—No esperaba que, incluso habiendo enviado a tantos Servidores Divinos, todos perderían contra él.
El Dios del Dragón Negro tenía una expresión desagradable al mirar lo que sucedía en la Torre del Cielo, y no pudo evitar sacudir la cabeza. La Reina de Arañas y el Dios del Sueño también tenían expresiones inconformes. ¡Para competir por la cuarta Tabla del Destino, los Dioses se habían unido para destruir el Pozo Mágico del Universo! Y ahora, enviaron a los subordinados más poderosos capaces de atravesar la turbulencia restante; en especial, el Dios de la Guerra incluso hizo algunos sacrificios para enviar a su hermano menor. Sin embargo, no sólo no fue capaz de luchar por la Tabla del Destino, sino que incluso perdió ante Feinan…¡Eso era muy difícil de aceptar!
—¡Marvin debe morir! —afirmó el Dios de la Guerra con un tono inexpresivo, pero los Dioses lo percibieron como una sentencia de muerte firme.