—A juzgar por el tronco, las ramas, las hojas y el aura de la fruta… —dijo Polvonueve perplejo—. Sí, definitivamente debería ser un árbol de Fruta de Sangre Omnigedón.
Era un Cultivador Antiguo que tenía un estatus muy alto dentro de la raza, por lo tanto conocía la mayoría de los materiales e ingredientes preciosos que había en el Caosverso.
—Pero algo no me cierra —dijo Ji Ning frunciendo el ceño.
—Sí, las Frutas de Sangre Omnigedón son redondas y resbaladizas, no largas y delgadas como esas. Además, hay demasiadas frutas y el árbol en sí parece ser demasiado grande —dijo Polvonueve.
Ning parpadeó. Cierto. No lo había notado antes, pero los árboles de Fruta de Sangre Omnigedón ordinarios medían unos treinta metros de altura. ¡Y la corona del árbol cubierto de niebla que estaba a lo lejos tenía que tener más de tres millones de metros de altura!