Luego de darle la orden de cese de hostilidades a Luke, que Ariel me había dado, éste me llevo junto con Tris al círculo a las afueras de Ars.
— Qué te pasa Rudeus, te noto cansado,—dijo Luke, con una sonrisa.
— Nada, me dormí anoche con Edward en brazos y dormí en el sillón, en la habitación de Ariel, seguro dormí incómodo.
— Pffff claro dormir, jajajaja, —río Luke, mientras Tris le dio un fuerte codazo.
— No te burles, he estado muy ocupado, ahora debo regresar a Milishion a hablar con el Papa y mi abuelo.
— Claro, entiendo,— dijo Luke.
— Una vez llegamos, me despedí de los chicos y me transporté a la oficina y de ahí al reino de Milis , para la próxima vez le diría a Ariel que fabricariamos un círculo directo al palacio de plata.
Mientras Rudeus se iba, Tris regañaba a Luke en el carruaje.
— ¿Tienes mierda en la cabeza Luke?.
— ¿Qué hice ahora?.
— Como se te ocurre insinuarle que no había dormido, idiota.
— Bueno es obvio, Antes de ir a buscarlo Ariel te pidió drogas, es obvio que su majestad estaba haciéndole un hermanito al príncipe, y viéndole la cara que tenía, lo uso toda la noche, jajajajaja .
— Escucha pusilanime tarado, no vuelvas a decirle esas cosas a tu primo , si él se entera que es el padre del príncipe , va a haber un gran escándalo ente el y su majestad y ella no quiere perderlo, ¿esta claro?.
— Lo siento amor.
— Bien, no lo vuelvas a insinuarle qué el es el padre , Luke, y por cierto me llegó un nuevo afrodisíaco, y esta noche lo vamos a usar, quiero otro bebé, así que hidratate.
— Oooh, chica Traviesa, dijo Luke con una sonrisa .
Cúando llegue a la oficina rápidamente me dirigí a Milishion, donde el Papa y la bendita se sorprendieron de verme de regreso tan pronto.
Cúando les explique la situación el santo padre y el cardenal (que fue llamado a la reunión debido a que los templarios son de su facción) , me explicaron que el reino Dragón, hace un tiempo, pidió un préstamo en dinero y un regimiento de templarios para hacer de policías, mientras resolvían los problemas internos que dejó la muerte del anterior rey. Estas unidades tenían órdenes de mantener a raya al reino Dragón, tal como lo hacía Ariel acosandolos en la frontera norte. A pesar que el reino Dragón ya había pagado el prestamo hace varios meses, los templarios aun se mantenían ahí .
Así que tuve que explicarles, lo que pasaba y que dejaran de intervenir en ese pais. Los 3 firmaron un documento donde se ordenaba la retirada de los caballeros de sus funciones policíacas. Antes de irme me dijeron que debía tener la firma del comandante templario, mi abuelo, así que tuve que ir a la mansión Latreia a hablar con él, ya que estaba en sus días libres.
Antes de ir con ellos, hable con Cliff unos minutos, y le dije que estuviera atento a los mensajes en la sede mercenaria, por si pasaba algo, ademas le asugure que Elinalise y Clive estaban bien.
Cúando llegue a la mansión, Carlise firmó sin problemas el documento, Claire me pregunto por mamá y me invitó a almorzar, pero le dije que realmente estaba muy ocupado con esto, así que me despedí de ellos prometiendo qué los visitaría apenas pudiera.
Una vez de regreso en el reino Dragón, pedí una audiencia con el rey Stevio, usando el poder qué me dio la reina Ariel, la audiencia sería para el día siguiente.
Al otro día estaba en la embajada de Asura , donde fuimos recibidos amablemente y nos dieron ropas elegantes.
Eris, se vistió con un uniforme masculino para poder usar sus espadas, se veía increíble, con esa chaqueta roja y esos pantalones negros que dejaban ver el hermoso contorno de su culo bien formado, Eris tiene un culo hermoso, no es gigante, pero es más grande que el de mis otras 3 esposas, es un poco más grande que el culito de Ariel, pero mas pequeño que el de Tristina y es redondo, Dios es perfecto, me gustaría que la pudieran ver, cuando se pone en 4, con esa tanga que usa cuando estamos juntos, Dios, Nana si tiene talento para fabricar lencería erótica, pensé .
— Qué mierda me miras tanto Rudeus.
— Nada, ¿no puedo mirar a mi hermosa esposa?, —dije Guiñandole Un ojo.
— Si, pero deja de mirarme el culo.
— ¿Porque no puedo?, si es mio.
— Mmm, esta noche podrás tocarlo, pero por ahora no lo mires.
— Bien que mal carácter, ademas se que tu también me miras cuando uso jeans.
— Ya callate—me dijo sonrojada .
— Aisha, puedes dejar de pasearte en ropa interior y elegir un maldito vestido.—le dije.
— Es que no traje el vestido de gala, no sabía que vería al rey, y no quiero ir de rojo como Eris. ¿Qué tal me queda el verde?.
— Si esta lindo, ve con eso.—le dije
— Mmm no, no convina con mis ojos verdes, son de otro tono.
Yo ya estaba enojado, sentado en el maldito sillón mientras mi hermana se paseaba casi empelotas buscando un maldito vestido.
— Ya ponte este—le dijo Eris .
— Pero Eris, tu iras de rojo, yo no debo opacarte.
— ¿Y eso que?, yo ta estoy casada, y tu eres mi cuñada, vístete más elegante, ademas yo no podía usar vestido con mis espadas.
— Esta bien.
— Ya, vamos, vamos qué vamos a llegar a la hora de la 🎺.—les dije mientras apuntaba a mi reloj.
—Aunque para ser sincero este país me recordaba mucho a mi antiguo mundo, o más bien a mi antiguo país, ¿saben porque?, porque son impuntuales igual que lo eramos en Sudamérica, o por lo menos en mi antiguo país, donde llegar a las 12 significados las 12.30.
Antes de irnos Zanoba fue con la princesa Benedict y Randolph, con su equipaje listo por si debían escapar si la negociación salía mal.
Ya con eso preparado, me dirigí al palacio real donde me recibieron 2 conjuntos de armadura de unos 3 metros de alto, pasamos por un largo pasillo donde a cada lado se veían conjuntos de armaduras. Yo estaba emocionado, era como estar entrando al castillo de Camelot, a una entrevista con el rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda, siempre me imagine así un castillo. La verdad me gustó mucho. Obviamente las salas de audiencia del palacio de plata y el Caos Breaker era mucho más elegantes y hermosas, pero este tenía ese encanto medieval, que siempre imagine de los castillos europeos.
Una vez nos hicieron ingresar a la sala de audiencias, frente a mi me recibió un gran número de armaduras, aunque esta vez no eran adornos, eran caballeros de pie, y frente a mi, en el trono, mi amigo personal Kirkland Von Kingdragon, un tipo de más o menos mi edad, con el pelo largo y una incipiente barba. Tras él en una armadura con marcas de cortes un tipo de unos 40 años, aunque dicen que tiene casi 90, el 1/4 de elfo, Chagall Gargantis, comandante en jefe del ejército del reino del rey dragon. Aunque no tiene orejas largas, las tiene como un humano normal, curioso considerando a Silphy qué también es 1/4 elfa.
No pensé mucho en eso cuando me arrodille frente al príncipe, mientras Eris y Aisha hacían seguían mi ejemplo.
La verdad esperaba hablar con el rey, pero el príncipe estaba aquí, así que esperé que él hablara.
—Vaya , vaya, vaya, pero si es el famoso general Greyrat, ni más ni menos el protector de Ariel en persona, creo que ya nos habíamos conocido general.
—Así es majestad, gusto en volver a verlo, dije.
—Lamentablemente, mi padre el rey Stevio se encuentra en mal estado de salud y yo lo estoy representando, ¿espero que eso no sea un problema?
—Claro que no majestad.
—Sabe general, usted es un tipo fascinante, mató a la diosa del agua Reida, mató al emperador del cauce Michel, al emperador del norte Aubert, el emperador del Filo Darkbird, comandó al ejército de Shirone qué derrotó a un país invasor con una fuerza 10 veces las pequeña y no conforme con eso mató al antiguo Dios del filo.
—Si puedo decirlo majestad, yo no maté a la diosa del agua, ese fue el Dios dragón, y a Michel lo mató mi esposa que está tras de mí, y a Aubert lo mató mi maestra Ghislaine, y en la guerra de Shirone no estaba solo, el general Zanoba y la maga real Roxy Greyrat estaban conmigo, además de los soldados del fuerte Karon.
—Jejeje, veo que eres sincero, me gusta eso, pero no me vas a negar que mataste a Feher y a Darkbird?
—No señor, no lo niego.
—Me agradas, sabes en este país valoramos la meritocracia por sobre todo, y sé muchas cosas de ti, sé que tu padre era el heredero de la casa de Notos, y fue expulsado de esa familia y tú naciste sin las comodidades de un noble, y aun así te convertiste en el hombre más temido de Asura.
—Yo no diría eso majestad.
—¿A qué debo tu visita?
—Bueno, yo...
—Espera, déjame adivinar— dijo sonriendo—, sé que estás recorriendo el mundo, aliando a los países contra Laplace que renacerá en 80 años, sé que eres amigo del Dios dragón, y formaron un ejército del que eres comandante, sé que estás aquí para abrir una sede de mercenarios, y vender unos libros y unas figuras, y quieres que el reino Dragón se una a la alianza ¿ o me equivoco Chagall?, preguntó al tipo tras él.
—No se equivoca majestad, el general Greyrat es famoso—dijo el general Gargantis .
—Es por eso que has venido, ¿cierto? dijo sonriendo.
No mentiré, el tipo es inteligente, incluso más que Ariel.
—Eso es correcto majestad, pero también vengo por otro asunto—dije.
—¿Cuál?, preguntó Kirkland con curiosidad.
—Estoy buscando a un enemigo, y quisiera que se buscara en este país, además vengo a hablar sobre la princesa Benedict.
—Pffff, ¿qué hay con ella? dijo Kirkland que cambió su rostro amable, por uno cabreado.
—Supe que ella ha sufrido atentados contra su vida y la del príncipe.
—¿Y qué hay con ello?
—Si ella es una molestia para ustedes, quiero que me la entreguen, a ella y al príncipe para ponerla bajo mi protección.
—¿Por qué haría eso?, general
—El príncipe Zanoba, es ahora uno de los generales del Dios dragón, y él está preocupado por su sobrino, si este país no le interesa la seguridad del niño y la madre, el Dios dragón la pondrá bajo su protección, y nos encargaremos personalmente que el niño esté protegido.
—Ya veo, dijo, sin embargo, ese niño sería un problema con el reino de Shirone y nuestra posición últimamente es inestable.
—Majestad, sé que tienen un problema en la frontera norte y con las órdenes de Milis. Si este país puede asegurar la protección del niño y su madre , yo puedo intervenir para parar con la invasión a su país satélite y sacar a los caballeros Milis de la capital
Kirkland se quedó en silencio mirándome.
—¿Cómo lograrías eso general?
—Puedo hablar con su santidad con respecto a los caballeros, el santo país está en la alianza , y si el Reino del rey Dragón entra en esta, puedo persuadir al santo país, para que ordene el regresó de los caballeros.
Y con respecto a la situación en el norte, créame que una carta del Dios dragón tiene mucha influencia, además sé que Randolph protege a la princesa. ¿Está usted dispuesto a perderlo porque un país satélite exige la vida del niño?
—Sabe general, no me gusta su postura de confianza, usted cree que tiene el sartén por el mango pero no es así, no crea que será solo llegar y lanzar sus propuestas y que yo las acepte, ademas Randolph si bien es un gran activo, no está por sobre nadie aquí .
—Majestad, interrumpió Chagall, es una buena propuesta, el parlamento aceptará una proposición así, no tenemos nada que perder y estamos ganando un aliado.
—Un aliado qué también es amigo de Milis, Asura y el triunvirato mágico. Sabe general, sé que Ariel está detrás del acoso a nuestro aliado del norte , y de seguro usted lo averiguó, antes de venir aquí, ¿porque cree que ella aceptaría su propuesta, siendo la monarca más poderosa del mundo?
—Ella es una aliada, y si el reino Dragón se vuelve nuestro aliado, el Dios dragón garantizará la paz entre países, nuestra misión es derrotar a Laplace en 80 años, cuando eso pase y el mundo esté a salvo, pueden seguir sumergidos en sus egoístas rencillas patrióticas, pero ahora lo importante es que Laplace no extermine la vida de este planeta, ya vendrán los tiempos para sus maquinaciones políticas, Cúa do los hombres olviden las alianzas. Usted ya me había escuchado en la coronación de Ariel y sabe de qué estoy hablando majestad, hace 400 años solo Milis y Asura fueron los únicos países en sobrevivir a Laplace, ¿pretende que en 80 años el Dios demonio acabe con la mitad del mundo?
Kirkland guardó silencio y su otrora cara alegre se distorsionó de la molestia.
—Majestad, escúchelo, es una gran propuesta, además no podemos perder a Randolph, insistió Chagall que al parecer estaba de mi lado.
—Ya basta Chagall, ¿crees que no pienso en el futuro de este país?, no estoy dispuesto a que este país desaparezca cuando Laplace renazca, sin embargo odio que él crea que me tiene entre la espada y la pared, además, esa manera de llamar a Ariel por su nombre, siendo que usted es solo un plebeyo me irrita, —dijo Kirkland.
—Lo siento majestad, conozco a la reina desde la universidad y ella me permite llamarla por su nombre, además soy el padrino de su hijo.
—Sí, hablando de eso, supe que fue madre, y hay fuertes rumores sobre ustedes.—dijo con una falsa sonrisa
—Rumores mal intencionados majestad, la reina Ariel y yo solo somos amigos, además ella concibió al príncipe, cuando yo no estaba en Asura, así que es un rumor.
—Ya veo, sin embargo usted siempre estaba al lado de ella, y ella siempre lo tomaba del brazo general, ademas ella lo llama su hombre más poderoso .
—Ya basta Kirk, —se escuchó de pronto un grito que venía desde un rincón, cuando miré vi a un hombre de unos 40, de rostro cansado, rubio y una barba cuidada, era Dior Pompadour, pero llevaba una corona, rápidamente me di cuenta que él era Stevio von Kingdragon, el rey, así que siempre fue él pensé.
—Kikland , te puse a negociar con él, pero no debes poner tus sentimientos por sobre la razón, no estamos en posición de rechazar una oferta tan conveniente hijo.
Kirkland se puso de pie y Stevio se sentó en el trono.
—Majestad, no sabía que era usted—dije.
—Me gusta conocer a los que vienen a mi país sin darme a conocer y así saber sus verdaderas intenciones. Sé que el príncipe Zanoba le preocupa su sobrino, y nuestra posición no es la mejor para obligar a Shirone a dejar los atentados, pero pude notar sus buenas intenciones el otro día.
¿Usted puede hacer todo lo que dijo, Rudeus?
—Así es alteza.
—Bien, entonces doy por hecho el ingreso de este país en la alianza con el Dios dragón, sin embargo, no soportaremos intromisiones de otros países en nuestros asuntos.
—La alianza no es así majestad, solo quiere mantener a los países preparados contra Laplace, y buscar enemigos potenciales.
—Entiendo, —dijo Stevio—Y un consejo, para la próxima averigüe quien es el gobernante.
—Lo siento majestad, la verdad estoy entre la espada y la pared por un enemigo que debemos eliminar rapidamente.
—Entiendo, escuche, este país mantendrá a salvo al príncipe, si usted nos da la seguridad de que él no desestabilizará a Shirone en el futuro.
—Tiene mi palabra.
—Bien, en ese caso general, puede crear su sucursal de mercenarios y vender esos libros, además emitiremos una orden para buscar a ese enemigo.
—Se lo agradezco majestad, dije mirando al rey que tenía una cansada sonrisa. Sé que él en una década abdicará y Kirkland convertirá a este país en una potencia, sin embargo, este tipo Stevio me agrada y espero mantener una amistad con el.—Majestad, les he traído unos regalos, dándole a él y Kirkland unos regalos, que eran unos relojes y unos libros.
Stevio estaba muy contento con el reloj, lo mismo que Kirkland, sin embargo, si bien el tipo es amable, me mira con cierto resentimiento, y sé exactamente por qué es: él está enamorado perdidamente de Ariel, aunque Orsted dijo que en ninguna realidad él se queda con ella, aunque pronto conocerá a una hermosa chica quien será su reina, espero que cuando conozca a esa mujer y olvide a mi rubia tentación, tengamos una mejor relación de amistad , pensé.
Una vez teníamos la alianza en nuestro bolsillo, Aisha empezó de inmediato con el reclutamiento y la orden de búsqueda de Geese , mientras yo, me dirigí con Randolph para a informarle que no tenían nada que temer y todo había salido bien.
—Te lo agradezco mucho Rudeus, ya estaba pensando que debería masacrar a todos los caballeros de este país y volverme un fugitivo,— me dijo Randolph, sonriendo. Yo no sabía si hablaba en serio o estaba bromeando.
—Como sea, Dios de la muerte, ahora puedes estar tranquilo, el rey y el príncipe me han afirmado que mantendrán a su majestad a salvo.
—Qué bien, eso me mantendrá más tranquilo, —dijo.
—Randolph, te necesito en mi equipo para lo que se viene.
—Me encantaría y estoy en deuda contigo, pero prometí proteger a la reina, se lo juré al rey Pax.
—Ya veo, —dije decepcionado—. Al menos logré que se emita una orden de captura para Geese e hice que este país entre en la alianza, pensé.
—No tan rápido,— me dijo Randolph—. Si bien no puedo pelear contigo, eso no quiere decir que no te voy a ayudar, toma,— me dijo sacándose un anillo y pasándomelo.
—¿Y esto?
—Es el anillo que identifica al Dios de la muerte, fue hecho con los huesos de un rey demonio, por el primer Dios de la muerte Laxus, úsalo y no te lo saques, te protegerá, además ¿conoces a Kishirika?
—Sí, me he topado un par de veces con la emperatriz.
—Jajajaj perfecto, si la vez, muéstrale el anillo y dile que necesitas un favor, dile que si lo hace la deuda que tiene con el Dios de la muerte estará pagada, no te pedirá nada a cambio.
—Ya veo, te lo agradezco,— dije poniendo el aterrador anillo en mi dedo.
—Bien majestad, de ahora en adelante todo estará bien, no se preocupe por su hijo, y cuando crezca y necesita de apoyo o ayuda en su educación no dude en contactarnos—le dije .
—Gracias, —balbuceó a duras penas la mujer.
—Oh, lo olvidaba, —dijo Zanoba que estaba con July, quien sacó una fina caja de madera, donde había una estatuilla de Pax que se la regaló a su cuñada, lo que provocó que esta rompiera en llanto.
—La hice según lo que lo recuerdo, majestad, quiero que sepa que siempre puede contar conmigo, usted no está sola, yo soy su familia, y ustedes son la única familia que me queda, siempre voy a estar ahí para ustedes—les dijo el flaco .
—Muchas gracias, —dijo la reina a Zanoba mientras trataba de controlar sus lágrimas.
—Zanoba, ¿te quedarás acá un tiempo?—le pregunté
—Sí maestro, me iré en unas semanas, también abriré una sucursal de mi tienda acá, dígale a Ginger que volverémos pronto, además quiero pasar un tiempo con mi sobrino.
—Entiendo, Aisha también se quedará una semana, viendo el asunto de los mercenarios, papá vendrá a ayudarla esta tarde, así que si necesitas algo habla con ellos.
—Gracias maestro.
—Bien Randolph, gracias por todo, por cierto, ¿algo me dice que ya habías hablado con Chagall y el rey? —Le dije mientras nos dábamos la mano.
—Jajajajajaja, soy solo un simple caballero, pero era bueno que el rey viera que no tenían malas intenciones, él es un buen tipo, y el príncipe también.
—Bien, vamos Eris, debemos hacer algo antes de irnos, —le dije a mi esposa quien me siguió, fuera donde nos esperaba Chagall Gargantis, para dirigirnos a la sede, donde estaba el comandante de los caballeros Milis.
—Rudeus, ¿estas seguro que esos tipos te harán caso?, me dijo Chagall.
—Sí, tengo una orden del cardenal y el santo padre.—dije con confianza
Cuando llegamos a las oficinas unos caballeros nos bloquearon el paso.
—No pueden entrar, —dijeron mientras tomaban sus espadas.
—Soy el General Chagall Gargantis, vengo a hablar con su comandante.
—Lo siento general, ni siquiera usted puede entrar, —dijo el tipo con una burlesca sonrisa.
—Te dije que estos tipos no escuchan, me dijo Chagall mal humorado.
—Los cortaré, dijo Eris tras de nosotros.
—No hagas eso amor, por favor, déjame hablar.
—Pffff, bien—dijo cruzando se de brazos .
—Oye soldado—llame a uno .
—¿Qué quiere idiota? ,¿quieres que te corte?
—Soy el General Rudeus Greyrat-Latreia, traigo una orden firmada por su santidad, el cardenal, la niña bendita y el comandante en jefe, el conde Carlise Latreia, déjame pasar.
Cuando dije esto las sonrisas se borraron de sus rostros.
Uno sacó una varita de mago y tocó la orden y una luz brilló, esto los hizo ponerse más pálidos.
—Lo siento general, no sabía que usted era un enviado de su santidad—dijo un soldado. Arrodillandose.
—Llévenos con su comandante ahora.
—Sí, sí, lo siento de inmediato,— dijo un soldado que entró con nosotros. Dentro, habló con un oficial que también se puso pálido al ver la orden, quien nos llevó con el comandante. Curiosamente, era un tipo joven, un poco mayor que yo.
Cuando nos miró, puso una cara de disgusto al ver a Chagall.
—¿Y ustedes qué hacen aquí?—dijo altaneramente.
—Silencio, ¿cómo te atreves a hablarnos así?, —le dije—. Soy el General Greyrat-Latreia, su santidad, el cardenal, y el comandante Latreia, ordenan de inmediato su regreso al Santo país de Milis, toma, le dije pasándole la orden. Tiene la firma de la niña bendita.
—Esto es falso, —dijo desafiante.
Rápidamente el oficial que nos acompañaba, le habló al oído e hizo lo mismo de hace un rato con la varita, haciendo que el comandante se pusiera pálido.
—Lo siento, no sabía que eras un enviado de su majestad.
—Su actitud altanera será informada al Conde Latreia, y a su santidad, ¿quién se cree usted para hablarnos así? Cumpla las ordenes de inmediato, ¿esta claro?
—Si señor, lo siento, nos retiraremos en una semana.
—No, de inmediato, tomen sus cosas y los quiero de regreso a Milis a más tardar mañana, me quedaré aquí para ver que las órdenes de la iglesia se cumplan.
—Sí, general, —como ordene, me dijo el tipo cabizbajo mientras salía y ordena reagrupar a los caballeros y regresar.
Cuando salíamos, Chagall me habló:
—¿Así qué, eres de los Latreia?
—Soy el nieto del Conde Carlise Latreia.
—Ya veo, jajajaja, eres como dicen, muchacho.
—El nombre del Dios dragón es el influyente general—soy solo su representante .
—Jajaja, me imagino, gracias por ayudar a Randolph, él es un buen amigo, y un hijo de perra muy útil.
—Sí que lo es, y gracias a usted por interceder por mí.
—No te preocupes, sus majestades son personas razonables, aunque Kirk tiene cierto resentimiento, es por la reina.
—Ufff, bueno, es solo un rumor, además Ariel, jamás se va a casar con nadie, créame.
—JAJA, si tú lo dices, —dijo con una sonrisa, —bueno Rudeus, fue un gusto y espero que podamos trabajar más adelante.
—El gusto fue mío, General Gargantis,— y así nos despedimos.
Esa tarde llegó papá a ayudar a Aisha con la sucursal, aunque le advertí a mi hermana, que solo tenía una semana, las clases habían comenzado y debía preparar su tesis para graduarse, además Roxy le había conseguido un permiso para ausentarse.
—Lo sé hermano, apenas regrese estudiaré el triple.
—Bien, me quedaré hasta mañana para asegurarme que los templarios regresen a Milis. Papá, ¿estarás bien con esto?,— le pregunte a Paul.
—Preferiría acompañarte hijo, pero está bien, me encargaré de ayudar a Aisha.
—Te lo agradezco viejo.
Esa noche, Eris me dejó tocarle el culito como había prometido, Dios, si pudieran verla con esa hermosa lencería negra y su pelo rojo suelto, es la mezcla perfecta de salvajismo y erotismo, si solo pudieran ver como se mueven sus glúteos cuando camina hacia mí como una predadora, esa noche nos volvimos locos.
A la mañana siguiente, cuándo me aseguré que el comandante templario había dejado la capital rumbo al puerto del Oeste, para embarcarse a Milis, con Eris regresamos a casa, próxima misión, Atoferatofe y el continente demoniaco.
Mientras, en el palacio real del Reino del rey Dragón.
—Chagall, ¿ya se fueron los templarios?—pregunto el Rey
—Sí, su majestad, el general entró a la sede y les dio la orden de regresar.
—Uff, perfecto, un problema menos, cuando los países del norte dejen de acosar a nuestro estado satélite, ordena que vuelvan las tropas y manden emisarios a Shirone, para que ese país vuelva a nuestro control, y adviertanle al senescal, que no permitiré más atentados contra la princesa Benedict y el príncipe Pax. Además emitan una orden de captura para ese tal Geese por todo el reino y los estados vasallos.
—A sus órdenes majestad, —dijo Chagall, quien se retiró raudamente .
—¿Qué te pasa Kirk, por qué la cara larga?—pregunto Stevio
—Nada, solo siento que ese tipo nos tiene del cuello.
—No nos tiene, esta alianza es solo contra Laplace, no se inmiscuye en nuestras políticas internacionales, pronto este país volverá a estabilizarse y seremos influyentes nuevamente.
—Lo sé, pero...
—Lo que te pasa es que estás celoso, porque la reina ama a ese sujeto, ¿no es así?
—No se trata de eso.
—Claro que sí, escucha, Ariel jamás se casará contigo, ella nunca dejaría que Asura esté bajo la influencia de nadie, así que compórtate como un príncipe, olvídate de eso y preocúpate por el país, con quien la reina de Asura comparta su cama no es tu maldito problema hijo.
—Sí, lo siento padre, tienes razón.
—Bien, este reloj es un gran objeto, ¿no crees Kirk?—dijo el rey cambiando él tema
—Sí lo es.
—Mandaré emisarios al triunvirato mágico a comprar varios de estos para venderlos en este país, tal vez sirvan para que la gente sea más puntual. Ya levanta ese ánimo Kirk, poco a poco nos recuperaremos.
—Como digas padre, dijo Kirk, quien pensaba en su amor imposible, una hermosa rubia de ojos azules.
Hola, junto con agradecer su constante apoyo, en este fanfic, quiero decirles que lo estaré subiendo a YouTube como un audio libro, estará en español, por si quieren escucharlo mientras trabajan o regresan a casa y no quieren leer.
Un abrazo a todos.
https://www.youtube.com/@kornet_85
Una vez regresamos del reino de rey Dragón, fui a hablar con Orsted y le informé que el reino Dragón había entrado a la alianza, el tipo se veía complacido.
— Ahora iré con Atofe, ¿pero cómo debo lidiar con ella?.
— Simple, llevale licor y habla con ella, no uses lenguaje complicado, habla simple, qué ella pueda entender , si se vuelve demente y no puedes con ella escapen.
—¿ Ese es tu consejo?,—pregunte indignado.
— Si, toma— me dijo pasándome una botella.
— ¿Qué es esto?.
— Es una botella de cerveza de la raza Dragón, Atoferatofe la bebió cuándo se casó con Kalman I, fue un regalo de Perugius, aunque se le dijo que Urupen se las había regalado.
— Ya veo,—dije.
— Ahora ve a Asúra, y ve a hablar con cierto noble, toma llevale esto de mi parte como regalo, —dijo dándome un hermoso anillo—convencelo qué te de la espada qué tiene en su sala y después llevásela a Gal Farion, cuando vayas con el.
— Entiendo, bien iré a Ars, ademas contruire un círculo en el palacio de plata.
— Bien hazlo— me dijo el Dios dragon, mientras se cruzaba de brazos y cerraba los ojos.
— Le mande un mensaje a Ariel qué llegaría a mi casa en Ars, y le pedí autorización para crear un círculo desde la oficina al palacio de plata, a lo cual respondió que no había problema.
— Esa mañana hable con las chicas si querían acompañarme, pero todas dijeron que no podían, Roxy revisaba exámenes, Eris daría clases, Nana tenía experimentos con Perugius, y bueno Silphy estaba embarazada, ademas papá y Aisha aun estaban en el reino del rey Dragón. Así que partí a mi casa en Ars, donde Kleene me esperaba. Ella en persona ente me llevó con el Noble, de quien ya les había hablado.
El tipo fue bastante amable y luego de una charla donde bebimos té, le hable de la espada, al principio el tipo dudo en dármela, sin embargo Kleene, le dio un documento donde si me daba la espada, su hijo sería nombrado profesor en la universidad Nacional de Asúra.
El tipo me la dio de inmediato y yo le regale el anillo mágico, que protegía de maldiciones y magia avanzada de ataque. Ya con la espada en mi mano, nos dirigimos al palacio de la plata, donde Kleene me llevo a una sala secreta donde cree el círculo de teletrasportacion a la cabaña, junto con Kleene lo probamos y aparecímos en la cabaña de la Sharia.
Una vez eso listo regrese para ver a Edward a quien le llevaba, ropa y unos zapatitos de regalo.
Ariel paseaba por el jardín, cuando llegué con Kleene, esta rápidamente hizo que se retiraran los guardias y empleados, y solo quedó Kleene vigilando que nadie estuviera ahí.
—Gusto en verte Ariel, le dije haciendo un saludo noble, ella solo me sonrió y me besó.
— Vaya Rudy, ahora no tratas de separarte de mí, cuando te besó.
— No tiene sentido, siempre te sales con la tuya.
— ¿Cómo te fue en el reino del rey Dragón?
— Bien, el príncipe Kirkland te envía saludos.
Ariel hizo una mueca con la cara,— Mmm, ese tipo aún me manda cartas de amor, ya me tiene harta, me dan ganas de escribirle y decirle que se las meta por el culo, pero no puedo, dejaría de ser diplomática.
— Oye, cuida tu lengua, eres la reina.
— Jajaja, que cínico, eres más deslenguado que yo, Rudy.
En eso Edward, que era paseado en un carrito para bebés, empezó a llorar.
— ¿Qué tienes hijo?, dijo Ariel tomándolo en brazos y oliendo.
— Fuchi, está cagado, espera, llamaré a una sirvienta.
— No lo hagas, dámelo, sé cambiar pañales, —dije mientras lo llevábamos a una banqueta y le cambiaba su pañal cagado, mientras Ariel ponía cara de asco.
— Oye, no puedo creer que pongas esa cara, es tu bebé, ¿nunca le has cambiado?
— Siempre lo hace una empleada— dijo Ariel tapándose la nariz.
— Santo Dios, eres su mamá, ven, mira cómo se hace.
— No quiero.
— Ven, vamos, no es tan grave, mira, le saca el pañal con caca, ¿ves?, —cuando dije eso Ariel hacía arcadas.— Luego le limpias el culo, lo lavas con agua tibia, dije conjurando una fuente y agua, lo secas con una toalla, le pones talco en el culo y la palanquita.
— Rudy, no seas vulgar.—dijo Ariel cruzando se de brazos.
— Lo siento, ahora le pones un pañal nuevo, y listo, como nuevo, ¿cierto campeón?,— le dije a Edward, mientras este sonreía.
— Sí que tienes experiencia, Rudy.
— Bueno, cuando mis hermanas eran bebés, con Silphy les cambiabamos los pañales, y ahora con 3 hijos y otro en camino, he aprendido mucho, es parte de ser padre, tú deberías hacerlo, por más reina que seas, así formas un vínculo con el bebé, en especial con éste que está tan lindo, ¿no Edward ?, vas a ser un galán cuando seas grande, jejeje. Por cierto te traje unos regalos para el bebé— dije pasándose los a Ariel
Ella no decía nada, me miraba ahí sentada con una sonrisa y los ojos brillantes mientras tenía a Edward en mis brazos y este se reía .
— ¿Qué te pasa? Te quedaste callada.
— Nada amor, solo te miraba con Edward en tus brazos, recordaba cuando nos conocimos en esa calle de la Sharia.
— Sí, dije cosas bastante rudas con respecto a la nobleza.
— No lo digo por eso, lo digo porque me coqueteaste, ¿recuerdas? cuándo tocabas esa guitarra.
— Hey, tú empezaste con los coqueteos, Silphy estaba furiosa, aunque en ese tiempo pensé que era porque Fitz estaba enamorado de ti.
— Jajajaja, oye, fui a ver a Silphy nuevamente el otro día, me contó que está preocupada por el bebé.
— Sí, lo sé, tiene miedo por el pelo, con Lucy fue igual, teme que sea verde.
— Ya veo— dijo Ariel.
Nada pasará, si tiene el pelo verde lo voy a proteger con mi vida, Silphy ya debería saberlo.
— Ella lo sabe, solo que está preocupada, además has estado mucho fuera estos meses.
— Lo sé, y ahora iré con Atofe y después con Gal Farion, pero estaré con ella cuando nuestro bebé nazca, lo juro.
— ¿Iras a ver a esa mujer?
— Sí, ella es la reina demonio más poderosa del continente demoníaco, la necesito para cazar a Geese y sería una gran aliada.
— Le ordenaré a mi caballero más fuerte que vaya contigo.
— No, deja a Ghislaine acá, no te preocupes, tengo un plan, además Orsted ya me dio un licor caro para darle como ofrenda.
— Yo también te daré un licor, para que se lo des, amor.
Seguimos paseando por el inmenso jardín, con Edward en el carrito, que yo llevaba. Estuvimos hablando con Ariel hasta el ocaso.
Esa noche me invitó a una cena íntima donde estuvieron Kleene, Elmore, Tris y el sometido de mi primo, por algún motivo que aún no sé, Tristina le prohibió beber, y no se despegó del nuestro lado, y en algunos momentos podía ver cómo miraba con reproche a Luke, sobre todo cuando este empezaba a bromear que Edward necesitaba un hermanito.
Esa noche, me quedé con Ariel y Edward solos en la sala, custodiados por Doga tras la puerta, Ghislaine al parecer estaba en sus días libres y no la vi por ningún lado, tampoco a Sandor, ni Isolte.
Cuando Edward se durmió, acompañé a Ariel hasta su aposento, lo dejamos en su cuna, Ariel cerró su espacio con una cortina, nos sentamos en un sillón a hablar, y a beber unas copas, ya estábamos muy ebrios, de pronto me dormí, cuando me di cuenta, nos estábamos besando salvajemente y terminamos en la cama, recuerdo que lo hicimos varias veces, hasta que perdí la conciencia.
Cuando desperté al día siguiente, estaba en la habitación de Ariel, cuando miré a mi lado estaba durmiendo con ella, levanté las sábanas y ambos estábamos desnudos.
¡MIERDA, MIERDA, MIERDA QUÉ HICIMOS?!.
Mis gritos alertaron a Kleene, quien entró a la habitación, pero Ariel la hizo salir.
—Mierda Ariel, ¿qué hicimos por la mierda?, ahora sí que la cagamos.
— Tranquilo Rudy, tranquilo, no es tu culpa, anoche estábamos ebrios, y una cosa llevó a otra, y bueno, pasó.
—Mierda Ariel, estoy casado, Dios, Dios, Dios, Silphy me va a abandonar, Eris me va a abandonar, Roxy y Nana me van a abandonar, no porque, ¡maldita sea porque!, soy igual que mi padre, decía desesperado.
—Ya tranquilizate ,— me decía Ariel, que también estaba desnuda, y trataba de calmarme.—Cálmate Rudy, no es tu culpa, soy yo la culpable, estábamos ebrios y me aproveché, yo soy la culpable, no te culpes, no le diré a nadie, por favor, decía mientras me abrazaba y sollozaba.
De pronto Edward empezó a llorar, así que rápidamente me puse mi ropa interior y Ariel su ropa para dormir, lo saqué de su cuna, cambié su pañal, y se lo pasé a Ariel, quien le dio teta.
Estaba sentado en la cama tomándome la cabeza, mientras Ariel le daba pecho a Edward en un sillón frente a mi.
—Rudy, mírame, Rudeus Greyrat, mírame,—me ordenó elevando la voz.
La miré a sus ojos, ella estaba asustada, lo pude notar.
—Escúchame, no diré nada de esto, lo juro, no te preocupes, no quiero acabar con tus matrimonios, no soy una rompe hogares, esto fue mi culpa y asumiré toda la responsabilidad de esto.
Yo no dije nada, aún me tomaba la cabeza.
—Yo te amo, Rudy, jamás te haría perder a tu familia, sé cuánto los amas.
—¿Qué pasará si quedas embarazada?
—Bueno, pasará lo mismo que con Edward, no diré quién es el padre.
—Pero yo lo sabría, no quiero que me alejes de mi hijo si algo pasa.
—No pasará, mi periodo llegará pronto, ya dejé de ovular , tranquilo.
—Dios Ariel, debo irme—dije mientras me ponía mi ropa .
—Espera, no tan rápido, ven,— me dijo y me senté a su lado.
—Debes estar tranquilo Rudy, nada pasará, y concéntrate en tu misión, no quiero que te pase algo por mi culpa, está claro, eres padre, recuerda que tienes hijos.
—Sí, lo sé, dije. Ariel me miró y acarició mi cabello, mientras me pasaba a Edward, que me regaló una sonrisa, eso me hizo sonreír .
Kleene nos trajo desayuno y la botella de vino para Atofe, después de comer algo me despedí de Ariel, quien me dio un beso,y me repitió que todo estaba bien y regresé a casa.
Apenas Rudeus se fue, Ariel se tomó la cabeza.
—¿Qué pasó majestad?
—Anoche el sexo estuvo tan increible, que nos dormimos abrazados, solo me desperté cuando Rudy empezó a gritar, maldita sea .—dijo golpeando una almohada
—¿Y ahora qué, majestad ?
—Nada, él solo sabe que es la primera vez que dormimos juntos , pero mierda, la cagué Kleene, maldita sea, maldita estúpida, soy una maldita estúpida, no quiero perderlo Kleene, —dijo Ariel llorando.
—Majestad, tal vez sería bueno que hables con él la próxima vez, sobre el príncipe.
—No puedo, si hago eso, él le dirá a sus esposas y eso podría acabar con su matrimonio, no quiero destruirles la vida, por eso hacía esto en secreto, maldición, porque maldita sea, porque tenía que bajar la guardia, demonios .
—No sé qué decirte majestad.
—No digas nada, ya pensaré qué hacer— dijo Ariel mientras miraba a su bebé — no quiero que tu padre se aleje de nosotros amor— le decía a Edward mientras besaba su frente
Mientras Rudeus estaba en Ars, Roxy se había quedado en casa preparando exámenes, estaría fuera por unos meses y quería dejar su trabajo adelantado.
De pronto sintió olor a humo, cuando miró a su alrededor, vio qu eetsba rodeada por una densa capa de humo blanco. Roxy rápidamente saltó de su silla y salió de su habitación, donde vio que la casa estaba llena de humo, rápidamente bajó y revisó cada habitación de la casa, sin encontrarte un foco de incendio , finalmente encontró la fuente del humo, era en la cocina, donde Eris estaba en frente al horno, solo en ropa interior y estaba calcinando algo.
— ¿Qué estás haciendo, amor?—dijo Roxy
— ¡AAAH!, Dios Roxy, no aparezcas así, casi me matas del susto, Rudeus tiene razón contigo, porque apareces siempre cómo un fantasma .
— Lo siento, pero ¿qué haces?, ¿encontraste un ratón?—dijo Roxy.
— No, tenía hambre y estaba asando carne.
— Eso ya está chamuscado,— dijo Roxy apagando y sacando la carne carbonizada.
— Mmm, es que cuando llegué, no había comida.
— ¿No comiste en la universidad?—pregunto Roxy
— Hubo un problema en las cocinas, estában inundadas,así que vine acá, pensé que no había nadie, Silphy está con los niños donde nuestras suegras y Nana esta en el Caos Braker .
— Ya veo, déjame sacar el humo, dijo Roxy, que abrió las ventanas y sacó el humo con magia de viento.— ¿Te parece si cocino, Eris?
— ¿Sabes cocinar, enanita?
— No me digas así.—dijo Roxy inflando sus mejillas.
— ¿Por qué? Siempre te digo así cuando estamos en la cama.
— Eso es para la cama, no me lo digas fuera de la habitación.
— Está bien, qué mal carácter tienes, Roxy.
— Pffff, mira quién habla.
¿Sabes? si quieres puedo preparar sopa.
— Está bien, —dijo Eris.
Roxy tomó carne seca, cebollas, papás, unos huevos y condimento, y se puso a cocinar arrojando los a una olla con agua .
— Pensé que no sabías cocinar Roxy.—le dijo Eris
— Sí, sé, aunque no cocino rico, como Aisha, Lilia o Silphy.
— ¿Qué estas cocinando?
— No lo sé, Rudy cocinaba esto en Shirone, mientras viajabamos al fuerte Karon, me dijo que era una sopa de su mundo, sabe bien, bueno cuando él la hace.—dijo Roxy
— Qué bien, Rudeus cocina delicioso, aunque el otro día sirvió de esas estúpidas flores de cardo, solo a él le gustan, son difíciles de comer.
—Jajaja si trajonesas cosas de Shirone, nunca me habría imaginado que esas cosas se comían, Pero déjalo, eso le recuerda su antiguo mundo.
— ¿Crees que Rudeus extrañe esa vida? Ya sabes, cuando habla de ese mundo, suena muy genial, esos autos, las películas la música, los aviones.
— No lo creo, tal vez extrañe a su hermano, y sus sobrinos, pero él siempre dice que es más feliz acá y le creo, ¿sabes porque?, él siempre arriesga su vida por nosotros.
— Sí, lo sé,— dijo Eris.
Una vez lista la sopa, se sentaron a comer, aunque Roxy de inmediato se dio cuenta que le echó demasiada sal.
— Esto está delicioso, dame más, dijo Eris.
— ¿En serio? ¿Segura que no lo dices solo para complacerme?, Se que me quedo salada —dijo Roxy levantando una ceja.
— Sabes que para complacerte hago otras cosas, enanita, —le dijo Eris guiñandole un ojo, poniendo muy roja a Roxy.
— La comida está bien, en serio, pero Roxy quería hablar contigo de otra cosa .
— ¿Sobre qué?—pregunto la enanita, digo Roxy.
— Necesito que me ayudes, con la lengua demoníaca.
— Eris, eso es para la noche.
— Hablo en serio, pervertida, estoy oxidada, cuando era niña aprendí a hablarla, pero hace mucho que no practico.
— ¿Te gustó la comida?— dijo Roxy en lengua demoniaca.
— Sí, estaba deliciosa, —dijo Eris en el mismo idioma.
— Nada mal, Eris, se te entiende muy bien .
— Sí, genial, no quería volver al continente demoniaco y solo estar ahí parada sin poder decir nada.
— Bien, sigamos hablando, dijo Roxy, quien le habló de los niños, de Silphy, de los experimentos de Nana, todo en el idioma demonio .
— ¿Sabes?, nunca aprendí a cocinar, solo sé hacer carne asada,— dijo Eris.
— Sí, yo solo aprendí por necesidad, siempre me iba de aventura sola, dijo Roxy.
— Hace tiempo, cuando era niña, le pedí a Geese que me enseñara a cocinar, quería aprender para cuándo me casara con Rudeus, pero él se negó, dijo que no enseñaba a mujeres.—recordó Eris
— Apuesto que te dijo que había una maldición.
— Sí, eso dijo, recordó Eris sonriendo.
— Geese cocinaba bien, —dijo Roxy— fue muy confiable en el Laberinto en Lapam .
— Él era de los pocos que me agradaba, aún me cuesta creer que es un traidor.—dijo Eris.
— Lo sé, pero ya eligió su bando, solo nos queda apoyar a Rudy.
— Lo sé, —dijo Eris— le cortare la cabeza.
— Oye, Eris, cambiando de tema , cuando estaban en el reino Dragón, Ariel estuvo aquí, vino por dos días con Tristina y el príncipe Edward .
— ¿Qué? ¿ Y a qué vino?
—A ver a Silphy, hablaron muchas cosas, y preguntaba por Rudy y por ti, vino con el príncipe, es idéntico a ella.
Lara lo quedaba mirando y le acariciaba la mejilla lo mismo que Zenith qué lo tomó mucho en sus brazos.
— Ya veo, sabes Roxy, esa mujer está enamorada de Rudeus— dijo Eris.
— Sí, yo también me di cuenta, cuando Ariel se fue, esa noche dormí con Silphy y hablamos de ello, Nanahoshi también dijo lo mismo, a ella no le agrada mucho Ariel.
— Ya veo, esa mujer me asusta, cuando la miro en sus ojos puedo darme cuenta que me desea.
— Jajajaja ¿encerio? ¿Tu intimidada? , aunque ella nos mira a todas así, es una pervertida.
— Lo sé, tal vez no fue buena idea dejar ir a Rudy solo a Ars.
— ¿No confías en él?—pregunto Roxy.
— En él sí, no confío en la reina.
— Lo sé,oye Eris ¿y si Edward es hijo de Rudy?
— Lo dudo, se parece a Ariel.
— Eris, amor, todos nuestros hijos se parecen a nosotras, ¿tú qué piensas, Eris, ella podría haber hecho algo, sin que nos diéramos cuenta?
—No lo se, ademas no podemos hacerle nada Orsted dice que Ariel y el príncipe son muy necesarios en el futuro.
Lo único que te puedo decir Roxy, es que yo no voy a abandonar a Rudeus, además si tiene un hijo con la reina sería un honor, o al menos eso decía mi abuelo sobre cómo debe ser un noble.
— Mmmmm, eso no tranquiliza Eris, será mejor no pensar en eso, amor, por cierto, hemos hablado en lengua demoníaca todo este rato, hablas muy bien, Eris.
— Gracias amor.
— Bien, debo ir a dar clases, te veo a la noche amor, dijo Roxy despidiéndose de Eris con un beso.
En los próximos días, ellas irían con Rudeus a ver a la reina demonio inmortal Atoferatofe Ryback.
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