Unos minutos más tarde, Daly Simone y Leonard Mitchell, quienes repetidamente habían cometido errores durante su rastreo y persecución, finalmente llegaron a lo alto de la empinada escalera.
Bajaron los escalones a una velocidad particularmente lenta, siendo cautelosos sobre el entorno de forma a estar listos para entrar en combate en cualquier momento.
Sin embargo, no pudieron encontrar ninguna anormalidad incluso al terminar de bajar la escalera. Ni siquiera encontraron pistas útiles.
Daly se posicionó en dirección al viento, se llevó la mano a la oreja y escuchó atentamente.
Unos segundos más tarde, miró a su alrededor diciendo: —Hubo un disparo. Un arma cayó cerca de aquella curva, en la calle. E-ese hombre llamado Enzo está muerto...
—¿Quién lo mató? —preguntó Leonard sorprendido.