—¡No, no iré a ningún lado! No me vería así si no hubiera venido a buscarte. —Miró su herida—. Si no hubiera venido a esta ciudad maldita, ¿por qué habría de encontrarme con Huo Chen de nuevo? ⸺dijo Wen He, mientras pensaba en el incidente anterior. Cuanto más lo pensaba, más quería matar a esos traficantes de drogas del bar.
«Estaba ocupándome de mis propios asuntos en el bar. Ya sabes, beber vino, beber vino gratis a costa de los tontos, acariciar y coquetear con chicos guapos que se enamoraron de mí. ¡Salgo para hacer una llamada telefónica y Huo Chen tenía que estar allí!».
—Por lo tanto, estás obligado a cuidarme hasta que me haya recuperado por completo. —Ella frunció el ceño al tocar su herida—. Ay, ay, ay...
—Bueno, no estoy de acuerdo. Estuviste muerta ante Huo Chen en el pasado y hace unos días decidiste volver a aparecer en su vida. Estás destinada a ser un fracaso —se burló—, ¿estás segura de que me estás ayudando si te quedas?