Las órdenes de Huo Yunting eran que ella y solo ella enviara los documentos a su oficina. Esto hizo que ella se sintiera muy irritada.
Mo Shan se paró al lado de Huo Yunting, mirando los papeles atentamente por sobre su hombro.
—Hermano Yunting, déjame ser tu secretaria, ¿por favor? Así podremos pasar más tiempo juntos y conocernos mejor, ¿no te parece?
La hermosa jovencita estaba prácticamente ofreciéndose a sí misma a Huo Yunting. ¿Por qué actuaba como si no le importara?
Él estaba sentado en su escritorio, luciendocalmo, aunque Mo Shan estaba casi acariciando su espalda. La imagenhacía que Lu Zhaoyang quisiera vomitar.
—No soy el encargado de las contrataciones. —Huo Yunting alzó la vista lentamente hacia Lu Zhaoyang—. Cualquier interesado debe ser primero aprobado por mi secretaria en jefe.