—¡Acabo de levantarme! ¡Iré en un minuto! —respondió Hao Ren.
Blanquita se levantó de un brinco de la alfombra al escuchar la voz de Xie Yujia.
¡Ruff! ¡Ruff!... —¿Escondiste a Blanquita allí dentro? —preguntó Xie Yujia, escuchando los ladridos cuando estaba por bajar las escaleras.
—Así es —respondió Hao Ren, resignado, se acercó y abrió la puerta.
Blanquita corrió hacia Xie Yujia y saltó a sus brazos. Parecía que le agradaba más Xie Yujia que Zhao Yanzi. Hao Ren se preguntó si sería porque el cuerpo de Xie Yujia era más cálido.
—¿Por qué tiene un pelaje dorado en sus patas? —preguntó Xie Yujia, descubriendo la diferencia en sus patas mientras acariciaba a Blanquita.
—No tengo idea. Tal vez evolucionó—respondió casualmente Hao Ren.
Xie Yujia asintió y luego le dio una mirada severa diciendo—: Holgazán, ¿estás volviendo a la cama? ¡Baja a desayunar!
—Ok, ok…—dijo Hao Ren. Frotándose los ojos, siguió a Xie Yujia escaleras abajo.