Dentro del Mundo Cielovasto, Ji Ning estaba sentado en la posición de loto al lado de un puente, algunos remolinos de luz de espada fluían a su alrededor. No muy lejos, un hombre regordete yacía en el suelo entre las flores, aplastaba a muchas de ellas debajo de su enorme cuerpo. El gordito masticaba con gusto un montón de carne, estaba disfrutando de una comida maravillosa. Giraba de derecha a izquierda continuamente mientras comía, casi como si estuviera en una cuna oscilante.
Hegemón Demonio Azul estaba comiendo en un pabellón distante, pero ocasionalmente miraba al hombre gordo de piel rojiza. El Protector Deshielo se encontraba sentado silenciosamente en un rincón, siempre en guardia para Ning.
—¡La vida es genial! —murmuró el gordito Dios de las Llamas mientras comía.
—Maldito Dios de las Llamas. Sigue tomando mi comida. ¡Si no fuera porque no puedo vencerlo, ¡bah! —murmuró Demonio Azul para sí mismo mientras comía.