Sentí el crepitar del fuego. Cuando abrí los ojos estaba acostado en el piso frente a la chimenea, en mi casa en la Sharia. Y a mi lado, mi hermosa prometida desnuda, solo estábamos tapados con una frazada. Ella tiene un cuerpo bien formado, joven, hermosa, rubia y de alegres ojos azules.
— ¿Qué pasó Rudy? Te agitabas. ¿Tuviste una pesadilla?
— Eso creo amor. Lo siento, no quise despertarte.
— ¿Aún sueñas con lo que pasó en Lapam?
— ¿Lapam?, ¿de qué hablas Sara?
— Bueno, rescataste a tu madre, pero tu padre y tu maestra murieron.
— Oh, claro, papá y Roxy.
Me hice novio de Sara cuando estaba en Counter Arrow. Ella me hizo olvidar a Eris. Cuando Elinalise llegó, partimos a la Sharia, donde me inscribí como estudiante privilegiado en la universidad mágica de Ranoa . Después, llegaron mis hermanas y poco después, partí a Lapam. Llegué tarde, Mi maestra había muerto en el laberinto y a papá lo mató la Hidra, pero salvamos a mamá.
— Escucha Rudy, mañana es nuestra boda estara tu familia y mis amigos de Counter Arrow. Quiero tener varios hijos, mi amor —me dijo Sara, mientras me daba un beso y se acurrucada en mi pecho.
— Claro, te amo, Sara, —le dije mientras la besaba y recorría su cuerpo.— Sin ti a mi lado me hubiera vuelto loco amor.
— No te preocupes, Rudy. Pero ¿sabes? Tanta actividad romántica me dio hambre, ¿por qué no te vistes y preparas de esa comida de tu mundo anterior?
— ¿Qué quieres comer, amor?
— Mmmmm, haz ese pan frito relleno de queso.
— ¿Empanadas?
— Sí, eso.
— Bien, bien, a sus órdenes.
— Oye, Rudy, te amo, —me dijo Sara que tapaba su cuerpo desnuda con la frazada.
Cuando estaba en la cocina, él estaba sentado ahí.
— ¿Qué mierda crees que haces?, —me dijo.
— Cocinar, ¿no me estás viendo?
— No. ¿Qué haces aquí? Tienes una misión. Lo olvidaste, General.
— ¿De qué hablas, anciano?
— Silphy, Eris, Roxy, Nana y Ariel te esperan.
— ¿De qué mierda hablas? Roxy murió en el laberinto, Silphy murió en el accidente de maná, Nanahoshi está congelada con Perugius, Eris jamás regresó, ni se dónde mierda está , ¿y quién demonios es Ariel?
— Esas mujeres son tu destino.
— Ya callate. ¿Quién eres tú, que haces aquí?
— ¿Olvidaste a Lucy?, tu hija, mi hija.
—¿Lucy?, ¿Lucy?, papi ¿dulces? Aaaah,—me queje tomándome la cabeza—. Ya callate, —grité, tomándolo de su túnica y lo levanté muy fácil. Cuando lo miré, no tenía órganos. Era solo piel.
— ¿Ya te diste cuenta?
— ¿ Dios de la muerte Rudeus ?, eres tu, pero estas muerto, ¿qué mierda pasa?
— Vita te está engañando, despierta.
— AAAAHHHHHH.
— ¿QUÉ PASA, MIAU?, ¿por qué gritas, amor?, —dijo una hermosa hembra ferál a mi lado. Ella es muy hermosa, tiene un suave pelaje, unas orejas suaves, una cola qué mueve muy fuerte cuando me ve, es salvaje en el sexo y ronronea después de tener un orgasmo. Es la mejor sensación del mundo, incluso lo hacemos cuándo no está en celo. Hablo de Rinia Greyrat, mi esposa.
— Lo siento, gatita, tuve una pesadilla, —dije besándola, a lo que ella respondió metiendo su lengua en mi garganta.
— Vaya, Rinia, has aprendido a besar desde que experimentamos en mi habitación.
— Sí, miau. Qué buenos recuerdos. ¿Recuerdas que en las noches subíamos hasta tu habitación para hacer el amor toda la noche?
— Sí, tú y Purcena. Qué recuerdos, aucht, ¿por qué me golpeas?
— Purcena se fue, ahora solo yo soy tu mujer, miau.
— Ya lo sé, solo recordaba los tríos, aucht, bien. Bien, no los recordaré más.
— Ya levántate, miau. Debes ir a la universidad, profesor, —dijo besándome, mientras se levantaba y se estiraba con la luz de los primeros rayos de la mañana que entraban por la ventana.
Los experimentos con Rinia y Purcena siguieron, y eventualmente me curé. Olvidé a Eris, tuve una relación con ambas al mismo tiempo y era el más envidiado de la universidad. Eventualmente, Purcena regresó al Gran Bosque y me casé con Rinia. Luego de graduarme, Jinas me ofreció trabajo como profesor de magia silenciosa. Ahora tenemos 3 hijos con Rinia. Al principio, ella solo quería sexo en la época de celo, sin embargo, la convencí de tener sexo todo el año. ¿Qué quieren que les diga? Tengo una lengua talentosa 🤪.
— Vengan a comer, miau, Rudy. Ve con los niños a clases, dijo mientras bajaba con nuestros hijos: 3 niños mitad humano-ferales. Se parecen a mí, pero tienen cola. Son chicos muy lindos.
— Rudy, amor, podrías traer salame del sótano, miau.
— Claro, —dije. Cuando bajé, ahí sentado en una esquina estaba un anciano.
— Tú, ¿quién eres?
— ¿Ya te diste cuenta?
— ¿Cuenta de qué?
— ¿No ves el error?
— ¿Cuál error? Soy un hombre feliz.
— ¿Seguro? ¿Qué hay de Silphy? ¿Qué hay de Roxy, Ariel o Nana? ¿Qué hay de Eris? Me prometiste que la harías feliz. ¿Recuerdas?
— Eris, ella me abandonó hace muchos años.
— Vamos, Paulo, no seas idiota.
— ¿Cómo me llamaste?
— PAULO, jajajajaja, olvidaste ese nombre.
— ¡Callate!, dije, tomando al tipo del cuello, pero cuando lo miré, su vientre era solo piel. No tenía órganos.
— ¿Qué mierda?, grité.
— Ya te diste cuenta, ¿General Greyrat?
— Ruidjerd, mierda, mierda. RUIDJERD(....)
— ¿Qué pasa, por qué gritas, mi amor?—me dijeron de pronto mientras abría los ojos.
— Tuve una pesadilla. Ruidjerd, hace tanto que no lo veo.
— Lo buscaste por años. Nunca lo encontraste.
— Lo sé.
— Vamos, levántate. Debemos ir a cazar para guardar carne para el invierno, Nano.
— Bien, amor, dije besando a mi hermosa esposa Adoldia, Purcena Greyrat. La noche anterior, hicimos el amor y exploré su hermoso cuerpo lleno de curvas y su suave pelaje. Ella es deliciosa. ¿Qué pasó? Bueno, en la universidad, luego de experimentar, eventualmente, me curé y terminé de novio con Purcena y Rinia. Fueron noches llenas de pasión y ardientes tríos, pero Purcena decidió regresar al Gran Bosque y yo la seguí. Ahora, ella es la matriarca y somos los líderes de los Doldia. Al principio, no me aceptaban, pero gracias a mi poder, pronto me dejaron casarme con Purcena. Tenemos un hermoso hijo con orejitas de perro caídas, pero sin cola. Se parece a mí, pero tiene el color de pelo de Purcena.
— Matriarca,— gritó de repente un chico Adoldia, —son secuestradores, rápido.
Tomé mi espada y me lancé al combate donde los maté a todos, sin embargo, uno escapó. Lo seguí hasta que quedamos solos. El tipo estaba encapuchado.
— Vas a morir, hijo de perra, —pero el tipo me atacó con Gravedad. Lo interrumpí con distorsión mágica, pero el tipo me lanzó la espada de luz, que apenas repelí. La lucha se volvió cercana y ambos teníamos la misma habilidad.
— Un momento, ¿por qué tienes las mismas espadas que yo?,— le dije.
— Jajajajaja, —rio el tipo sacándose la capucha, revelando a un anciano.
— Maldito, ¿de qué ríes?
— ¿Ya te diste cuenta, Rudeus?
— ¿Cuenta de qué?
— ¿Enviaste a Nana a casa?
— No, el experimento falló. Ella decidió volver conmigo. A casa, con nuestros hijos (...). Un segundo.
— Ya te diste cuenta, jajajaja.
— ¿Rudeus del futuro ?, ¿qué haces aquí? Habías muerto.
— Sí, estoy muerto, pero vine a sacarte de aquí.
— Un segundo, NANAHOSHI.
— NANAHOSHI, NANAHOSHI, ¿DÓNDE ESTÁS?
— Tranquilo, amor. Tranquilo, es una pesadilla, —me dijo una hermosa mujer japonesa acostada a mi lado .
— ¿Dónde está Nanahoshi?
— ¿Nanahoshi?, Dios, amor, volviste a soñar con esos niños. Amor, los salvaste hace años. ¿Recuerdas? Esa noche que ibas a verme, lograste sacarlos del camino. Ellos te deben la vida.
— Pero yo morí, tengo esposas tengo hijos.
— Paulo, ¿de qué diablos esta hablando ? Creo que aún estás dormido, amor.
—¿Paulo?, me llamo Rudeus, un segundo ¿Aiko?
— Sí, ¿quién más sería, tonto? ¿Qué te pasa, Paulo? Estás nervioso por la boda.
— ¿Cuál boda?
— Amor, nos casamos en Japón hace 1 año, y ahora estamos en tu país para casarnos aquí también.
— Claro, Aiko. La chica japonesa con la que salía. Salvé a esos chicos. Recuerdo que me agradecieron mucho. Incluso salí en las noticias, me llamaron héroe. Decidí quedarme en Japón y la chica con quien salía, eventualmente se transformó en mi novia, y después en mi esposa. Habíamos regresado a mi país para casarnos acá, para que mi familia y amigos me acompañaran ya que no viajaron a mi boda en Japón.
— Vamos, amor. Debemos ir a la iglesia, —me dijo Aiko con su hermosa barriga de 3 meses. Ya lo recuerdo voy a ser padre, mi hermano, mi cuñada y mis sobrinos están felices por mí. Mi hermano, en especial, siempre quiso que yo fuera padre. Después de una hermosa boda, estábamos en una fiesta y todos reíamos. En ese momento, un hombre se sentó a mi lado.
— Estoy muy orgulloso de ti, Paulo.
— ¿Papá? No puede ser. Tú estás muerto. Falleciste cuando tenía 17 años de un infarto, trate de darte reanimación, pero fue un infarto fulminante, fallecíste al instante . ¿Qué está pasando?
— Ya te diste cuenta,— me dijo un hombre sentado tras nosotros, un anciano.
— ¿Tú quién eres?
— Me llamo Rudeus Greyrat, el Dios de la Muerte ,— dijo el anciano.
— Imposible, yo soy Rudeus Greyrat, —le dije.
— ¿Ya te diste cuenta entonces?
— ¿Qué, de qué hablas?, —le dije.
— Paulo, hijo, —me dijo papá. —Tú ya no eres Paulo, eres Rudeus Greyrat. ¿Ya lo olvidaste?
— ¿De qué hablan chicos?, —dijo de pronto Aiko, que se sentó en mi regazo. Ella vestía de blanco y se veía hermosa con su panza. Sería nuestro primer hijo.
— Aiko, lo siento
—¿De qué hablas, amor?
— Por no llegar a nuestra cita. Siento haberme ido de esa manera.
— Tu me gustabas mucho, Paulo. Yo te quería.
— Yo también, Aiko. Pero si te sirve de consuelo, quiero que sepas que estoy bien.
— ¿Vas a regresar, Paulo?
— Ahora soy Rudeus, Aiko. Te ves tan hermosa como te recuerdo. Si hubiese vivido, me habría encantado compartir mi vida contigo, pero el destino no es siempre lo que esperamos, —dije acariciando su vientre.— Me debo ir, Aiko. Pero espero que encuentres la felicidad, —dije besándola.
— Adiós, Paulo, —me dijo antes de que caminara con el viejo Rudeus hacia una luz.
— Y ahora, ¿qué?, pregunté.
— Vita está débil. Ahora te lanzará su ilusión más poderosa, te hará ver cosas que jamas hubieras hecho, con algo que deseas más que nada, y pensaras que nada está mal, pero estaré ahí. Debes darte cuenta.
— ¿Cuenta de qué?
— ¡CUENTA DE QUÉ!,— grite
— Rudy, hijo, despierta. Tienes una pesadilla,— dijo mi madre, Zenith.
— ¿Mamá?
— Hijo, tranquilo. Ya, tranquilo. Estás en casa.
— ¿Dónde está papá?
— Está abajo, con Therese desayunando. Ella vino de visita. ¿No recuerdas?
— Claro, sí, perdón, mami. Tuve una pesadilla.
— ¿Aún piensas en Roxy y Silphy?
— ¿Dónde están ellas?
— Mi niño, Roxy falleció en el Laberinto, y Silphy murió en el accidente de teletransportación.
— ¿Qué hay de Eris?
— ¿Eris, la Hija de Phillip ?, hijo. Salvaste a esa chica de los secuestradores cuándo eras niño. Pero aún así, ella no quiso darte el trabajo y regresaste con nosotros. ¿Lo olvidaste? Luego, en el accidente de maná, te atrapó cuando estábamos desayunando. Yo quedé en ese cristal y tú terminaste en el Continente Demoniaco. Silphy y sus padres murieron.
— ¿Qué pasó con Eris?
— No, lo sé, a ella y Ghislaine no se volvimos a ver.
— Ya veo.
— Hijo, sé que amabas a Roxy, sé que aún te duele.— Me dijo mientras me abrazaba.—Sé que la extrañas, mi amor, pero no puedes seguir lamentándote. Debes seguir y encontrar una chica. Eres un empresario exitoso con el príncipe Zanoba, pero ya hay rumores que dicen que ustedes son, ya sabes(...)
— No soy gay, mamá. Y Zanoba tampoco. Él tiene una rara obsesión con estatuas.
— Lo sé, es que la gente habla, mi amor.
— Lo siento, mamá. Aún amo a Roxy, y nunca voy a dejar de amarla. Y no hagas caso de las estupideces que dice la gente.
— Lo sé, mi niño, escucha, puedo arreglar una boda Rudy, no puedes seguir toda tu vida asi.
—Te amo mamá, gracias por cuidarme aunque ya sea un hombre estúpido y sentimental.
—Ven, baja a desayunar. Therese cree que eres distante con ella porque la odias.
— No la odio. Ella me ayudó a regresar y ayudó a Ruidjerd a pasar al continente central.
— Ya baja, amor. Aisha y Norm ya están desayunando.
— Bien, dije.
— Bajé a desayunar y reímos un rato con papá. Mis hermanas se fueron a la universidad, papá a su trabajo como caballero y yo partí a la empresa que tengo con Zanoba, donde creamos muchas cosas de mi mundo anterior, como relojes, ajedrez, binoculares, juegos, libros, y la autómatas qué hace poco patentamos algo que nos hizo asquerosa mente ricos, realmente mi vida a mejorado mucho a pesar de que soy un hombre solitario como en mi vida anterior, pero es no me molesta.
Pero esa mañana Zanoba había salido, dejando una nota de que fue donde Perugius a darle mantenimiento a la autómata que le regalamos al viejo, y había ido con Ginger y July. Además, pasaría a ver a Nanahoshi, que decidió congelarse en el tiempo al no poder regresar.
Sin más que hacer, decidí regresar a casa y subí a mi habitación. Mamá no estaba. Había salido con Lilia a ver a Elinalise y Cliff, quienes hace poco habían sido padres de un niño llamado Clive.
— Toc Toc Toc. ¿Puedo entrar?, me preguntó Therese, quien se había quedado en casa.
— Tía, ¿pensé que habías salido con mamá?
— No. La verdad, no me siento cómoda viendo a mi hermana reír con la otra esposa.
— No le digas así a Lilia, ella también es mi madre.
— Lo siento, Rudy. Escucha, quería hablar contigo, dijo sentándose en un extremo de mi cama.
— ¿Qué sucede?
— Papá y mamá quieren que vayas a Milis. Papá se entero que eres un rey del norte y un mago santo en todas las escuelas de ataque. Quiere ofrecerte un puesto de oficial a la orden de caballeros Milis que tú elijas.
— No me interesa. No soy un Milis. Además, si lo fuera, sería integrador. Mi novia era una demonio. Odio a los imbéciles que los detestan.
— Lo siento, Rudy. Paul me contó lo que pasó.
— Fue mi culpa. Llegué demasiado tarde.
— No lo es. La vida es así. Créelo. Soy mayor que tu y sé un poco más de la vida.
— Por favor, Therese, me ganas solo por 8 años. Ni que fueras una anciana.
— Aún así, mamá y papá quieren verte. Ven conmigo.
— No lo sé. Son años de viaje. Tú demoraste más de un año en llegar.
— Por favor. Mis padres están viejos. Quieren conocerte .
— Uff, bien. Hablaré con Zanoba para que encuentre un reemplazante en la empresa, pero te advierto, si tu madre dice algo sobre Norm o Aisha a el matrimonio de mis padres me largare de inmediato .
— Gracias, —me dijo, saltando sobre mí y abrazándome.
— Oye, Therese, no hagas eso, me aprietas.
— ¿Hacer qué?
— Esto,— dije. Ella se apartó un poco y nuestros ojos se encontraron.—ella es hermosa, y huele muy bien, y ahora que la miró bien se parece mucho a Sara, tiene ese mismo aire de inocencia.
— Sabes, Rudy, te has convertido en un hombre muy guapo, —me dijo pasando sugerente mente, sus dedos por mi pecho sobre mi camiseta .
— Oye, Therese, esto es algo incómodo, puedes bajarte por favor .
— ¿Qué cosa?, dijo sentándose sobre mi, con su trasero en mi regazo.
— Eres mi tía.
— No pienses en eso,— dijo dándome un beso qué me tomo por sorpresa. Estábamos excitados, pero me puse de pie de pronto.
— ¿Qué haces? ¿Te vas?
No, le dije nada y cerré la puerta con pestillo.
— Terminé acostándome con mi tía, y por si fuera poco, ella era virgen, así que fui su primera vez, después de un rato estábamos ahí, desnuda en mi cama, mientras ella se acurrucada en mi pecho y yo le sentía más relajado, solo falta un cigarro para que fuera más relajante.
— Pensé que eras virgen, Rudy.—, dijo ella rompiendo el silencio.
— No. Cuando estuve en los territorios del norte, perdí la virginidad con una aventurera llamada Sara. Luego, cuando vine a Ranoa, me acosté con una elfa rubia, aunque solo fue porque ella tenía una maldición, solo lo hice para que no muriera, y tuve una aventura con unas feráles .
— Ya veo, osea te gustan más la otras razas, eres un pecador .
—Deja de fastidiarme, eso fue hace muchos años.
—Lo siento (....). Eso fue maravilloso, Rudy.
— Esto está mal, Therese. Eres mi tía.
— Tranquilo, ambos somos adultos.
— Cuando salíamos de mi habitación y mientras nos besamos 3n un rico del segundo piso , mamá nos descubrió.
— ¿Qué mierda está pasando aquí?
— Zenith, no es lo que piensas,— dijo Therese.
— ¿Te aprovechaste de mi hijo?, dijo mamá furiosa.
— No es como piensas, Zenith.
— Rudy, ¿qué demonios pasa con ustedes?,— me dijo mamá.
— No sé, solo se dio,— dije.
— Vengan a la cocina, debemos hablar,— dijo mamá, roja de ira .
— Cuando bajábamos, un anciano estaba sentado en la sala.
— Mamá, Therese, adelantense, debo hacer algo.
— Está bien,pero eso no te salvará de la conversación Rudy,—dijo mamá mientras iba con Therese a la cocina, mientras yo fui con el anciano.
— ¿Quién eres?, le pregunté al anciano.
— ¿Te diste cuenta?
— ¿Cuenta de qué?
— De lo que no encaja.
— Nunca me acostaría con Therese. Ella me traicionó, ¿porque hice esto?, yo no soy así, espera te conozco, eres to pero del futuro .
— Jajajaja así es, pero no me refiero a eso, el te esta confundiendo para que no veas la trampa. Hay algo más que no encaja . ¿Ya te diste cuenta?.
— ¿No entiendo? .
— Ve a hablar con ellas y descúbrelo. Cuando lo hagas, destruye lo que está fuera de lugar y la ilusión desaparecerá.
— Cuando entré a la cocina, mamá, Paul, Lilia y Therese estaban ahí.
— ¿Qué pasó?,— preguntó Paul.
— Descubrí a esta desvergonzada besándose con Rudeus, y estuvieron juntos.
— ¿Juntos como?
— ¡No te hagas el imbécil, Paul! Tú sabes cómo, —dijo Zenith furiosa.
— Oh, ya veo. Muy mal, Rudy, Muy mal, Rudy malo, toma, —me dijo Paul, golpeando suavemente mi cabeza , mientras tenía una sonrisa y me guiñaba un ojo.
— ¡PAM!— Zenith le dio una bofetada a Paul. — ¡No lo alientes, imbécil! ¡Y tú, desvergonzada, ¿cómo te atreves a aprovecharte de mi niño?
— Él no es un niño, es un adulto, Dijo Therese, haciendo que mamá se convirtiera en un ser mas peligrosa qué la Hidra de Lapam.
Zenith saltó por sobre la mesa para atacar a Therese, y Paul y Lilia tuvieron que calmarla.
— Luego de hablar por unas horas, finalmente decidimos que me casaría con Therese por la fe de Milis. Esa semana, mamá se calmó y estaba más feliz, mientras ayudaba a Therese a elegir su vestido de novia, por otro lado Lilia y mis hermanas hacían los preparativos. Paul, por alguna razón, me regañaba, pero siempre sonriendo y felicitandome por tirarme a Therese, cuando mamá o Lilia no podían escucharnos .
Estaba en eso cuando Rudeus del futuro, qué estaba aún en la sala me habló.
— ¿Ya te diste cuenta?
— Esto es raro. Mamá se reconcilió con Therese demasiado rápido y la boda fue planeada de inmediato.
— No es eso. Es una distracción. ¿Ya te diste cuenta que está mal?
— (...) Mamá, ella no puede hablar y Lara nos ayuda a comunicarnos con ella. Un segundo, Lara, ¿dónde está mi hija?
— Bien, lo has descubierto. Hazlo y la ilusión desaparecerá.
— ¿Hacer qué?
— Destruye lo que está mal.
Entre a la cocina y ahí estaba mamá, sola, pelando verduras.
— Hola, mamita.
— Hola, Rudy, me dijo con una sonrisa.
— ¿Estás molesta aún?
— No ya no, de hecho estoy feliz. Al fin, te casarás y podrás seguir adelante.
— Entiendo, —dije. —-Mamá, te extraño mucho. ¿Sabes? , recuerdo nuestra vida en la aldea, buena.
— Sí, fueron buenos momentos. Pero ahora somos felices, Rudy, ¿no crees? Estamos juntos nuevamente y pronto tendrás esposa y luego hijos. Nunca me imaginé que sería con mi hermana, pero Milis no pone objeción sobre eso.
— Gracias, mamá.
— ¿De qué hablas, Rudy?
— Gracias por mostrarme a mi madre como la recordaba. Te extraño mucho y todos lo hacemos. La verdad, no me siento molesto por esto, aunque sí fue un golpe bajo usar a mi madre. Aún así, me alegro de haberte visto nuevamente cómo cuándo era un niño, mamá. Te amo,— dije abrazándola.
— Yo también te amo, Rudy, —dijo Zenith.
— Cañón de piedra,— dije, con jurando un hechizo y perforando la cabeza de mi madre, o mejor dicho, la ilusión de mi madre. Inmediatamente después, desperté en una habitacion sin ventana ni puertas, estaba sentado en una silla, frente a mi dos silla más y sobre ellas, habían dos seres. En una un esqueleto, con huesos opacos de color pardo-negrusco que tenía una corona en su cabeza, y también estaba sentado ahí a su lado, un gran limo del tamaño de una persona, de color azul.
— Mucho gusto, soy el rey demonio abismal Vita, —dijo de pronto el limo con voz solemne. —He sido derrotado en nuestra gran batalla. Felicitaciones.
—¿Tú eres Vita? ¿Qué fue lo que pasó?, pregunté
— No te hagas el tonto. Sabes lo que pasó. Has ganado, Rudeus Greyrat.
— Ya veo. Ahora recuerdo. Me provocaste ilusiones.
— Así es. Vi posibles futuros basados en tus recuerdos y tus sentimientos. Fueron ilusiones de la más alta calidad, magia de ilusión. Tienes una libido muy fuerte, aunque eres muy controlado. Sin embargo, en tu subconsciente, eso ayudó mucho.
— Sí, bueno, mi familia es así. Mi padre y mis primos (maldición, ¿qué va a pasar con mis hijos? Ahora que lo pienso, ellos heredarán algunas de esas cosas, en especial Ars).
— Ya veo, dijo Vita.
— Fueron ilusiones bellas, aunque jamás le haría nada a mi tía, pero fuiste un bastardo al usar a mamá y mi amor por ella .
— Di lo que quieras. En lo más profundo de tu alma, le tenías ganas a tu tía, jajajaja.
— Ya callate, pero aún así logré salir de la ilusión. Mi amor por mis esposas, hijos y el recuerdo del hombre que nos salvó la vida, me hizo salir de ahí.
— Deja de decir tonterías. Fuiste completamente derrotado por la ilusión. Admito que te resististe un poco por la naturaleza única de tu poder, sin embargo, ya estabas en lo más profundo de los sueños. Era imposible salir de ahí.
— Entonces, ¿cómo te derroté?
— Debido a eso,— dijo Vita, apuntando al esqueleto.
— ¿Es el cuerpo del viejo Rudeus?. Pero yo lo incinere.
— No te hagas el tonto, por favor, y no me tomes por estúpido. Ya sabías que estaría aquí y venías preparado con eso. El anillo óseo de Laxus, mi némesis. Por eso te quitaste el anillo del disfraz frente a Ruidjerd para que yo no viera el anillo en tu otra mano, ¿cierto? Ese anillo fue creado por el Dios de la muerte para asesinarme. Y ahora que te veo bien, tienes un aura parecida a los dioses de la muerte.
— No soy el Dios de la muerte, pero sí, este anillo, me lo dio el Dios de la muerte, Randolph. Dijo que lo usara para hablar con Kishirika. Ya veo. Él debió pensar que me encontraría contigo,— dije. Ahora que lo pienso, el Rudeus del futuro era el Dios de la muerte. Qué irónico. Finalmente, 3 dioses de la muerte participaron en la derrota de Vita.
— Ese anillo fue fabricado por Laxus para matarme. Hace que la persona muerta que más aprecias, aparezca en tus sueños y te saque de las ilusiones, sacándome de mi escondite, te juzgué mal y cometí un error. No me imaginé que tendrías eso y menos que atacaras a tu madre. Si lo hubiera sabido, habría hecho que Ruidjerd te amenazara.
— ¿Por qué no lo hiciste entonces ?
— Estaba controlando la plaga, y estaba controlaba a Ruidjerd a medias . Además Ruidjerd estaba considerando seriamente traicionar a Geese y unirse a ti. Incluso si dejaba morir a los Superd, el hombre te considera su familia y tenía muchos conflictos interiores. Entonces, entré en pánico y decidí poseerte. Sin embargo, eso acabó mal para mí. Tú me tendiste una trampa, jajajaja, qué irónico, ¿no crees?
— Supongo que te confiaste, Rey Vita.
— Así es, muchacho, —dijo mientras empezaba a encogerse y el esqueleto se desmoronaba.
Así que el Rudeus del futuro es el muerto que más aprecio, pensé . Bueno, es cierto, nos salvó la vida.
— ¿Eres un apóstol del Dios Humano?, pregunte.
— Sí, lo soy,— me dijo Vita. —Él me salvó de Laxus y me llevó al Laberinto Infierno. No hace mucho, me pidió ayuda para derrotarte. Y bueno, ya ves cómo he terminado. Finalmente, me llegó mi hora.
Escuchame, Rudeus Quaqmire. El Dios Humano es un bastardo. Sin embargo, muchos lo seguirán simplemente porque los salvó.
En ese momento, el esqueleto se volvió polvo y Vita casi desaparecía.
— Espera, ¿quiénes son los otros apóstoles?.
Pero ahí desperté e inmediatamente vomité algo, formando un gran charco de una especie de baba azul. Inmediatamente, el anillo de Laxus se rompió. Eso significaba que Vita había muerto. Laxus lo había matado al final.
— Cuando miré, estaba en la casa de Ruidjerd.
— ¡Ruidjerd, Ruidjerd!,— grité, buscándolo. Lo encontré de inmediato. Estaba temblando y se veía gris. Sin Vita, la plaga había regresado y Ruidjerd estaba agonizando.
—Despierta Ruidjerd, vamos amigo no me hagas esto—le decía mientras lo tapaba con una manta, pero él no respondía, respiraba con dificultad y tiritaba. Rápidamente salí a pedir ayuda, justo en ese momento Sandor venía corriendo hacia mí.
— Rudeus, tenemos un problema, muchos aldeanos han colapsado, no sé qué demonios pasó, pero colapsaron de pronto.
— Es la plaga, Vita tenía a Ruidjerd bajo su control y él estaba controlando la plaga, ahora que está muerto, esta volvió.
— ¿Qué Vita?, ¿el rey abismal Vita?, ¿estás bien?
— Sí, anoche tomó el control de Ruidjerd y pasó a mi cuerpo, pero eso provocó su muerte. Ruidjerd me dijo que Vita mantenía la plaga controlada.
— Espera, espera, cuéntame bien lo que pasó.— Exigió Sandor.
Así que le explique todo, como paso a mi cuerpo, que me hizo soñar, pero el anillo de Laxus lo mató y me sacó de la ilusión, además Ruidjerd me había traído a su cabaña.
— Ya veo, qué bueno que tenías ese anillo, si ese ser te hubiese controlado estaríamos realmente jodidos.
— Tranquilo, ¿qué están haciendo ahora?
— Doga traslada a los enfermos a casa del Jefe, ya que es la más grande, y hace poco fui a buscar a los cazadores para que regresen a la aldea. ¿Cómo procedemos General?
— Debemos buscar ayuda , escucha, cuiden a los enfermos, mientras yo, establecere un círculo de transporte en la aldea e iré a la cabaña. Ahí mandaré a pedir refuerzos médicos a Asúra y Milis, además debo aclarar algo con alguien, —dije molesto.
— Entiendo, sigamos ese plan,— dijo Sandor.
— ¿Algún muerto?,— pregunte algo asustado
— Aún no, pero hay varios inconscientes.
— Ya veo,— dije mientras miraba a Doga que llevaba a una mujer en sus brazos y un niño los seguía. Regrese a la cabaña y tomé a Ruidjerd en brazos , aunque Sandor me lo arrebató y se lo llevó a la casa del líder para que yo fuera a la Sharia.
Así que fuera de la aldea, cree una cabaña y bajo ella un túnel, en el cual dibujé un círculo mágico, conectado a uno de los varios que había dejado dibujado bajo la cabaña de La Sharia como emergencia. Luego de terminarlo, imbuí maná y este se activó. Apenas regrese a la cabaña y salí de ese laberinto todo lleno de círculos mágicos, en que se había convertido el primer subnivel de la cabaña, llegué a la oficina de Orsted.
— Gusto en verlo General, —me saludó Faria.
— ¿Dónde demonios está Orsted?, —dije molesto.
— Está en su oficina, señor, —me dijo algo asustada y bajando sus orejitas.
Abrí la puerta con fuerza y me encontré con Orsted sin su casco, el cual miró con una cara incómoda.
— Tú, maldito desgraciado, ya lo sabías CIERTO, ¿POR QUÉ NO ME DIJISTE QUE LOS SUPERD ESTABAN ENFERMOS?, ¿por qué no me dijiste que habías encontrado a Ruidjerd?, ¿por qué me lo ocultaste?, ¡tú sabías de la plaga y me lo ocultaste!, maldito, confiaba en ti, eres mi maestro y se supone que somos aliados, te consideraba un amigo y me haces esto.
Maldito eres como Hitler, pero al menos Hitler se preocupaba por Alemania.
Orsted me miró con cara aterradora, pero en realidad sentía culpa.
— Se suponía que los Superd debían estar muertos a estas alturas, se suponía que se habían extinguido hace años. Ruidjerd Superdia nunca los encontraba y él era el único superviviente. Se suponía que Ruidjerd tendría una hija, y esa hija es fundamental para matar a Laplace.
— ¿Qué, y por qué no me dijiste todo eso desde el maldito principio? ¿Es cierto que estuviste en la aldea? .
— Así es, hace 2 años. Noté una perturbación de la historia en Biheiril, así que fui a investigar mientras tú estabas en misiones, ahí encontré a los Superd, y ya estaban enfermos, pero también ahí estaba Ruidjerd. Traté de curarlos, pero nada funcionó. No sé qué tienen. En todos mis bucles nada así pasó.
— ¿Por qué necesitas a la hija de Ruidjerd?
— Ella es la mujer de quien te hablé, pero además, cuando Laplace se vuelve Dios Demonio es prácticamente inmortal, pero tiene un punto débil que solo los Superd pueden detectar, pero como habíamos pensado matarlo cuando era niño, no consideré necesario que ella naciera, pero fracasamos en Shirone y ya no sabemos cuándo nacerá Laplace.
— Y ¿cómo lo vas a matar?
— Con la espada de Dios.
— Y ¿tu maná? Después debes ir a enfrentar al Dios Humano.
— Bueno, ahora hay aliados, tal vez no gaste tanto maná en Laplace. Por eso preferí no decírtelo. Si lo hubieras sabido, hubieses ido con él a pesar de que no hay nada que hacer. Lo siento.
— ¿Como se supone que confíe en tu después de esto, Orsted?.
El no dijo, nada solo guardo silencio mientras me miraba.
—¿Cómo se suponía que Ruidjerd tenía una hija?— pregunte, tratando de calmarme
— Bueno, él salvaría a una mujer, una miembro de un conjunto de bardos en el continente demoniaco. Esa mujer se enamora de Ruidjerd y tienen a una bebé.
— Maldita sea,— grité pateando una silla mientras chocaba de espaldas contra la pared, para luego caer lentamente y sentarme en el piso, poniendo mi cabeza entre mis rodillas. —Entonces es mi culpa, por mi culpa Ruidjerd salió del continente demoniaco, y jamás se encontró con la mujer, además eso lo llevó a encontrar a los Superd y a enfermarse. Maldición, —dije mientras sollozaba y me agarraba la cabeza.
— No es tu culpa, el accidente de teletransportación también tuvo que ver, además fue mi culpa también, debí decírtelo, tal vez habrías logrado hacer algo. Lo siento,— volvió a decir Orsted.
—¿Y su busco a esa mujer músico, y la llevo con Ruidjerd?.
—No tiene sentido, esa chica ahora no trabaja en un grupo musical, su historia cambió, ademas Ruidjerd y los Superd morirán pronto. —dijo Orsted.
— Espera, ¿se los Superd debían estar muertos hace años? ¿Cierto?
— Sí, ya varios años. Ruidjerd se suponía que era el último de su raza.
— Espera un segundo, ese maldito hijo de puta, —dije al atar los cabos y darme cuenta de algo — El es quien mata a los Superd en los bucles, y ahora espero que Ruidjerd estuviera con ellos para eliminarlos a todos. Hijo de puta , fue el hombre Dios. Claro, a él le conviene que nazca Laplace, y puede ver su futuro. De seguro, el bastardo vio que la hija de Ruidjerd estará en la batalla final, y aprovechó el accidente de maná para sacar a Ruidjerd del continente demoniaco usándome a mí y a Eris. Por eso, retrasó el asesinato de los Superd, y espero que Ruidjerd llegara ahí para soltar la plaga, y así, evitar que naciera tu novia y no dejar ni a un solo Superd , Orsted.
— Ella no es mi novia, —dijo Orsted sonrojado mirando para otro lado.
— Ese hijo de puta quiere al Dios Demonio con vida. La parte demonio de Laplace está obsesionado con matar a la raza humana y de seguro, ese marica del hombre dios lo manipula. Y como no puede manipularlo en sueños porque Laplace también lo odia, de seguro usa un apóstol. ¡Maltita sea, hijo de perra!, —grité sintiéndome un imbecil, como si hubiera perdido una batalla.
— Jajajajaja—reí sarcásticamente— El lo planeó así. Huele a sus malditas manos metidas en esto, era una trampa. Por eso llevó a Vita con los Superd. Planeaba eliminarlos a ellos y a mí al mismo tiempo. Los Superd son los enemigos jurados de Laplace y yo soy el comandante del ejército que evita que gastes tu maná. ¡Sí que tienes planes retorcidos el desgraciado! Aunque debo admitir que fue bien planeado, —dije.
— Yo quería decírtelo hace tiempo, pero me siento avergonzado, —dijo Orsted con una mirada aterradora. Bueno, para otras personas, pero yo vi en esa mirada vergüenza y arrepentimiento.
— ¿Estás seguro que no hay cura?, —pregunté.
— Así es, traje de todo, magia de curación. Magia de desintoxicación, hierbas medicinales, pero nada funcionó.
— Pero tú no lo sabes todo, ¿cierto?
— ¿A qué te refieres?
— Bueno, has vivido 20 mil años, sin embargo, solo bucles de los últimos 200 años, ¿cierto?
— Así es, dijo Orsted.
— Eso quiere decir que no tienes ideas sobre muchas cosas que pasaron, desde el colapso de los 6 mundos en el mundo humano, hasta tu renacimiento en ese bosque del continente central, ¿cierto?
— Bueno, el Dios Dragón Laplace me dejó una infinita colección de libros sobre todo el conocimiento que reunió.
— Entiendo, pero ¿tu hermano lo averiguó todo?
— No, supongo que no.
— Hay alguien que puede ayudarnos, Kishirika Kishirisu. Ella puede saber qué tienen.
— Ella no puede salir del continente demoniaco, moriría. Es su maldición. Por eso ya no ha provocado guerras.
— Creí que estaba aburrida de llevar a su pueblo a la muerte.
— Eso dice ella. Quién sabe, —dijo Orsted.— Como sea, no podemos llevarla a la aldea Superd.
— Señorita Faria, puede venir, —dije, mientras Orsted se ponía el casco.
— Sí, General, —me dijo la bella elfita.
— Comuníquese de inmediato con mi espo(…), quiero decir, con la reina Ariel. E infórmele que necesitamos a su mejor equipo médico. Dígale que la tribu Superd está invadida por una plaga y necesitamos un equipo de doctores, medicinas y alimentos, y que sean de la más alta confianza. Comuníquese también e inmediatamente con Milis y pida que el padre Cliff Grimoire venga de inmediato, por una emergencia médica grave. Hágale saber de la plaga, pero omita que hablamos de demonios. Explíquele la situación cuando llegue.
— Sí, señor, —dijo Faria, e inmediatamente empezó a enviar mensajes.
— Cliff tiene el ojo de identificación. Tiene 7000 mil años de conocimientos de Kishirika en esa cosa, tal vez funcione—le dije a Orsted .
— Iré contigo a Biheiril, —dijo Orsted, algo que agradecí. Después de contarle cómo murió Vita y confirmarle que era un apóstol, Orsted se mostró sorprendido, aunque le dije que debería decirme más claramente las cosas. Ya también fue escueto cuando le pregunté por qué me había dicho que no me sacara el anillo.
Le envié mensajes a Papá, Eris, Roxy y Silphy por las tablillas explicándole la situación de los Superd y mi enfrentamiento con Vita , aunque les dije que resolvería lo de la plaga , ya que si Eris se enteraba de la enfermedad de Ruidjerd era muy grave, vendría corriendo desde la tercera ciudad.
A todo esto, papá había informado que no había novedad, y Roxy decía que estaban aún buscando la ubicación del Dios Ogro, que al parecer no estaba en la tercera ciudad . Además, Zanoba me informaba desde la primera ciudad que se estaba formando un gran grupo de cacería, que partiría en unas semanas hacia Irelil.
Ya con todo eso, dejamos a Faria en la oficina de Orsted, encargada de enviar mensajes a todos nuestros aliados, justo cuando ya partíamos hacia la aldea Superd, llegó Aisha armada.
— ¿Qué haces?, —pregunté.
— Iré a reemplazar a Papá, él vendrá a cuidar la casa estos días.
— Está bien, dile que vigile la oficina, Orsted estará fuera unos días.
— Está bien, —dijo Aisha.
— Por cierto hermana, papá tiene un pergamino de emergencia que está conectado a casa, dile que te lo entregue cuando él regrese. Se pueden teletransportar un máximo de 3, para que puedan huir con Rinia o Purcena por si pasa algo.
— Bien, le diré. Nos vemos, hermano.
Ya con eso listo, le dejé dicho a Faria dónde debía enviar a los médicos y a Cliff, y así nos transportamos a la aldea Superd.
Una vez llegamos a la aldea, nos dedicamos a revisar a los enfermos, sin embargo Orsted llegó a la misma conclusión, no tenía idea qué les pasaba.
— Sandor, ¿qué están haciendo los Superd sanos para ayudar?, pregunté
— Comida e infusiones con hierbas locales y del continente central que compraron al mercader, pero no hacen mucho efecto.
— Usted, Dios Dragón, ¿no sabe qué puede ser?, —preguntó Sandor.
— Me temo que no. Nunca había visto que una plaga actuara tan rápido. Vita debe haber tenido modificaciones en toda la aldea, controlando la plaga, pero ahora está muerto, por eso muchos han caído enfermos, y esta enfermedad, nunca había visto nada igual.
— Envié mensajes a todos nuestros aliados pidiendo ayuda. Pronto debería llegar equipo médico,— dije.
Al día siguiente, solo Asúra envió refuerzos, se trataba de dos doctores, 4 enfermeras y una gran cantidad de medicina, suministros médicos, ropa y comida.
— General, su majestad nos ha enviado,— me dijeron los doctores, así que los llevé a la casa del jefe.
— Lo que verá es confidencial, doctor. Cualquier filtración se castigará con la pena de muerte. ¿Está claro?, —le dije.
— No se preocupe señor, su majestad me lo dejó claro. Y no se preocupe, no le tememos a los Superd.
— Bien,— dije, y los hice pasar. Rápidamente los doctores empezaron a examinar a los pacientes y a suministrar medicamentos y magia de curación. Las enfermeras prepararon comida y aseaban a los más enfermos, pero me temo que la medicina en este mundo está muy atrasada en comparación con la de la Tierra. Si bien la magia de curación es una gran ventaja. En temas como este, de enfermedades desconocidas y cómo actuar, no hay mucho que hacer. La investigación científica se ha visto afectada por la magia de curación, y realmente hay enfermedades específicas que la magia de curación no cura, como lo son el Alzheimer, el Parkinson, la demencia senil, o el síndrome de drenaje. Cura el cáncer, infartos, hasta destrucción de órganos si la aplicas de inmediato, pero hay algunos casos que no se puede hacer nada.
Esa tarde el doctor me llamó a un lado y me dio las malas noticias. Solo había logrado calmar los dolores y paliar algo ciertos síntomas. Sin embargo, no es una cura y no saben qué puede ser. Si bien nadie ha muerto, es cuestión de tiempo. El doctor solo me dijo que pueden hacer que tengan una muerte más amable, aunque seguirían intentando hacer algo, pero que no tuviera muchas esperanzas.
Así que me senté al lado de Ruidjerd, quien respiraba con dificultad y tosía de vez en cuando.
— Rudeus, debemos hablar,— me dijo de pronto Sandor.
— Sí, claro,— le dije limpiando mis ojos llorosos y salimos fuera de la casa.
— Escucha, faltan 4 días para ver a nuestro contacto y ver si averiguó algo sobre el ladrón, es decir, si averiguó algo, de alguien cómo Geese.
— Ya veo, bien, yo iré pasado mañana a verlo.
— No, no puede ir solo. Mejor iré yo. Tú quédate aquí con Doga. Créeme, puedo defenderme solo.
— Bien, pero no hagas nada estúpido, Sandor.
— Sí, tranquilo. Pero ¿qué haremos con el grupo de cacería que se reúne en la primera ciudad?
— Mmm, estamos a un mes de que lleguen. Escucha, averigüemos sobre Geese y viendo qué noticias hay, iremos a negociar con el rey y le diremos que lo pasa con los diablos y los Superd. No debería haber problema si le explico bien lo que sucede, y si aun así, no me creen y los envían, pelearemos. Los vamos a defender. No voy a dejar que maten a estas personas. Son inocentes, mira, está lleno de niños y jóvenes que ni nacían en la época de Laplace.
— Bien, entonces dentro de 4 días, —me dijo Sandor, que volvió a sus labores que eran casi de alcalde subrogante de la aldea.
Esa noche caí dormido en la casa de Ruidjerd, estaba realmente exhausto .
A la mañana siguiente, muy temprano, sentía que me movían.
— Rudeus, ¡despierta, despierta! ¡Vamos, no puedes estar durmiendo!
Cuando abrí los ojos era Norm, que estaba muy enojada y con los ojos llorosos.
— ¿Qué pasó? ¿Le pasó algo a Ruidjerd?,— dije asustado.
— No. Pero él está muy mal. ¿Por qué no me dijiste que él estaba enfermo? Sabes que yo lo quiero mucho, él fue muy bueno con nosotros.
— ¿Qué demonios haces aquí, Norm?,— le dije molesto.
— ¿Qué?
— Dije, ¿qué demonios haces aquí, Norm? Este lugar es peligroso, hay una plaga y mercenarios atacarán en unos días. Es probable que estalle una guerra aquí, así que, ¿qué mierda haces aquí? Creo que te deje en casa cuidando a la familia , con Nana, eres avanzada en esgrima y magia, por más que quieras a Ruidjerd no era momento de venir aquí por tus caprichos.
— Yo, yo, yo lo siento, hermano. Es que me asusté. Además, Papá había llegado a casa y me dijo que viniera, que él estaría ahí. No pensé que te enojarías.
— Disculpa, Norm, no quería gritarte, pero no te quiero en peligro, —dije acariciando su pelo. —De todos modos, ¿cómo supiste que estaba aquí?
— Ese caballero de pelo negro, me dijo que estabas en esta casa.
— Me refiero, ¿cómo supiste lo de Ruidjerd?
— Cliff pasó por casa y me contó, así que vine con él.
Cuando miré a la puerta, ahí estaba parado Cliff con su túnica de sacerdote Milis y a su lado Elinalise, vestida con su traje de aventurera.
Rápidamente me puse de pie.
— Cliff, amigo, ¡qué bueno que llegaste! Ruidjerd y los Superd van a morir si no descubrimos la cura—dije mientra solo abrazaba.
— Tranquilo, —me dijo con confianza. —Todo está bien. No estudié tantos años magia de curación y maldiciones por nada. Además, tengo esto, —dijo golpeándose el parche que tapaba su ojo demoníaco.
— Sí, y no regañes a tu hermana. Yo la invité a venir. Tranquilo, en tu casa estabas tú, tu padre y tenía la armadura de bronce. Además, hay varios mercenarios cuidando los alrededores de tu casa la de tus padres y la de Zanoba . Por cierto, dejé a Clive al cuidado de Nanahoshi y tus madres, espero que no te moleste.
— ¿Cómo me va a molestar mi sobrino, idiota?,— le dije sonriendo.
— Bien, manos a la obra, —dijo Cliff, y partimos a la casa del jefe, aunque rápidamente pude ver en los Superd mayores el miedo la desconfianza y en otros derechamente la hostilidad contra Cliff, su sotana y símbolos Milis.
Rápidamente, Cliff empezó a hablar con los Superd. "¿Hace cuánto empezó la enfermedad? ¿Cuáles son los síntomas? ¿Qué comen?", etcétera, etcétera. Esto costó un poco, ya que muchos Superd no confiaban en Cliff. Muchos estaban atemorizados cuando lo vieron, por lo que tuvo que sacar información de los más jóvenes (lo cual es curioso porque todos se ven jóvenes, incluso el anciano jefe).
Luego, habló con los doctores y el tratamiento, dónde Cliff se puso pomposo y dijo que los doctores asuranos no sabían ni mierda, lo que provocó muy mala cara del equipo médico. De hecho, me disculpé con ellos y les dije que era un sanador enviado de Milis, aunque eso no convenció al médico. De hecho, la actitud de Cliff fue como meterles un petardo en el culo a los médicos, ya que no les agradó nada.
— Rudeus, acompáñame, —me dijo, y recorrió toda la aldea mirando la tierra, el agua, los cultivos, la madera, la carne, incluso la mierda de las letrinas. Llegó y entró a una casa provocando el pánico de una hermosa mujer Superd y sus hijos, mientras Cliff la interrogaba por la vida cotidiana. Por cierto, todo esto lo hacía con su ojo demoníaco mirándolo todo.
Punto aparte , las casas de los Superd están decoradas con dibujos de los niños y varios adornos, muy diferente a Ruidjerd. Al parecer, solo él tiene esa personalidad especial, comparado con su pueblo.
Finalmente, Cliff me llevó a un lado para decirme qué había descubierto.
— Bien, Rudeus, creo que entiendo qué pasa. Este lugar está lleno de poder mágico sumamente concentrado, como jamás había visto. La tierra, el agua, las verduras, la carne, absolutamente todo, jamás vi algo así, ni siquiera en el Gran Bosque. Eso también explica por qué solo hay un monstruo, —dijo mirando las pieles de los lobos invisibles.— Los Superd son originalmente de Biegoya y ahí el poder mágico era bajo, ¿cierto?
— Bueno, en Biegoya y Rikaris sí, considerando que en otras partes como el Bosque Petrificado es altísimo.
— Bueno si , pero nunca tan alto cómo éste lugar. El problema es que los alimentos están llenos de poder mágico. Todos los seres vivos podemos regular nuestro maná naturalmente, sin embargo, ¿qué pasaría si consumes por cientos de años estas comidas altas en poder mágico?
— Tu cuerpo le costaría regular sus niveles,— dije.— Sería como beber alcohol todos los días y sin desintoxicarte. Eventualmente te daría cirrosis, y si no te curas con magia te llevaría a la muerte.
— Exacto, pero esto no es lo mismo que la cirrosis, ellos tienen demasiado maná que no pueden regular, debido a siglos de consumir y vivir en un lugar así.
— Pero ¿qué hay de Ruidjerd? Él solo llegó hace unos años.
— Bueno, tal vez la gran cantidad de maná es algo artificial. O tal vez los Superd, cuando llegaron, el maná concentrado no era tanto y es obra del Dios Humano o algún apóstol . Y Ruidjerd, al llegar, absorbió demasiado maná y enfermó rápido también.
— Un segundo, esto me suena como la enfermedad de Nana.
— Así es, es el Síndrome del Drenaje, o eso creo. Los síntomas son iguales.
— ¿Puedes construir artefactos mágicos para que drenen su maná?
— Amigo, tardamos años en construirle uno a tu esposa. Pero los Superd se recuperarían si abandonan este lugar con tanto maná, ¿pero? Mmmm , Liz, ¿puedes traerme mi mochila, amor?
— Claro, —dijo la elfa que estaba atendiendo pacientes, y corrió a una casa que les habían asignado.
Cuando volvió, Cliff sacó té de Sokas.
— Vamos a darle esto y ver qué pasa, —me dijo.
— Amigo, los Superd no confían en ti y le temen a la iglesia Milis.
— Lo sé, por lo mismo vengo con mi túnica. Si los curo, se darán cuenta que no todos somos como los templarios y les hablaré del bando integrador.
— Bien, hazlo,— le dije.
Así que en un caldero hervimos agua y preparamos el té. Cliff también agregó unas bayas rojas.
— ¿Qué es eso?, pregunté.
— El ojo demoníaco dice que estas bayas son un veneno que drena el maná de los magos. Se usa para dejarlos fuera de combate, sin embargo, el ojo dice que combinado con el té Sokas potencia su efecto y dice que da un sabor y una sensación de relajo exquisito.
— Ya veo, Kishirika se drogaba con estas cosas, debe ser su marihuana.
— ¿Marihuana? Esas plantas no te drogan, Rudeus, y solo se usan para semillas y crear cuerdas.
— Lo sé, en este mundo no, pero en el mundo de Nana sí tiene un efecto narcótico.
— Y tú, ¿cómo lo sabes?
— Eeeee, este, ee,veras Eeee, Nana me lo dijo. Ella lo probó una vez, pero no le digas. Ella me lo dijo como secreto,— dije desviando la mirada.
— Oh, interesante, .
— Bien, listo,— dijo Cliff, y llevamos el caldero a la casa del jefe, dónde los médicos atendían a los enfermos.
— Escuchen todos, tengo una medicina aquí. No es seguro que funcione, así que necesito a alguien que la beba, pero no les aseguro nada.
— ¡Nunca ! ¡Los Milis son unos desgraciados! ¡Que se pudran los Milis! ¡Malditos asesinos!, —gritaban los Superd, pero esto no afectó a Cliff.
— Vamos, solo uno debe beberla.
Los médicos también empezaron a cuestionar a Cliff y sus métodos. Sin embargo, de pronto alguien levantó la mano.
— Yo lo tomaré, —dijo Ruidjerd, que estaba acompañado de Norm. —Yo lo beberé.
— No, no lo hagas, Ruidjerd. No se puede confiar. Míralo, es un sacerdote Milis. Ellos fueron quienes más nos persiguieron. No les importó que nosotros no fuéramos guerreros, nos cazaron sin importar que solo éramos familias de agricultores y cazadores. ¡No beberemos!, —dijo uno.
— ¿Acaso quieren extinguirse?, —les gritó Ruidjerd. —Además, gracias a un Milis pude regresar al continente Central. Galgard Nash Venit, él es mi amigo y es un Milis, y Rudeus es como mi hermano, y ese tipo es su amigo. Si Rudeus confía en él, yo también. Tráeme la medicina, .
El resto de los Superd poco a poco también decidieron tomarla. Cuando Ruidjerd la bebió, finalmente todos la bebieron.
— Gracias, joven sacerdote, le dijo Ruidjerd a Cliff.
— Esperemos que funcione.
— No te preocupes, ya tuve una buena vida, —dijo Ruidjerd.
Pronto, todos los Superd se durmieron. Ya era tarde, así que nos retiramos a dormir, mientras las enfermeras quedaron a cargo, y con la orden de que , ante cualquier novedad me fueran a despertar.
Esa noche, me dirigí con Norm a la casa de Ruidjerd y me puse a cocinar un poco de arroz, y en otra olla tiré carne en cubos y varias verduras picadas a lo largo y finamente. Le eché un poco de salsa de soya. Norm me acompañó y comió conmigo.
— Esto está rico, Rudy, ¿qué es?
— No lo sé, algo parecido a la comida china que comía en mi mundo, la comida china es la mejor de oriente .
— Pero tú no eras chino.
— No, pero había muchos restaurantes chinos en donde vivía, y a veces iba a comer ahí con mis sobrinos de ese mundo.
— Esto está muy rico. Deberías hacerlo en casa. A Nana le encantaría.
— Sí, respecto a eso, no le digas que dije que la comida china es mas rica que la japonesa. Ella se molestará conmigo.
— ¿Por qué?
— Bueno, Japón y China, son países que, eee, no se llevan muy bien. Y Nana lo niega, pero no le gusta que le digan "China".
— ¿Por qué eso?
— Bueno, verás, hace unos 100 años en ese mundo, Japón y China... (...), genocidio... (...), guerra... (...), etcétera, etcétera.
— Vaya, eso suena horrible.
— Sí, así es. Por cierto, esto es soya, lo hacen los ogros en este mundo y lo beben como licor , pero en el. Mundo de Nana es con lo que cocinan los orientales . Nana lo buscó por años, estará feliz cuando se lo lleve.
— Tú sí que la amas, ¿no hermano?
— Las amo a todas, todas, todas.
— ¿También a la reina?
— No empieces.
— Ella estuvo en casa el otro día, fue unas horas, preguntó por todos.
— Mmmmm.
— Rudy, dime la verdad, soy tu hermana, y te lo juro por Milis que no diré nada. ¿Edward es tu hijo?
— No lo sé, digo, no lo es.
— Ya veo. Perdona por ser metiche, estoy preocupada por Ruidjerd.
— Él se pondrá bien. Cliff sabe lo que hace. Él jamás me ha fallado.
— Lo sé, —me dijo con una sonrisa.
Me acurruqué con Norm en una esquina a conversar, y terminamos cantando algunas canciones de mi mundo.
— Vaya, Norm, tienes una voz hermosa. No sabía que te gustaba la música.
— Tocas lindo ese instrumento. Y leí esas canciones que tienes escritas en tu libro y sus traducciones. Esas de Queen son muy lindas. Lástima que cantes horrible, hermano.
— Muy graciosa. Cuando regresemos, yo tocaré la guitarra y tú cantarás.
— Es un trato, me dijo, así que me dormí abrazado esa noche con mi dulce hermanita menor. Espero que mañana tengamos buenas noticias.
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