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91.3% Tu Perfume [Omegaverse] / Chapter 42: Especial "A ojos de un criminal"

Capítulo 42: Especial "A ojos de un criminal"

Había empezado todo bien para él, una buena familia, los mejores regalos, increíbles conexiones y mucho más... ¿Entonces, cuándo es que su perfecto paraíso se derrumbó? ¿En el momento qué perdió a su familia?

No es así, Franchesco comenzó su comportamiento desagradable con la muerte de su madrastra Elliot. Y empeoró hasta aniquilarse así mismo. Entre el sexo, la droga...

Un día solo fue reprendido por todo lo que hizo.

—Franchesco... Esto es el colmo— Tiró los diarios sobre su hijo. —Dejé que hicieras lo que quisieras, te di una segunda oportunidad, pero ambos actores dijeron que fueron violados... ¿¡Tú crees que es fácil encubrir algo como esto!?—

—Pero, papá, tú eres el más poderoso de esta nación...— Se calló al ver a su padre furioso.

—¡Te irás de esta casa, y no creas que te daré una puta moneda! Ganaste un montón de dinero ¿No? ¡Arréglate con eso!— Lo echó a rastras de la mansión Rosset.

Y con lo poco y nada que tenía. Ya que derrochó la mayor parte de su dinero en fiestas y drogas, se compró una casucha donde instauró su "hogar".

Por su puesto, Franchesco no estaba arrepentido, todo lo contrario, tenía que buscar una nueva oportunidad para volver a sus días de ocio. Odiaba trabajar. Y solo era actor, porque amaba la fama que conseguía debido a su rostro.

Una mañana de trabajo como cualquier otra, encontró lo que buscaba, una ruta de escape.

—Somos compañeros destinados— Era la excusa que utilizó para acercarse a Julen Zsickon, un actor con renombre por su talento. Franchesco vió sus esperanzas en aquel omega, que debía ser sumamente rico, y lo mejor es que eran compañeros destinados. Él realmente pensó que Julen caería con ello, pero pasó por un montón de cosas para conquistarlo. Y para él era un chico aburrido.

—¿Quieres ir a almorzar a ese restaurante...?— Dejó hablando solo a Franchesco, porque Julen se distrajo con un músico de la calle. —¿Qué haces?—

—¿No escuchas? ¡No es fácil tocar el saxofón, pero esta mujer lo hace igual que Trane!—

—¿Quién...?—

—¡John Coltrane! ¿Qué acaso no lo conoces?— El omega le dió un cheque a la saxofonista, dejándola con la boca abierta.

—¿Acabas de desperdiciar tu dinero?— Masculló.

—¿Disculpa?— Le vió enojado. —¡Puedo hacer lo que se me atoje con mi dinero! ¿Qué te interesa a tí?—

—¡Solo vamos a un restaurante de lujo y vámonos a casa!—

—¿Tan pronto? Pero, dijiste que me acompañarías a la exposición de arte— Franchesco realmente no soportaba que no le hicieran caso y acumuló un montón de información inútil para impresionarle, pero resultaba que Julen tenía una respuesta petulante para todo.

No soportaba a su pareja, pero al menos, tal vez en la cama sería distinto, no lo estaba aguantando por nada obviamente. Primero Julen pagaba todo, segundo era lindo y famoso, era ventajoso estar con él, aunque le fuese un dolor de cabeza. —Julen, ven aquí...— Lo tomó por los hombros, llevándolo a una esquina menos transitada.

—¿Qué quieres?— Le preguntó, pero Franchesco detuvo su habladuría sellando sus labios con los suyos. Le parecía inocente que cada vez que se besaban se sonrojara desmedidamente. Aquellos contactos no estaban mal, no tenían que hablar solo moverse. Sin embargo, el omega se veía temeroso ante las intenciones de Franc y al final no pasaban al siguiente nivel. Por lo que no comprendía en qué fallaba.

Se aburría de no disfrutar del sexo, así que llamaba regularmente a alguien dejando de lado las llamadas incesantes de Julen.

—¿Todavía está sonando?— Dijo la mujer que compartía su cama con él.

—Sí, es tan jodidamente persistente— Apagó el teléfono.

—¿Por qué sigues con él?— Le preguntó tomando una colilla para fumar.

—Es Julen Zsickon— Hizo una mueca. —¿Tienes idea de todas las ventajas que tiene? Si me caso con él llevaré una vida de maravilla—

—Pero, dudo que quiera casarce contigo si no tienen sexo—

—Estúpida, él es solo tímido— No es que Julen fuese tímido, si no que cada vez que Franc hacía un movimiento sobre él, Julen presentía los malos pensamientos de su pareja.

—¿Lo estás defendiendo? Eso es extraño, Franc...— Se sorprendió.

—Estoy diciendote la verdad—

—Mhm... ¿Estás seguro que no te enamoraste, Franc?—

—No— Contestó fríamente.

Entonces, la puerta se abrió, sorprendiendo Julen a ambos. El omega se impactó, sacando su celular para tomarles una foto. Franchesco se cayó de la cama tratando de explicarle, pero Julen huyó y la chica simplemente se rió de la escena.

Después de la discusión ella salió de la casa, ya arreglada y mirando con gracia a Franchesco que seguía en el suelo delirando por la patada en las bolas que le dió su novio. —Y hasta aquí llegó tu hermosa idea— Se burló de él pasándole por el lado.

Y lamentablemente, la omega tenía razón, su sueño de vida cómoda se fue de sus manos, y el amor que le tenía Julen se hizo añicos. Además, Julen era vengativo, al grado que le arruinó completamente.

—Esta fue la tercera vez, Franchesco— Le dijo su padre severo. —Lo único que puedo hacer por tí es que no entres a la cárcel, pero tendrás que comportarte en casa con arresto domiciliario—.

Su padre lo encerró en la antigua casa de su esposa, esperando que su hijo reflexionara sobre sus actos.

Franchesco pasó meses observando las viejas fotografías, recordando que alguna vez fue feliz siendo un niño.

Cuando recibió un mensaje de Julen, diciéndole que la canción que pasaron por la radio le recordó a la relación que tenían, se mantuvo escuchando sucesivamente aquella melodía. No hacía más que quedarse en la cama de su madrastra y comer lo que le daban.

Lo que le quitó de ese incesante trance, fue el hecho de que recibió una llamada de la chica que solía ver.

—Estoy embarazada— Declaró, dejando sin aliento a Franchesco, pero contestó después de digerirlo.

—¿Y en qué me concierne?—

—¡Es tu hijo, Franc!—

—No te creo... Eres una maldita perra que se metería con cualquiera—

—Entonces, vamos a comprobarlo si tan inseguro estás...— Le cortó la llamada, dejándole absorto.

—No, mierda, no...— Se paró abruptamente, tratando de abrir la puerta. —¡Mierda, si se lo dice a papá estaré jodido!— Aquella mujer actuó en su contra.

—Tú tienes una capacidad para empeorar las cosas...— Le dijo su padre.

—¡Puede hacerse un aborto, papá!—

—¡SILENCIO!— Gritó. —Te harás cargo de ella y tu hijo, punto final— Decretó.

Franchesco se sentía en la ruina, no iba a cuidar de un hijo, no lo aceptaba. Pero, vió algo en las redes sociales que le dió una idea. Julen había asistido a la boda del hijo de los Rous. «Si tan solo tuviera a Julen» Pensó, y a espaldas de su padre comenzó un plan que lo llevaría al final del abismo.

Incluso, a pesar de las consecuencias que significaría un choque entre autos, no le importó, solo quería raptar a su compañero destinado. Sin embargo, vió el terror cuando aquel alpha rasgó su rostro con un cuchillo mientras se reía de él. Había perdido a Julen para siempre.

La cárcel fue mucho peor que el infierno. —¿Sabes qué le hacemos a los violadores aquí?—

—A pesar de esa horrible cicatriz, todavía eres lindo— Claro está que lo violaron en grupo en la cárcel más de una vez, y era peor con su apariencia.

—¡Tienes visitas!— Por primera vez alguien venía a visitarlo a la cárcel, no se le ocurría quién, tal vez su padre. Pero se encontró con Julen. Tomó el teléfono de su derecha asustado.

—Hola, Franc— Lo saludó, Franchesco solo lo miró, sin responder a nada. —No puedo pedirte perdón a esta altura, en verdad tampoco creo que lo merezcas... Pero, quiero hablar de lo que conozco de tí... Creí cada cosa que me dijiste Franchesco... ¿Tú al menos me quisiste, Franc?—

El alpha tragando saliva asintió. —Me alegra...— Dijo Julen despacio y le sonrió. —A pesar de todo, tú provocaste sentimientos en mí... después de sacar a la luz lo que pasó, en verdad me arrepentí por hacerte eso, Franc... Lo siento— Confesó derramando algunas lágrimas. —Lo siento, estoy algo sensible— El embarazo lo tenía así.

—Julen, haz cambiado...— Fue lo único que dijo colgando el teléfono.

Después de unos largos años, volvió a la mansión Rosset, solo para que su padre le dijera que tendría que cuidar de su hijo.

—¿Qué le sucedió a su madre?—

—Ella murió en el parto— Respondió fríamente su papá. —Ese niño solo te tiene a tí, Franc— Franchesco se dirigió a la sala para conocer a su desgraciado hijo.

—Dime, hijo... ¿Cuál es tu nombre?— Le preguntó al rubio que lo miró con temor.

—Francis...— El alpha se asombró, nunca pensó que aquella chica con la que se acostaba de vez en cuando le pusiera un nombre relacionado al suyo. —D-disculpe... ¿Usted es mi papá?— Sus manos y pies se movieron nerviosos.

—Así es, soy tu padre, Franchesco Rosset— Se presentó con tristeza. —Desde hoy vivirás conmigo, cuidaré de tí... Si tú me lo permites— Habló con cautela, arrodillandose a ver el rostro del niño.

—¡Yo quiero vivir con papá!— Asintió emocionado.

Brayan Rosset le regaló una residencia a su hijo y nieto para que vivieran juntos. Desde entonces, un nuevo Franchesco se dedicaría a educar a su único hijo, a cambio de los errores de su pasado.


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