—Hmm, ya que lo has dicho, tendré que trabajar en eso entonces.
La respuesta del operador de Meka de leopardo era muy seria, pero Ling Lan no se dio cuenta, aun pensando que el otro estaba bromeando.
Hubo una ligera pausa, y luego el operador de Meka de leopardo dijo asombrado: —Tu velocidad esta vez fue más rápida que la mía. Recientemente, me he quedado atascado en un cuello de botella. Me quedo estancado en este momento sin posibilidad de seguir avanzando. La velocidad de mi mano ya ha alcanzado un límite, tal vez esto es lo más que puedo hacer.
La voz del operador de Meka de leopardo era algo triste; quizás había llegado el momento de partir.