—El pescado dejó de gustarme hace años —dijo Qin Chu levemente.
Song Yishi quedó aturdida por un segundo.
—Pero tu madre dijo que amas comer pescado.
—Debe haberlo malentendido. Gracias por tu amabilidad, a mi esposa sí le gusta comer pescado. A ella le gustan todo tipo de mariscos. Mian, agradece a la Sra. Song.
Huo Mian inmediatamente comprendió lo que Qin Chu estaba intentando hacer y le sonrió a la Sra. Song.
—Gracias Sra. Song. Yo lo comeré ya que Qin Chu no come pescado. No dejaremos que su esfuerzo se desperdicie.
Las expresiones de la Sra. Song y de Song Yishi se volvieron feas cuando escucharon sus palabras, pero no podían evitar que Huo Mian se comiera el pescado. Huo Mian sonrió con frialdad cuando abrió la caja bento.
La porción de arroz y pescado solo era suficiente para una persona, claramente no prepararon una porción para ella. Afortunadamente su esposo era inteligente y le dio la comida a ella inmediatamente.