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El asno estaba asustado, temblando con fuerza. Su mirada alegre se había desvanecido hacía rato. Corrió hacia Wang Baole, revelando una expresión inocente en su rostro, mientras restregaba la cabeza en las piernas de Wang Baole. Finalmente, cuando comprendió que aquello era inútil, decidió trabajar a favor de Wang Baole.
Anteriormente, antes de que Wang Baole estableciera una conexión con el asno, solo podía interpretar vagamente sus expresiones. Ahora que se había formado una conexión, se hicieron más obvias para él. Ahora, Wang Baole simplemente sonrió burlonamente.
—¡No podemos negociar! ¡Largo! Sí, de ahora en más te llamaré Largo. ¿Qué te parece? Si no estás de acuerdo, grita dos veces. —Wang Baole tosió, mirando interrogativamente al pequeño asno.
El asno pareció haber notado que el nombre que Wang Baole le había dado tenía una connotación negativa y se puso ansioso. Quería gritar, pero era imposible con la boca cerrada.