Habían conducido durante un buen rato y luego ella escuchó al conductor decir:
—Ya casi llegamos, señora.
Tiana asintió y sacó su teléfono para llamar a Gwen.
Justo en ese momento, vio la silueta de una persona que parecía Gwen frente a ella.
Parpadeó para ver bien, pero los siguientes acontecimientos sucedieron tan rápido que se sintió como en trance.
Todo lo que podía recordar era el coche dando volteretas una y otra vez.
Cuando el coche finalmente se detuvo, todo lo que podía oír eran sonidos agudos en su oído, líquido caliente chorreando por su cabeza, quizás era sangre, no estaba segura, y luego, su cuerpo apenas podía moverse.
Podía oír su corazón latiendo tan despacio que temía que iba a morir.
La cabeza le dolía tanto... tanto que cada respiración le desgarraba.
Pero en este momento, incluso con todo el dolor desgarrándola... el único pensamiento en su cabeza era él.
Nicklaus...
Lágrimas calientes manchaban la sangre que goteaba por su rostro.