Dentro de la borrosa esfera amarilla tierra, Linley, con todo su cuerpo cubierto por esa luz azur, acababa de sufrir los ataques combinados de siete Dignatarios. Los siete poderosos Dignatarios habían desencadenado todos los ataques con los que eran más hábiles, ya fuesen ataques materiales que rasgaban el aire o ataques espirituales invisibles.
Debido a que todo eso sucedió dentro de un marco de tiempo muy corto, y debido a que él optó por alejar a Delia de la zona de peligro, no pudo esquivar en absoluto.
*Rumble…*
Siete ráfagas de ataques terroríficamente poderosos lo golpearon, tres de los cuales fueron ataques que contenían Poder de Soberano. El aire que rodeaba a Linley estalló en pedazos, y sus escamas draconianas se hicieron añicos mientras la sangre salpicaba por todas partes. El cuerpo destrozado de Linley cayó como un meteoro, desde los cielos, golpeando con fuerza contra el suelo.
*¡BANG!*