Islinda finalmente salió de su cama y de la posada. Nadie le había dicho que el desamor doliera como el infierno. Había amado demasiado y caído muy fuerte. Y aunque Valerie prometió volver por ella, él no detalló explícitamente cuándo.
Islinda no era una tonta y aunque su amor por Valerie no era débil, cualquier cosa podría suceder en días o semanas, dependiendo de cuánto tardara él en regresar por ella. Su madrastra no logró casarla con Ryder y él estaba muerto, pero Islinda tenía la sensación de que la Señora Alice no fallaría la segunda vez.
Y es por eso que esta vez se iba. Islinda llevaba sus ahorros consigo y aunque aún no era suficiente para alquilar una cabaña y quedarse sola, se trasladaría al próximo pueblo primero y pensaría en una solución. Es por eso que tenía que llevarse a Eli, no se iría sin él.