Muchos días después...
Un planeta de metal se estaba acercando. No tenía bosques verdes, ni suelo gris, ni mares azules. El metal cubría completamente la superficie del planeta.
—Destino detectado, buzz... Al llegar a Noriosse, buzz... Temperatura de superficie adecuada, buzz...
En la sala de la nave espacial, un robot redondo y regordete estaba hablando con una voz muy mecánica. Su cuerpo cilíndrico parecía una lata, con dos brazos mecánicos largos y delgados en ambos lados, y medía aproximadamente un metro de alto. En la parte inferior de su cuerpo había una rueda que le permitía moverse.
De repente, una mano grande agarró la cabeza del robot y lo levantó. El robot parecía entrar en pánico, sus dos brazos mecánicos se balanceaban al azar en el aire. Con su cuerpo robótico redondo, se veía extrañamente adorable.
—Me atraparon, hum... —dijo el robot.
En ese momento, el hombre que llevaba una camisa negra sentado en el sofá habló.