Al día siguiente, Joel y Toji se dirigieron a la plaza de la ciudad, donde el Obispo Lenard, el Cardenal Frederick, la Santa y un verdugo estaban sobre una plataforma con un cabestrillo de madera en el centro. Joel y Toji se encontraron entre la multitud, observando cómo el Obispo comenzaba a dar un discurso sobre la herejía y la traición a la iglesia.
Obispo Lenard: Hoy, llevaremos a cabo la justicia divina contra aquellos que han traicionado nuestra sagrada institución. La herejía y la corrupción no serán toleradas bajo el mandato de la iglesia.
Después de un rato, el Cardenal Frederick pidió al verdugo que comenzara con la ejecución.
Cardenal Frederick: Verdugo, proceda con la ejecución.
Joel le susurró a Toji que necesitaba recoger algo en sus habitaciones y que regresaría en un rato.
Joel: (en voz baja) Tengo que ir a recoger algo en nuestras habitaciones. Regresaré en un rato.
Toji: (aburrido) No te demores.
Una vez que Joel estuvo fuera de la vista de todos, equipó su "Armadura de Slime Volcánico" y, rodeando la plaza, se posó encima de un edificio. Observó atentamente mientras el verdugo alzaba su hacha. En el último momento, justo antes de que el hacha del verdugo cortara la cabeza del hombre, Joel se lanzó desde el edificio y sacó su espada, que burbujeaba en lava, cortando la hoja del hacha y sorprendiendo a todos.
Cardenal Frederick: (impactado) ¿Qué significa esto?
Obispo Lenard: Ese es un criminal buscado por la guardia real, conocido como Bridget. Su afinidad es la lava.
Bridget se inclinó y saludó al Cardenal, al Obispo ya la Santa.
Bridget: (con una sonrisa) Me presento como Bridget, el infame criminal. No quiero causarle problemas a la iglesia, pero necesito llevarme a ese hombre.
La Santa rápidamente les indicó a los transeúntes que se alejaran y se mantuvieran a salva.
Santa: (preocupada) Por favor, aléjense y manténganse a salvo.
Poco después, llegaron unos guardias con lanzas de plata, apuntando al centro donde se encontraban Bridget, el Obispo, el Cardenal, la Santa y Toji. Bridget levantó una mano para intentar calmar la situación.
Bridget: No quiero problemas. Cuando tenga al hombre, me iré.
Cardenal Frederick: Eso es imposible. Ese hombre será ejecutado por herejía.
De repente, el Obispo y el Cardenal comenzaron a liberar sus auras mágicas, debilitando a la mayoría de las personas en el lugar y dificultándoles la respiración. Toji se adelantó y habló.
Toji: (aburrido) Ataquen libremente a Bridget. Yo cuidaré de la Santa.
Obispo Lenard: Gracias, Toji.
El Obispo dirigió su mirada a Bridget, quien también comenzó a liberar su poderosa aura mágica. Su aura era extremadamente fuerte debido a que su armadura estaba fusionada con el "Corazón de Volcán", lo que permitió a Joel liberar mucha más aura y energía mágica, sirviendo como un segundo núcleo de mana mucho más grande que el suyo.
Los presentes sintieron una fuerte presión por el choque de auras de las tres personas. El Obispo le dijo al Cardenal que él se encargaría de Bridget y que vigilaría para que ningún creyente saliera herido.
Obispo Lenard: Yo me encargaré de él. Vigila que ningún creyente salga herido.
Cardenal Federico: (asintiendo) De acuerdo.
Bridget comenzó a reír y dijo con una sonrisa sádica y macabra en su rostro, mientras uno de sus ojos brillaba de color naranja debajo del antifaz de vidrio que tenía como casco.
Bridget: (riendo) Esta batalla será interesante.