Ella le dio un fuerte abrazo.
—Mamá, buenas noches. Que descanses.
—De acuerdo deja de ser pegajosa niña. Conduce con cuidado.
Yang Meirong no sabía que Huo Mian llamó a un taxi, por lo que se lo recordó. Huo Mian se volteó para irse, llorando mientras caminaba. Lastimosamente, su madre solo vio su silueta en la semi penumbra.
Caminando fuera de la comunidad, Huo Mian no se sentía apresurada por llamar a un taxi. Ella se sentó en la fuente cerca del portón de Sky Blessing Court. Luego tomó su teléfono y marcó un número.
—¿Hola? —saludó una voz algo arrastrada al otro lado del teléfono.
—Tu posición para dormir está mal, levántate y vuelve a dormir —dijo Huo Mian en broma.
—¿Hermana? ¿Qué te pasa? ¿Por qué llamas a esta hora?
Jing Zhixin estaba profundamente dormido en su departamento. Nueva Zelanda estaba adelantada cuatro horas a China. Eran las ocho de la noche aquí, por lo que ya eran las doce donde estaba Zhixin.