Jin Liwei cayó de espaldas al suelo con Iris encima de él. Ella golpeó su pecho con los puños, le arañó el cuello y los hombros, y le rasgó la camisa.
Sus ojos se abrieron de par en par por su violencia repentina, pero se quedó quieto y soportó todos sus ataques. Sus puños podrían parecer delicados, pero definitivamente sabían pegar fuerte. No intentó defenderse, apretó los dientes para evitar gemir de dolor.
Era un poco extraño porque parecía que apuntaba a su rostro pero por alguna razón, sus manos se desviaban y golpeaban su cuerpo en su lugar. Sus chillidos y maldiciones de asesinato resonaban por toda la gran rotonda vacía, sonando como un espíritu maligno enloquecido aterrorizando la tierra de los vivos.
Pensó que estaba preparado para enfrentar su ira y la posibilidad de que ella lo atacase, lo cual estaba sucediendo justo ahora, pero nunca esperó ver una expresión tan feroz en su rostro.