—Te pedí que buscaras las fallas en mi método para forjar la Píldora de Expansión de Meridianos, sin embargo, insultaste a mi concubina y me dijiste que ella no era una persona. ¿Qué quieres decir con eso?
A pesar de que Lin Mu era de buen carácter, todavía estaba disgustado por esas palabras. No sólo su rostro se oscureció, los otros también tenían expresiones extrañas.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué de repente comenzó a insultar a los demás?
—Boticario Lin, ¡por favor cálmate!
Zhang Xuan parecía haber adivinado que la otra parte reaccionaría así y lo miró juguetonamente.
—¿Has estado trabajando duro todos los días, sin descansar ni siquiera durante el día?
—Er...
Al ser planteado con tal pregunta, la cara de Lin Mu se enrojeció y se sintió un poco avergonzado.
—Me acabo de casar con mi concubina, así que pude haber... pude haber estado... trabajado un poco duro.