Las puertas se abrieron. Ji Ning pudo ver que el interior de la imponente finca se extendía al menos por diez mil millones de kilómetros. Un aura asombrosa y aterradora se extendió hacia él desde adentro. El aura de poder circulaba siguiendo una formación y se reunía en tres puntos particulares donde había tres árboles.
La cara de Ning se puso pálida al verlos. Tres árboles: el primer árbol estaba en una esquina y su tronco estaba retorcido como un dragón en espiral. Todo el árbol, incluidas sus hojas, brillaban con una tenue luz azul. Tenía tres frutas blancas del tamaño de un puño colgando de sus ramas. Las frutas estaban rodeadas por oleadas de energía azul que fluía.
El segundo árbol era el más grande y tenía más follaje. Era como un enorme dosel de flores con decenas de millones de kilómetros. Tan pronto como Ning lo vio, se dio cuenta de que solo tenía dos frutos de color rojo sangre. Parecía que la sangre brotaría de ellos si alguien los tocaba.