Un dolor salvaje destrozó todo su cuerpo. Sentía como si innumerables y pequeños bichos lo estuviesen royendo. Ese dolor profundo era tan grande que ni siquiera alguien como él podía soportarlo sin mostrar ninguna expresión. Todo lo que podía hacer era apretar los dientes y luchar para soportarlo. Al mismo tiempo, su sentido divino llenó cada parte de su cuerpo.
Pura oscuridad, la cual no contenía ningún indicio de nada más.
Una oscura inundación arremolinó por todo su cuerpo. No había ritmo ni orden en ello. La gran marea de energía negra llenó cada músculo, cada vaso sanguíneo, cada hueso. Esas manchas de energía negra parecían haber encontrado su 'hogar' a medida que se hundían en sus huesos, músculos y órganos, causando que cada parte de su cuerpo sufriese una transformación que sacudía el cielo.
*Rumble…*
Todos sus huesos temblaban hasta el punto de emitir sonidos ruidosos.