La vida en la cabaña era acogedora, y antes de que Alex se diera cuenta, habían pasado tres días enteros con él y Ja-Young solos juntos, viviendo casi como marido y mujer en la pradera. Ja-Young cocinaba comidas para Alex usando su cocina de estilo del siglo XVIII, mientras Alex salía bajo la lluvia y cazaba algo de comida con su lanza.
No tenía opción de usar su arco, considerando que la cuerda estaba hecha de tendón animal, y una vez mojada comenzaría a volverse inefectiva en el campo. Así, Alex caminaba a través de la selva fangosa y se encontraba con otro ciervo sambar, el cual Ja-Young usaba para preparar una deliciosa comida.