aunque ahora sus pupilas estaban completamente rasgadas como las de Kurama. Él creció y ahora tenía la apariencia de un chico de 18 años, demostrando que gracias al Senjutsu, había llegado a su etapa de maduración que mantendría por unos cuantos años. Su físico seguía siendo el mismo, músculos bien definidos pero no muy grandes, dándole la apariencia de un animal rápido y letal, pero lo que más sorprendió a los sapos, fue que ahora tenía una mirada casi neutral en su rostro, aunque esta desapareció cuando vio a los dos sapos - "Ma... Pa... ha pasado tiempo desde que nos vimos por última vez..."
"Es bueno ver que sigues manteniendo tu humanidad, Kurama" - asintió Fukasaku con una pequeña.
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