Quedamos pasmados.
Frente a nosotros, a quince metros, un ente de aspecto fantástico sondeaba el terreno. Némesis.
El bastardo nos miraba. No, me equivocaba. Él sondeaba a Lily. En eso, un mensaje —largo y sombrío—, emergió de él, Némesis. Un paladín blanco, investido en armadura.
—OBJETIVO LOCALIZADO —La voz del ente era fría como el hielo—. APLICAR PROTOCOLO 'A': ELIMINACIÓN INMEDIATA DEL SUJETO E44-573021. ACTIVANDO SISTEMAS DE CONTROL DIVIDIDO. MODO 'PANZER' ACTIVADO. NIVELES UMBRALMICOS POR DEBAJO DEL 40%. COMENZAR CAZA.
Sentí una presión en el pecho. Las palabras de ese tipo calaban en mi mente. Ese bastardo no hacía otra cosa que mirar a Observer. Una parte de mí no quería aceptarlo, empero, era demasiado evidente. Némesis quería matar a Observer. Sí o sí.
Lily apretujó su puño izquierdo y dijo.
—Ha venido… a matarme…
¡Mierda!
— ¡¿Qué hacemos?! —espeté.
—Lo voy a cazar aquí mismo —Lily dio un paso al frente—. Esta vez… no lo acompañan otros esbirros. Se - sellaré su destino aquí mismo.
— ¡¿Vas a pelear?! —inquirió Naomi.
— ¡S – sí!
—Asombroso…
Ustedes dos…
¿Qué les pasa?
En ese momento, tosí a propósito. No estaba en contra de la confianza en uno mismo. Se trataba de un factor indispensable para superar adversidades y cumplir metas. Empero, abusar de tal herramienta no era correcto. Actué como la voz de la razón y dije.
—… Ustedes dos, cálmense.
— ¡Estamos calmadas, hermanito!
— ¡E - exacto! —Lily me observó con afán—. Me siento muy calmada. Es más, ¡v - voy a cortar a ese bastardo con calma y agallas! ¡Ya verás!
¡Usa tu espada con mesura y técnica! ¡Las agallas no sirven de nada!
—No están calmadas. Solo están cegadas por su optimismo —suspiré.
— ¡Confía más en Lily, hermanito!
—E – eso, ¡confía más en mí!
Esbocé una expresión reticente. Rasqué mi cabeza y expresé:
— ¿Le puedes ganar? —me ahorré las palabras.
Lily formó el símbolo de la paz.
—Será pastel comido.
Sonreí.
—Dirás pan comido…
—Uhh, ¿era así?… bueno, ¡será pan comido!
A Naomi le brillaban los ojos. Me pasaba lo mismo, dentro de poco presenciaríamos un duelo de espadas. Desterré las ideas que anidaban en mi psique. Lily confiaba en sí misma. Nuestra misión era respaldar esa gema, llamada confianza.
— ¡Suerte!
—Ve con todo —cité.
— ¡Gracias!
Luego de apartarnos un poco, ambos personajes caminaron a paso lento. Se detuvieron en sincronía, diez metros separaban sus cuerpos y espadas. Lily acomodó su postura, Némesis blandió su gran estoque. El zumbido del viento aplacaba el mutismo. Un entorno plúmbeo se sentía en el aire.
—Esa postura… —mi hermana me tomó del brazo—. ¡Es la misma de antes, hermanito!
Asentí.
—Es verdad.
— ¿Cómo se llamaba?
—Sonic Assault.
—… ya veo…
Naomi torció la mirada.
—Hermanito, no quise preguntar antes, pero… ¿Cómo - sabes - eso? ¿Cómo sabes el nombre de eso?
Sosegué mi respiración.
—La verdad es que…
— ¿Sí?
—Yo…
— ¿Sí?
—No sé nada de nada.
— ¿Aaaah? —Mirando mi cara con recelo, ella esbozó un lindo puchero—. Explícate…
—Cómo decirlo. Ese nombre apareció en mi cabeza cuando vi que Lily montaba esa postura. Te digo la verdad.
— ¿En serio?
—Hablo en serio.
—Qué raro.
—Sabes que me pasan cosas raras.
—Bueno, es correcto —Naomi sacudió la cabeza—. Bien, hablaremos de eso más tarde. Va a empezar…
Una cigarra chilló en la cercanía. Ambos personajes se miraban.
De pronto, al compás de una melodía silvestre, ellos cargaron hacia el otro sin vacilar en su camino.
Como su nombre lo decía, Sonic Assault consistía en un asalto super-veloz que simulaba la celeridad del sonido. Espada sostenida por una mano (la derecha), leve inclinación de las rodillas, mirada recta. El cuerpo de Lily aceleró de cero a cien en menos de un segundo, saltó a Némesis mientras energía violeta bañaba la espada y trazó un corte horizontal, y anverso, para repeler el tajo vertical y negro, lanzado por Némesis.
Como resultado, una fanfarria de chispas, narcotizadas, brotaron del punto de impacto. La melena de Lily bailó con la brisa. El choque remeció el mundo digital. Hologramas sufrieron 'lag' por algunos segundos, y el gigantesco árbol navideño parpadeó de forma criptica.
Eso atrajo la mirada de muchas personas: "¡Oigan, miren eso!", "¿Un espectáculo?", "¿Qué está pasando?", "¡Miren esas graficas!", "¡Fantástico!".
Ignoré sus reacciones y continué mirando.
Tras el impacto, Lily tomó el relevo. Ella recuperó su postura, ejecutó un giro y atacó al demonio sin piedad alguna. El filo de su espada ignoró el escudo y golpeó las vértebras cervicales del homúnculo con presteza mordaz. Y fuerza pletórica.
*¡¡CLAAAAAANNNNKK!!* —el sablazo resonó en el campo.
Sin embargo, aunque retazos de energía púrpura y chispas color azafrán invadieron la zona, el maldito demonio seguía en pie. Su cuello estaba doblado, y la katana presionaba las vértebras. Pero no cayó, se mantuvo intacto, pavoneándose.
—Hermanito…
—Ese bastardo —apreté mis dientes.
Nuestra amiga reaccionó al instante. Ella levantó su pierna derecha, volvió a girar sobre su eje y le atizó una tremenda patada. Rayos violetas emergieron obsesos. No fue un ataque normal. Ella focalizó energía en sus músculos, y la hizo estallar en sincronía con su patada.
Espera… es más que eso… ella...
Un estallido sónico torturó mis oídos. Como resultado, Némesis retrocedió un par de metros, vapor blanco emergió del hombro zurrado. A pesar de ello, la bestia seguía intacta; cargando su escudo, arrogante.
Carajo…
Examinando la contextura del paladín ficticio, me percaté que sus vértebras estaban cubiertas de algo. Un material duro que parecía resina o laca. Era transparente, duro y bruñía intensamente.
Su defensa era perfecta. Némesis vestía como un tanque de guerra. Tenía placas y blindaje en cada hueso, los huesos eran duros como el diamante, cada hueso tenía un baño de resina protectora y para colmo, la energía azabache que usaba para luchar lo protegía de todo.
La imagen era el colmo de los colmos.
¿Cómo se rompe esa defensa?
Mientras meditaba al respecto, el ritmo de la batalla atrajo cámaras, y reportajes.
Observer no se amilanó. Retiró su hoja y atacó de nuevo. Era rápida, quedé fascinado con ello. Presteza, tiempo de reacción, agilidad, impulso, superaba a Némesis por mucho en tales aspectos.
Una princesa de cabello negro, y ojos carmesí, danzando entre chispas y magia.
Una chica, con espada en mano, bailando con presteza.
¡Un destello violeta que pintaba el mundo de morado!
Era diferente, al blandir su espada y bailar con ella… Lily trasmitía una presencia distinta. Su lado amable, tímido y algo torpe, era reemplazado por una sagacidad exquisita. Podía sentirlo, su alma ardía en llamas cuando luchaba en serio. Agudeza cortante, concentración impoluta, mirada ladina. Sentía que sus gestos eran capaces de segar el ambiente.
Un momento, ella… ¿Sonríe?
Bellas sonrisas invadían la expresión de Observer.
¿Está divirtiéndose?
Mi ritmo cardiaco empezó a crecer.
Espera…
¿Qu - qué está pasándome?
Sacudí mi rostro, eso no importaba ahora. Por otro lado, la refriega se inclinó ferozmente a un lado: a 'Observer'.
Increíble... es como si bailara… con su espada…
Esta pelea superaba todas mis expectativas. Las campanadas que generaban los choques de espada hacían vibrar mis oídos, las chispas retozaban en todas partes.
La escena no terminaba ahí, había un factor más…
Esa energía que recubría la espada de Lily… ese manto morado que parecía agua...
Sabía cómo se llamaba eso…
¡Se llama salmia! ¡Lo sé…!
La savia que transcurre a través del alma.
Comenzaba a recordar cosas: palabras, significados e imágenes que resonaban como reminiscencias fantasmales, agité mi cabeza por reflejo. No había tiempo para seguir divagando. Ambos seguían luchando.
—Hermanito… Lily es asombrosa…
—Así es…
Observé la batalla y dije.
—The Violet Flash.
— ¿Ahh?
—Es el apodo que le pondremos. ¡The Violet Flash!
— ¡Le queda perfecto!
…
La batalla no se detuvo.
Cortes, tajos, fintas, argucias. Chispas naranjas salían disparadas cada vez que las espadas se besaban. Un paroxismo sin precedentes crecía con cada espadazo. Negro y violeta danzaban en un acto homicida.
— ¡Ya veo…! —exclamé—. ¡No golpea al azar!
— ¿Recién te das cuenta? ¡Está apuntando a las junturas!
Quedé fascinado. Si los huesos eran duros como el diamante, solo bastaba con romper las junturas. Iba a tomar tiempo, no obstante, si Lily encontraba el truco: ¡Yeah!
En ese momento, me dejé llevar por la atmosfera y dije:
— ¡Hijo de perro! ¡Suelta ese escudo y pelea como hombre!
— ¡Sin malas palabras!
— ¡Lo siento!
La batalla creció de nivel. En un punto dado, Némesis comenzó a recibir las cuchilladas con mayor destreza. En lugar de parecer descoordinado, o ser empujado, aprovechó el retroceso, para reforzar su postura, haciendo que Lily rebotara en cada golpe.
Me percaté de algo. El bastardo no atacaba porque confiaba en su defensa. Él estaba empecinado en su defensa. Es decir, una batalla de desgaste.
Si esto seguía de la misma forma, Lily se agotaría y el bastardo aprovecharía ese momento para atacar. Sabía de eso, no por batallas, sino por largos y extensos juegos de ping-pong holográfico y videojuegos de estrategia en tiempo real.
Agite mi cabeza y me dije a mi mismo: ¡Haz algo, Ed!
— ¡Escucha, Lily! —Avancé al frente—. Ese bastardo piensa arrastrarte a una batalla de desgaste. ¡No permitas eso! ¡Tú puedes!
Lily escuchó mis palabras, casi de inmediato, brincó hacia atrás sorprendida. Ella me obsequió una sonrisa torpe. Y asintió.
—Ahora lo comprendo… —expresó—. No importa. ¡Terminaré con esto ahora mismo!
Inmediatamente, una postura enigmática golpeó mis luceros. Espada sostenida por dos manos, brazos rectos, mirada al objetivo. No había duda, no tenía recuerdos tangibles sobre aquella postura. Sin embargo, mi corazón trepidaba a toda máquina. Conocía esa postura. Si no mal recuerdo, su nombre era…
—Estilo Zeris —con ojos más agudos que obsidiana, Lily cargó al frente cual saeta homicida—. Técnica de dos golpes… ¡CRUZ DEL JUICIO!
Vigor divino.
Arranque salvaje.
Poder obseso.
Todo fue tan rápido que apenas pude verlo. En un momento dado, la salmia de Lily formó una ligera coraza de luz violácea alrededor de la bendita hoja. La Katana, carmesí por sí misma, ahora proyectaba un segundo filo que fulgía en vivaces tonos púrpuras.
La salmia aceptaba la espada. O mejor dicho, la salmia protegía la espada. Otorgándole rango, resistencia y poder.
En consecuencia, a pocos metros de Némesis, acelerando cual saeta, ella pinceló dos cortes sincrónicos que engendraron una brillante cruz de luz ardiente. Tajos simultáneos, perpendiculares y sanguinarios que golpearon a Némesis con vandalismo insano. El crucifijo de luz violeta estalló en la cara del bastardo. Generando una explosión atronadora que dispersó furiosas ondas de choque por doquier. Viento, escombros, tierra, efectos holográficos volaron en vectores alocados. Intenté cubrir mi rostro. No sentí nada.
Cuanto poder…
Una molesta nube de polvo cubrió el campo de guerra. Mi hermana y yo esperamos impacientes. Al dispersarse la bruma, mi corazón latió con fuerza…
Lo había logrado… ¡Lo había logrado!
Hocico hundido, colmillos desperdigados en el terreno, mandíbula casi partida. El paladín retrocedió tambaleante.
Seguía vivo, seguía en pie…
Pero había esperanza. Lily reacomodó su postura. Ella no dejaba de sorprenderme. ¡¿En qué momento notó que la única forma de dañar a Némesis era vulnerando la cavidad más obvia del cuerpo humano?!
El cráneo estaba protegido. No había rendijas ni puntos débiles. A menos que ella hundiera su espada en la boca del bastardo, su embate sería un fracaso. Pero lo hizo.
Reconoció el punto más débil. Y apuntó ahí…
Agitando mi cabeza, una sonrisa estúpida mancilló mi cara.
Que técnica más asombrosa, maldición.