Chen ya no traía puesto ese uniforme militar que lo hacía parecer inabordable. No más gorra y traje. En cambio, llevaba puesta una simple remera blanca y vaqueros negros, pero todavía conservaba su cálida sonrisa.
Esa sonrisa afectó tanto a Lu que no pudo contener más sus sentimientos y las lágrimas le llenaron los ojos.
Al ver como las lágrimas corrían por sus mejillas, Chen envolvió sus brazos sobre los hombros de la mujer y caminaron hacia la habitación. Encendió las luces y cerró la puerta gentilmente.
Bajó su cabeza y la miró a los ojos, mientras estaban parados uno muy cerca del otro.
Los ojos de Lu estaban irritados, era una clara señal de que había llorado mucho.
Debía ser por la relación pasivo-agresiva que había entre Madam Xue y Huo Yunting. Las especulaciones corrieron por su mente con dolor.
«Debe ser una vida dura para ella…».
—Lo lamento... llegué tarde.