Me aparté del camino de un ataque entrante directamente hacía mí cabeza. Un segundo ataque vino inmediatamente después, el cuál bloqueé con la espada en mis manos. Usando mi fuerza superior a la de mi oponente, balanceo la espada para apartar la suya, haciendo que mi oponente tenga que retroceder.
Intento atacar aprovechando la oportunidad, sin embargo, en lugar de esperar a que mí ataque la golpee, mi oponente apartó mi estocada a un lado con gracia nacida de la práctica. Bloqueé el ataque descendente que vino inmediatamente después, solo para tener que bloquear una rápida ráfaga de ataques que venían en todas direcciones.
Apenas pude reaccionar a tiempo, y estoy seguro de que no podría de no ser por mis estadísticas aumentadas.
Intenté desestabilizar a mi oponente empujándola, y lo conseguí, pero antes de que pudiera aprovechar la oportunidad, mi oponente saltó sobre mi estocada, evitando fácilmente mi ataque. Solo pude parpadear sorprendido cuando una patada giratoria se dirigió a mi cabeza.
Lo último que ví, fueron las lindas bragas de color rosa debajo de su falda.
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"¿Estás bien?". Me pregunta Ruby, parada frente a mí, mirándome con preocupación.
"Claro. No te preocupes". Respondí mientras me volvía a levantar.
El día de ayer, Ruby había llegado de la escuela con dos espadas de madera. Sugiriendo que podíamos empezar a entrenar con ellas, para familiarizarme con las armas cuerpo a cuerpo antes de empezar a diseñar mi propia arma.
Por lo que ahora, simplemente estaba entrenando con ella. Primero recibiendo algunas instrucciones básicas sobre cómo sostener correctamente una espada, cómo balancear mis brazos en caso de sostenerla con una o con ambas manos, como girar mi cuerpo para aprovechar mejor el impulso... Ahora que lo pienso, realmente no fueron tan básicas sus explicaciones.
Ruby era una absoluta conocedora al parecer. Sus instrucciones, a pesar de que ella las llamó básicas, eran bastante detalladas. Supongo que tiene sentido en alguien que parecía tan aficionado a las armas en general.
[ COMBATE CON ARMAS (Espada). NVL. - 3/100 ]
Además, había obtenido una nueva habilidad. Incluso si la diosa había dicho que el sistema solo era para tener relaciones, yo seguía obteniendo nuevas habilidades relacionadas al combate. Supongo que ésto es debido a mi propia influencia. Ella había dicho que el sistema se adaptó a mí, así que quizás mi deseo de pelear es el que hace que estás habilidades sigan apareciendo.
"Gray. ¿Seguro que estás bien?". Ruby vuelve a preguntar.
"Si. Solo estaba pensando en algo".
"Ok. Si tú lo dices... ¿Entonces continuamos?". Ella levanta su espada, poniéndose en guardia.
"Claro". Yo igualmente me preparé. No esperaba ganarle pronto, pero esa no era la finalidad de ésto. Simplemente necesito ganar más niveles de forma segura.
Me lancé hacía ella, balanceando mi espada de forma vertical. Ella esquivó mi ataque fácilmente antes de contraatacar con una série de golpes y estocadas a gran velocidad. Logré bloquear algunos, aunque varios me golpearon, principalmente en los brazos y piernas.
"Entonces...". Ella empieza, mientras yo bloqueo uno de sus ataques. "¿Ya pensaste en qué arma elegirías?".
Sostuve su espada contra la mía mientras pensaba en su pregunta. "Estaba pensando, que quizás podría tener una lanza, que también pueda transformarse en un hacha o algo así". Empujo mi espada contra la suya, haciéndola retroceder.
Ella volvió a correr hacía mí, enviándome un corte descendente cuando estuvo lo suficientemente cerca. Me aparté en lugar de bloquear, intentando contraatacar, sin embargo, ella lo vió venir, esquivando mi golpe. Un pequeño intercambio se produjo, con cada uno atacando y bloqueando la espada del otro.
"¿Y cómo vas a disparar entonces?". Pregunta ella, sosteniendo su espada con ambas manos para intentar contrarrestar mi fuerza.
"Quizás tenga un arma aparte. Simplemente no quiero depender de una sola arma. Quizás hasta piense en tener otras armas diferentes en el futuro"
Ella no parecía conforme con mi respuesta, sin embargo no dijo nada más sobre éso. En cambio, decidimos terminar el entrenamiento de hoy. La respiración de Ruby era ligeramente pesada, mientras una pequeñas gotas de sudor se empezaban a formar en su frente, sin embargo, aparte de éso, ella estaba tan limpia como al principio. Yo en cambio, estaba tan fresco como cuando habíamos empezado, salvó por las pequeñas motas de suciedad en mi ropa.
Ambos entramos en la casa, encontrando a Yang recostada sobre el sofá frente a la pantalla. Summer estaba en la cocina mientras organizaba algunas cosas que había comprado más temprano.
El ambiente se sentía similar al día anterior. Summer se veía incómoda en la presencia de su hija mayor, mientras ésta parecía molesta. No pude evitar soltar un suspiro. Había tratado de ignorar este tema ayer, pero obviamente tarde o temprano tendría que tratarlo.
Caminé hasta la cocina, en dónde Summer estaba. Noté como Yang me seguía con la mirada, sin embargo la ignoré de momento. Debía convencer a Summer de que salga de la casa con Ruby para poder hablar con Yang.
Me acerque a Summer, la cuál apenas reaccionó. "Summer, necesito que hagas algo por mí".
Ella detuvo lo que hacía para mirarme. "¿Qué cosa?".
"Necesito que salgas un rato de la casa con Ruby mientras hablo con Yang. Creo que sé cómo solucionar ésto".
Ella guardó silencio por unos segundos mientras parecía considerar algo. Su mirada pasó a ser de ligera decepción que intentó disimular cuando su vista volvió frente a ella. "Tu... ¿Lo harás... Con ella?". Preguntó con incertidumbre.
Suspiré ligeramente mientras pensaba en mi respuesta. ¿Debería mentirle?... No, no quería hacerle eso a ella. Incluso si lo negaba, tarde o temprano sabía que terminaría con otras mujeres... Quizás, lo mejor sería decirle las verdad desde ahora para evitar hacerle daño luego.
Asentí lentamente. "Es probable...".
Ella esboza una pequeña sonrisa sin alegría antes de suspirar. "Si... Supongo que debí suponerlo...". Antes de que pudiera pensar en que quería decir con eso, ella me dijo. "Sólo… no me dejes de lado cuando consigas otras mujeres... ¿De acuerdo?".
Tomé su mano apoyada en la cerámica lentamente antes de dedicarle una sonrisa afectuosa. "Jamás... Tú siempre serás la primera para mí".
Eso pareció animarla un poco. Pude ver cómo ella quería darme un beso, pero se detuvo al darse cuenta de dónde estábamos. Ella suspira nuevamente antes de asentir y salir de la cocina. "Ruby, ¿Puedes acompañarme al pueblo?. Olvide comprar algo".
"Claro, mamá". Respondió su hija menor. Quizás ansiosa por salir y escapar de este ambiente tan incómodo.
Esperé un par de minutos hasta que Summer y Ruby se fueron, sin embargo, antes de que me dispusiera a ir hacía dónde Yang estaba sentada, ella misma se acercó a mí con los brazos cruzados.
No pude evitar soltar una pequeña sonrisa ante su actitud desafiante. "Muy bien Yang... ¿Qué sucede?".
"¿Qué?. ¿Vas a fingir que no sabes lo que hiciste?". Preguntó ella con molestia.
"¿Y que se supone que hice?".
"¡Tú sabes lo que hiciste!... Lo que tú y Summer hicieron...".
"Vaya, ¿Y qué fue lo que hicimos que te molestó tanto?".
Su rostro se sonrojo ligeramente, quizás rememorando la visión de hace unos días. "Deja de hacerte el tonto... Ustedes estaban... Haciéndolo...".
Sonrió ligeramente al notar su creciente inseguridad. Quizás esto sea más fácil de lo que pensé. "¿Haciéndolo?. ¿Qué quieres decir, Yang?".
Ella se molestó aún más por mi arrogante actitud sobre el tema. "Ustedes... Estaban teniendo sexo... Yo los ví".
"¿Y eso qué tiene de malo?". Pregunto, ganando una mirada atónita de ella.
"¡¿Estás bromeando?!".
"Summer es una mujer adulta, y yo ya soy mayor de edad. ¿Que tiene de malo que dos personas adultas decidan tener sexo?". En éste punto la expresión de Yang era de absoluta incredulidad, quizás esperando que la conversación tomaría un rumbo diferente. "¿O es que acaso lo que te molesta es otra cosa?".
Ella desvió la mirada a un lado, luciendo ligeramente avergonzada, aunque rápidamente ajustó su expresión para parecer más molesta que otra cosa. "No sé de qué estás hablando...".
"¿No?. Porque recuerdo que estabas bastante interesada en saber si te consideraba linda...". Sonrió ligeramente al notar como su nerviosismo aumentaba ligeramente. "¿No será que... Estás celosa?".
"¡¿P-por qué estaría celosa?!".
"¿No me consideras atractivo?".
"N-no...". Respondió, claramente mintiendo. El verla tan nerviosa solo hacía aumentar más mi confianza en esta situación.
"¿Estás segura?..." Pregunto, acercándome lentamente a ella. "Porque yo sí te encuentro muy atractiva...".
Ella da un paso atrás al ver cómo seguía acercándome a ella. Toda su bravuconería parecía disiparse cuando tragó con creciente nerviosismo. "No creas que simplemente puedes salir de esta con halagos...".
"Pero es la verdad. Eres una chica increíblemente hermosa, Yang. Tu pelo largo y salvaje, tus ojos tan brillantes y alegres, tu sonrisa presumida pero encantadora...". Con cada cosa que nombraba, su resolución parecía disminuir y su sonrojo aumentar. Mis pasos continuaron mientras me acercaba más y más a ella, haciendo que su nerviosismo aumente. Ella intentó retroceder, pero sus pasos se detuvieron cuando la mesa se interpuso en su retirada. "Dime Yang... ¿Realmente no te gusto?".
"... ". Ella se niega a responder, luciendo ligeramente mortificada e increíblemente avergonzada. Era lindo ver una faceta así de ella, que siempre parecía tan confiada de sí misma.
Pongo mi mano lentamente en su mejilla, haciendo que nuestras miradas se crucen. Sus ojos violetas me miraban expectantes, claramente preguntándose qué es lo que haría a continuación, sin embargo, aún había nerviosismo en su expresión. Puse mí intención en usar la habilidad de dulce toque en ella, enviando una sensación placentera a través de mis dedos. Su nerviosismo comenzó a cambiar por una creciente excitación que comenzaba a inquietarla.
"Tu me gustas, Yang".
Ella tragó antes de responder. "P-... Pero tú lo haces con mamá...".
"Sí... Y también quiero hacerlo contigo".
Sus ojos se abren como platos, mientras el sonrojo de sus mejillas crece aún más. "¡¿Q-qué carajos estás diciendo?!".
"¿Qué tiene éso de raro?. ¿Me dirás que no te haz tocado pensando en mí?".
"¡N-no!". Ella negó rotundamente.
"Bueno. Yo sí...". Su expresión se volvió aún más incrédula, cosa que no creí posible. "Eres tan hermosa que apenas puedo contenerme ahora mismo. Quisiera tocarte y besarte en todo el cuerpo... ¿No quieres hacerlo tú también?".
Nuestros rostros se acercaban mientras mi mano sostenía delicadamente su mejilla. Sus mejillas estaban tan rojas que parecía un tómate, mientras sus ojos parecían empezar a nublarse debido a la excitación que crecía a cada segundo.
"Ésto... Yo...". Cualquier cosa que ella estaba por decir se detuvo cuando nuestros labios se juntaron. Pude sentirla estremecerse ligeramente cuando mi mano libre viajó hasta sus caderas, acariciándolas lentamente mientras aún sostenía una de sus mejillas. Nuestro beso se profundizó más, sacándole un pequeño gemido ahogado.
Cuando nos separamos, su mirada estaba algo perdida, casi embriagada. Pero aún con eso, parecía algo nerviosa. Realmente dudaba de que este fuera su primer beso, pero quizás nunca se había visto en una situación parecida. No pude evitar soltar una pequeña risa.
"Eres tan linda cuando estás así de nerviosa".
"¡Deja de burlarte de mí, imbécil!".
Me reí nuevamente de su vergüenza antes de volver a besarla. Está vez ella no se resistió en absoluto, en su lugar, ella simplemente cerró los ojos y se dejó llevar un poco más por el momento.
Cuando nos separamos, ella me miró pensativa por unos momentos, antes de volver a parecer algo nerviosa, aunque de forma diferente. ¿Indecisa?. Parecía como si quisiera decirme algo.
"¿Qué sucede?". Pregunto.
"Es que... ¿Cómo es... hacerlo?, ya sabes...".
"¿Sexo?". Volví a preguntar, a lo que ella asintió. "Bueno, soy un chico, así que para mí es diferente. Pero según sé, para las chicas al principio duele un poco la primera vez, pero luego se siente bien".
"Sí, eso leí en algún lado. Es solo que... Mamá parecía disfrutarlo... Mucho...". Ella comentó.
"¿Tu... Quieres hacerlo?".
Ante mi pregunta, ella se toma unos segundos para pensar antes de asentir nuevamente. "... Sí".
"Estás segura. Me encantaría hacerlo contigo, pero esa puede ser una decisión importante para tí".
Ella volvió a asentir. "Sí... Quiero hacerlo".
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El corazón de Yang latía con fuerza bajo su pecho a medida que ella y Gray se acercaban a su habitación. Incluso si ella había aceptado y aún cuando ella realmente quería, no podía negar que estaba muy nerviosa con respecto a ésto.
Gray le había preguntado si realmente estaba segura, y ella había insistido en que lo estaba. No sé echaría atrás ahora, no cuando estaba a punto de conseguir lo que quería. Quizás se saltó unos cuantos pasos, pero en ése momento realmente no le importaba.
Solo quería experimentar eso que su madre parecía disfrutar tanto aquella noche.
Ambos entraron en la habitación de Yang y Gray miró con curiosidad su habitación. Yang no pudo evitar sentir un poco de vergüenza, aunque no sabía por qué.
Ambos se quedaron parados en medio del cuarto sin saber que hacer a continuación. Yang no tenía experiencia, todo lo que sabía sobre el sexo era por los vídeos que había visto. Parecía tan fácil según esos vídeos, pero ahora que estaba parada frente al chico con el que había fantaseado, no sabía cómo seguir.
"Quítate la ropa...". Dijo Yang, intentando que está situación deje de ser incómoda.
Gray no se opuso a su petición, quitándose cada prenda que llevaba. Yang no pudo evitar disfrutar la vista del cuerpo desnudo frente a ella. Gray no era particularmente musculoso, solo lo suficientemente tonificado. Sumado a su rostro anormalmente guapo, le daban una apariencia realmente atractiva. Sin embargo, incluso aunque ya lo había visto antes, lo más sorprendente de ver fue su pene.
Estaba ligeramente erecto, por lo que su tamaño era mayor del que había visto. Lo que estaba haciendo que sus complicados pensamientos se vuelvan aún más liosos.
Ella empezó a desvestirse también. Y no pudo negar que su orgullo creció un poco al ver cómo el pene de Gray se volvía completamente erecto al verla desnudarse.
Yang lo empujó para que se sentara en su cama, cosa a la que Gray no se resistió. Luego ella se arrodilló frente a su duro miembro, completamente erecto. El olor que desprendía era uno que nunca había olido antes y uno que estaba haciendo que su zona íntima queme con impaciencia. Quería meterlo dentro suyo yá, pero quería probar algo antes de éso. Algo que había visto en muchos vídeos y por lo que siempre tuvo curiosidad.
Ella rodeó el pene de Gray con sus pechos, disfrutando de él cómo él soltó un pequeño jadeo al sentir sus bebés cubriendo su eje. Ella sabía perfectamente que sus senos eran grandes para su edad, más que los de cualquier chica en su escuela, pero incluso así, el miembro erecto de Gray sobresalía de entre sus pechos. Apenas llegando a cubrir poco más de la mitad.
Ella se mordió el labio inferior cuando apretó sus pechos contra el pene de Gray, sintiendo como palpitaba bajo sus suaves montículos.
Yang soltó una pequeña risa satisfecha al ver cómo Gray se retorcía ligeramente. Su motivación para continuar creció al pensar que ella lo estaba haciendo sentir bien solo usando sus pechos. "¿Te gusta?".
"Aah... Se siente muy bien...". Respondió Gray.
"¿Mamá hace ésto?. ¿Ella lo hace mejor que yo?".
"No sería justo compararlas... Ella es una... Mujer con experiencia... Tú aún eres una novata".
Yang no pudo evitar sentirse ligeramente molesta. No sabía si era su necesidad de competencia o los celos, pero sintió que quería ir más allá para demostrar que ella también podía hacerlo sentir bien.
"Entonces, ¿Qué tal si hago ésto?".
Los labios de Yang rodearon la punta del eje erecto de Gray, haciendo que este suelte un pequeño jadeo satisfecho. Al notar su reacción, la determinación de Yang creció, empezando a mover su boca junto con sus pechos. Su lengua giraba alrededor de la punta del pene de Gray, empapando completamente su miembro.
Ella profundizó más en su mamada, sintiendo que podía hacerlo aún mejor. Las palpitaciones del miembro duro bajo sus pechos, junto con el embriagador aroma que desprendía la hacían sentir ligeramente mareada, pero no de malestar, si no de estar flotando ligeramente. Además de que el calor en su zona íntima se estaba haciendo cada vez más insoportable debido a la constante sensación de placer que sentía recorrer su cuerpo. Pero ella continuó, en un intento de demostrar que incluso siendo una novata, aún podría manejar ésto.
Las palpitaciones del pene de Gray se hicieron más fuertes, lo que hizo que Yang aumente la velocidad de su mamada, haciendo que Gray suelte un ligero jadeo caliente.
"Yang, me voy a correr...".
"Entonces hazlo. Dame toda tu semilla". Yang se rió de orgullo al ver cómo Gray estaba llegando al límite. El eje duro de él pareció estremecerse con fuerza mientras soltaba toda su carga acumulada. Yang tuvo que cerrar sus ojos para evitar que algo cayera dentro de ellos. Ella sintió el tibio esperma de Gray cubriendo su rostro y pechos y se sorprendió al sentir la gran cantidad que salía. El olor de la semilla de Gray no hizo más que aumentar su necesidad de hacerlo con él. Era un aroma embriagador que le dieron ganas de probarlo, y así lo hizo.
Yang abrió su boca, sacando su lengua para recibir algo de la semilla de Gray. Saboreando su semen, se deleitó ante el extrañamente dulce sabor del espeso líquido. No sabía porque sabía de esa forma, ya que por lo que sabía el semen no sabía precisamente bien, sin embargo, este tenía un sabor dulce que solo la hizo querer beberlo todo.
Cuando al fin se detuvieron las descargas de semen de Gray, este soltó un largo suspiro de satisfacción. Yang abrió uno de sus ojos; que no estaba cubierto de semen, y lo miró con picardía.
"Delicioso~".
"¿Enserio lo tragaste?". Yang solo se rió ante la pregunta. "Límpiate".
Yang se paró y fué a tomar una toalla para quitarse lo que quedaba de semen en su rostro y pechos. Sin embargo no pudo evitar darle una última aspiración, encontrando que le encantaba el olor de la semilla de Gray.
Ella caminó hasta él, empujándolo para que se recueste sobre la cama. Ella se colocó a horcajadas sobre él, sintiéndose increíblemente impaciente.
"¿Estás segura sobre esta posición?". Le preguntó Gray.
"¿De qué hablas?".
"Es que, está posición quizás no sea la más adecuada para una primeriza". Explicó él.
Incluso aunque le molestaba un poco que Gray siguiera remarcando el hecho de que ella era una novata, aún así decidió hacerle caso. "Entonces, ¿Cómo debería hacerlo?".
Gray la guío para que ella se recostara, ahora quedando Yang acostada sobre la cama con las piernas abiertas, mientras Gray estaba a horcajadas sobre ella. Se sentía extrañamente vulnerable en esta posición, pero la vista del pene duro y palpitante de Gray tan cerca de su feminidad la distrajo lo suficiente como para ignorarlo.
Sin embargo, contrario a sus expectativas, Gray no metió su miembro inmediatamente. En cambio empezó a jugar con sus labios inferiores usando sus manos. Ella no pudo evitar soltar un jadeo sorprendido al sentir los dedos de Gray tocando su zona íntima. Se sentía diferente a cuando ella misma lo hacía. Mejor, mucho mejor.
Yang tapó su boca con sus manos para evitar soltar un gemido cuando sintió los dedos de Gray rozando su clítoris. Una corriente de placer recorrió todo su cuerpo mientras ella se estremecía ante la nueva sensación que la invadía.
Su inquietud e impaciencia aumentaban con cada caricia, ella quería que él metiera yá su miembro en su interior, pero a la vez, no quería que él dejara de tocarla de esa manera.
"Ooooh~...". Yang no pudo evitar soltar un gemido particularmente fuerte cuando sintió cómo dos de los dedos de Gray invaden su interior. Su cabeza se echó hacía atrás ante la sensación de sus pliegues siendo estimulados a la vez que su clítoris.
Su cuerpo temblaba ligeramente con cada minúsculo movimiento de sus dedos, y sus gemidos se volvían cada vez menos contenidos. Sus pensamientos se estaban volviendo borrosos, dejando de lado su lado racional para dar lugar al placer.
Los dedos de Gray se movieron de adentro hacia afuera, siendo empapados con los jugos íntimos de Yang. Su espalda se arqueó ligeramente cuando el placer aumentó considerablemente, no entendía cómo era posible que solo con sus dedos la hiciera sentir así de bien, y solo pudo fantasear con la idea del cómo se sentiría cuando el miembro de él entre en su feminidad.
"Aaah~... Mmnh~...". Las caricias continuaron, haciendo que en este punto su mente esté en blanco. Podía sentir un pequeño hilo de saliva bajando por sus labios, pero no podría importarle menos, todo lo que quería era seguir disfrutando. "Aaaahh~...".
Yang empezó a sentir como su cuerpo llegaba al límite. Se habría preguntado sobre la rapidez con la que había llegado al éxtasis, pero estaba demasiado ocupada tratando de soportar el placer cuando los dedos de Gray se movieron más rápido que antes.
"Mmmnh~... Sí~... Aah~. Aaah-... Nnngh~... ¡Oooohh~!".
Su espalda se arqueó, mientras sus muslos apretaron entre sí, impidiendo que la mano de Gray pudiera ir a ningúna parte. Una corriente de placer cómo ninguna que había sentido recorrió todo su cuerpo. Su cabeza se echó hacía atrás, mientras su lengua colgaba ligeramente fuera de su boca. Sus pliegues internos se estremecieron con fuerza mientras sus jugos íntimos salían disparados, empapando aún más la mano de Gray.
Cuando su clímax llegó a su fin, ella se desplomó sobre su cama nuevamente. Su respiración era más pesada, mientras gotas de sudor empapaban ligeramente su rostro. Su mirada estaba completamente perdida, nublada por el placer y la lujuria. Tanta que no opuso ninguna resistencia cuando Gray se colocó a horcajadas sobre ella y la besó. Aunque tampoco es que ella se hubiera negado en éste punto.
Cuando sus labios se separaron, ella intentó volver a besarlo, pero Gray parecía tener otros planes. Ella se estremeció al sentir la punta del eje erecto y caliente de Gray contra sus labios inferiores. Un jadeo se escapó de su boca cuando sus pliegues se separaron ligeramente, envolviendo la punta de su pene.
"Yang, voy a meterlo. Lo haré lentamente, pero ésto te dolerá un poco".
Ella escuchó su advertencia distraídamente, aún aturdida por el orgasmo que había tenido hace poco. Sin embargo, se estremeció nuevamente al sentir como el pene de Gray se abría paso en su interior. Su aturdimiento se esfumó al sentir la sensación de ligero dolor mezclado con el increíble placer que el miembro duro y caliente de Gray en su interior. Los cuales solo aumentaron cuando la punta del eje erecto de Gray se encontró con lo que suponía era su himen.
"¿Estás lista?". Preguntó Gray nuevamente.
Ella respiró un par de veces, preparándose mentalmente para lo que vendría. "S-si...". Asintió Yang.
Gray empujó su miembro aún más adentro de ella. Yang apretó los dientes al sentir como la membrana que delataba su virginidad era estirada, hasta finalmente romperse. Ella soltó un quejido y cerró los ojos con fuerza mientras unas pequeñas lágrimas se formaban. Gray no mintió cuando dijo que dolería, sin embargo, no fué tan malo como pensó que sería. Incluso con el dolor, sintió que la sensación de placer no se detenía. Era extraño sentir cosas tan dispares al mismo tiempo, y quizás eso fue lo que la hizo soportar mejor el dolor.
Ella respiró hondo antes de soltar una larga exhalación. Sintiendo como el dolor se disipaba rápidamente, dejando lugar sólo a la placentera sensación de su interior siendo llenado por el miembro erecto de Gray.
"¿Estás bien?". Le preguntó Gray con preocupación.
Yang se sintió algo feliz de que él se preocupara tanto por ella. Ella asintió antes de decirle. "Sí... Continúa".
La entrepierna de Gray se movió lentamente hacía afuera, Yang pudo sentir como su interior protestaba ante ésto, apretando con fuerza el eje de Gray. Se estremeció nuevamente al sentir como él volvía a meter su pene dentro de ella.
"Haa... Estás tan apretada...". Yang no sabía si aquello era un cumplido, pero viendo lo satisfecho que parecía Gray, lo tomó como tal.
"Aah~... Mmnh~... Nngh~... Aaah~... Aaahh~...". Lentamente, las embestidas de Gray aumentaron en velocidad. Yang sostuvo las sábanas de su cama con ambas manos sobre su cabeza, mientras sentía como su interior era asaltado, inundando su mente de placer.
Sus pechos rebotaban con cada embestida, cosa que pareció motivar aún más a Gray, ya que una sonrisa pícara se formó en su rostro. Él sostuvo sus caderas con ambas manos, levantando su pelvis para alinearse con la de él. El placer amenazaba con desbordar su mente, con cada empuje de Gray ella podía sentir su vientre expandirse, hasta el punto de ser visible desde afuera.
"Haaa~... Mmnh~... Ooh~... Ooohh~...". Sus gemidos resonaban en toda la habitación mientras ella se dejaba llevar por el placer. "Santo cielo... Aah~... Ésto... Es... Nghh~... ¡Increíble~!".
No sabía cuánto tiempo habían estado haciéndolo, pero empezó a sentir cómo ella estaba llegando al límite. Sus pliegues apretaron con más fuerza el duro miembro de Gray, mientras este continuaba asaltando su interior.
"Gray... Aah~... Estoy a punto... Aaahh~...". Sus palabras solo parecieron motivar aún más a Gray, el cuál aumento la fuerza de sus empujes, hasta el punto de ser casi doloroso. Ella quería decirle que se moviera más lento, pero Sus palabras murieron en su boca al sentir como su cuerpo llegaba finalmente al éxtasis. "Ah~. Aah~. Mmnh~. ¡Aaahhhh~...!".
Sus paredes internas apretaron con fuerza el miembro de Gray, mientras sus jugos íntimos salían disparados nuevamente, empapándolo. Al mismo tiempo, sintió cómo el eje de Gray se estremeció con fuerza, mientras con un último empuje, este descargaba todo su semen en lo más profundo de ella.
El vientre de Yang empezó a expandirse ligeramente con cada carga que salía del pene de Gray. La sensación de su espesa y caliente semilla llenando su interior, sumado a su propio orgasmo hicieron que su mente se quedara completamente en blanco por unos segundos.
Luego de unos segundos, la sensación de éxtasis finalmente pasó, dejando a ambos jadeando para recuperar el aliento. Gray soltó un suspiro antes de sacar lentamente su miembro; aún erecto, del interior de Yang. Ella no pudo evitar que todo su cuerpo se estremeciera al sentir como su interior dejaba salir toda la carga de Gray, empapando las sábanas debajo de ella.
Yang seguía jadeando, el sudor cubría su cuerpo y se sentía cansada. Sus párpados se sentían ligeramente pesados mientras que sus brazos apenas parecían tener fuerzas para sostenerse sobre sí misma. Pero aún con éso, se sentía bien. Muy bien.
Y solo se sintió mejor cuando Gray se recostó al lado suyo para abrazarla. Una sensación de calidez la invadió al ser rodeada por sus brazos, y solo se hizo mayor cuando él procedió a besarla. Incluso con lo débil que se sentía, ella lo rodeó también con sus brazos. Dejándose llevar por la increíblemente agradable sensación de sus cuerpos desnudos tan cerca uno del otro.
Ella se acurrucó contra el pecho de Gray, mientras este la sostenía en un abrazo aún más cálido. Ella se sintió reconfortada. Tanto, que no pudo evitar murmurar algo antes de quedarse dormida.
"... Te amo...".
Si ella hubiera estado despierta un poco más, hubiera visto la expresión sorprendida de Gray al escucharla.
.
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Fin—.
No sé si la espera haya valido la pena, pero espero que hayan disfrutado del capitulo. Quizás podría haberlo hecho mejor, pero creo que es lo suficientemente bueno.
[ AURA (Desbloqueada)
AURA — 2,000 ]
Con un zumbido casi imperceptible, una tenue luz de color grisáceo cubrió todo mi cuerpo, haciéndome sentir extrañamente reconfortado. Podía sentir como mi cuerpo parecía sentirse...¿Mejor?. Era complicado de describir. Era como una sensación de ser llenado de energía. O más bien, qué dicha energía por fin sea liberada de mi interior, viajando libremente por mi cuerpo.
"¿Estás bien, Gray?". Me preguntó Ruby a mi lado. Asentí distraídamente, mientras aún estaba enfocado en esta nueva sensación sobre mí.
"Tienes bastante aura...". Comentó Summer distraídamente. No sabía cómo ella podía medir algo así, pero siendo ella la que acababa de desbloquear mi aura, quizás tendría una forma de saberlo.
Hoy las chicas no tenían escuela, por lo que habíamos decidido continuar con mí entrenamiento, tanto en combate, como con armas. Pero antes de éso, Summer me había dicho que ella había hablado ya con el director de Beacon sobre mí, y que ya era hora de desbloquear mi aura.
Mire con fascinación cómo la barrera parecía hacerse menos luminosa, hasta desaparecer. Sin embargo, aún podía sentirla, rodeándo todo mí cuerpo.
"Bueno, supongo que ya podemos empezar...". Dijo Summer, tomando una de las espadas de entrenamiento. "Chicas, retrocedan un poco, por favor".
Ruby y Yang se miraron extrañadas, pero hicieron lo que su madre les pidió. "Un poco más...". Volvió a pedir Summer, haciendo que ambas retrocedan nuevamente. "Un poco más...".
Hmm... Summer... ¿Estás bien?". Pregunto.
"Por supuesto. ¿Por qué lo preguntas?". Ella me miró con su habitual expresión amable, sin embargo, era diferente. Había algo en ella. Algo peligroso...
"Es que, pareces... ¿Enojada?".
"¿Y por qué estaría enojada?. No es como si te hubieras aprovechado de la situación para acostarte con una de mis hijas". Ella responde con la misma expresión, sin embargo, sus intenciones parecían exudar de su cuerpo como un aura maligna que solo prometía dolor.
"Pero... Tú aceptaste".
"Que haya aceptado no significa que estuviera de acuerdo...". Su espada apuntó hacía mí, mientras su mirada se volvía fría. No pude evitar dar un paso hacía atrás ante la inminente amenaza. "Ahora, Gray. Sé bueno y acepta tu castigo como es debido".
"¿P-puedo decirte que te vés muy hermosa está mañana?".
"Oh. Que dulce de tu parte, querido. Pero eso no te salvará...". Su espada descendió lentamente a un lado, mientras ella se acercaba lentamente a mí. No pude evitar dar otro paso hacia atrás. "Ahora, prepárate".
Solté un suspiro resignado ante el inevitable final de ésto. "¿Sabes qué?... Da igual. Estoy listo". Sostuve mi propia espada de entrenamiento. Sabía que no podría evitar su castigo, así que simplemente lo tomaría de frente.
"Ése es el espíritu. Tranquilo, no te voy a matar. Simplemente voy a lastimarte... Mucho".
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.
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Solté un quejido ante la fría sensación del ungüento sobre mis moretones. Summer no bromeó cuando dijo que me lastimaría. Durante nuestro ''Combate de entrenamiento'' ella se había vuelto una persona completamente diferente. A un lado quedó aquella dulce y amable mujer que siempre sonreía, en su lugar, solo había una brutal guerrera que barrió el suelo conmigo.
Su habilidad para el combate eclipsaba completamente a las de Yang y Ruby. Summer no solo era increíblemente fuerte para alguien con su físico, si no también increíblemente rápida y ágil. Sus golpes eran precisos y devastadores. Y estoy seguro de que si no fuera por mi aura recién desbloqueada estaría mucho peor.
Incluso con lo duro que era mi cuerpo y mi aura protegiéndome, había terminado completamente apaleado y tirado en el sofá sin poder moverme. La única razón por la que el combate terminó, fué simplemente porque ambas espadas de entrenamiento se habían roto. Primero la de ella; cosa con la que erróneamente pensé que mi sufrimiento había terminado. Pero contrario a mis expectativas, ella simplemente me desarmó para continuar su paliza con mi propia espada. Hasta que finalmente esa también se quebró.
"¿Por qué mamá exageró tanto...?". Preguntó Ruby con preocupación, siendo ella la que estaba aplicando el ungüento para mis moretones.
"Ella estaba enojada... Simplemente fuí el receptor de su frustración...". Respondí a su pregunta antes de soltar otro quejido al sentir su mano presionando uno de mis moretones cerca de mi hombro.
"Lo siento...". Se disculpó ella, para continuar cubriendo mis moretones con el ungüento. "Ésto es culpa de Yang...".
"¿Mía?". Preguntó la rubia, sentada a pocos metros de nosotros.
"Sí. No sé qué te pasó en estos días, pero estabas actuando muy raro y mamá parecía muy preocupada. Seguro hiciste algo que la molestó". Contestó la menor de las hermanas, sonando algo molesta con su hermana mayor.
"... Tienes razón...". Respondió Yang, sorprendiendo a ambos. No creí que ella aceptara la culpa así de fácil. Más que nada porque realmente no era su culpa. "¿Qué tal si me dejas a mí terminar de sanar a Gray?".
Ruby y yo nos miramos algo extrañados por su actitud. Sin ninguna razón para negarse, Ruby le entrega el pequeño envase a su hermana. "Toma... Estaré en mi cuarto si me necesitan".
Con Ruby yéndose, una sonrisa pícara adornó el rostro de Yang. Resople entendiendo el por qué. "Yang, estamos en medio de la sala". Advertí.
"Sí, lo sé. Ahora siéntate, aún falta curar la parte de enfrente".
Me senté en el sofá, dejando mi torso desnudo al descubierto para ella. Ella se sentó a mi lado, tomándose su tiempo para mirarme detalladamente antes de empezar a ponerme el ungüento. Primero en los hombros, moviendo sus dedos lentamente mientras aplicaba el bálsamo curativo. Sus manos luego pasaron hasta mi pecho, en dónde ella definitivamente parecía disfrutar del hecho de estar tocando mi cuerpo.
Ella continuó bajando lentamente, asegurándose de no dejar ningúna parte de mi torso sin acariciar. Activamente tuve que controlar mis pensamientos para no dejarme llevar por algunas ideas que amenazaban con volverse demasiado peligrosas. O asegurarme de no activar mi habilidad innata de forma accidental, no quería darle motivos para ir más allá.
Pensé que cuando finalmente todos los hematomas hubieran sido tratados, ese sería el final y podría vestirse otra vez. Sin embargo, Yang parecía tener otras ideas. Sus manos no dejaron de deleitarse con la sensación de mi cuerpo bajo sus yemas resbaladizas. Subiendo hasta mis pezones, los cuales ella empezó a pellizcar.
Tuve que sostener sus muñecas para evitar que ésto se saliera de control. Y con eso me refería a que yo no pudiera seguir controlando mis impulsos.
"Yang... ".
"¿Qué?, ¿No te gusta?". Ella preguntó, sin ánimo de detenerse.
"Aún estamos en la sala. ¿Qué pasará si Ruby baja y nos ve?. ¿O si Summer entra?".
"Tranquilo. Ella no va a bajar... Además, mamá no puede decir nada ahora, ¿O sí?". Sus manos aprietan ligeramente mis pectorales mientras su rostro se acerca al mío. Su aliento roza débilmente mi rostro, haciéndome cosquillas. También podía sentir como mi erección empezaba a crecer hasta ser visible, cosa que ella notó, soltando una pequeña risa al verla.
Estaba realmente a punto de dejarme llevar, pero por suerte, fuimos interrumpidos por una voz. "Ejem... ¿Que se supone que hacen ustedes dos?". Preguntó Summer llegando hasta la sala.
Rápidamente me separé de Yang, empujándola mientras sostenía sus hombros. "Nada... No estamos haciendo nada...".
Tomé mi camiseta, dispuesto a irme a mi habitación, pero antes de que pudiera dar un paso, Yang me tomó de la muñeca. "No. Espera Gray. No tenemos por qué esconder ésto...". Yang se volvió hacía su madre con una expresión desafiante. "No hay nada de malo en que Gray y yo hagamos ésto. Ambos tenemos la misma edad y nosotras dos ya sabemos lo que hicimos con él...".
La expresión de Summer se oscureció ligeramente por unos segundos, hasta que ella soltó un suspiro resignado. "... Sólo... Recuerden que Ruby aún está en la casa...".
Yang pareció satisfecha con éso y empezó a caminar en dirección a su habitación mientras aún me arrastraba. Sin embargo, yo no me moví. No pude evitar sentir un poco de arrepentimiento al ver la expresión de Summer. Incluso si ella dijo que había aceptado esto, aún así parecía... ¿Dolida?.
Me acerqué a ella, para sorpresa de ambas. Tomé las mejillas de Summer con mis manos, antes de plantar un beso en sus labios. Summer solo pareció sorprendida por unos momentos antes de dejarse llevar. Ella profundizó aún más en nuestro intercambio, llevando su lengua dentro de mi boca.
Trás unos segundos, nuestros labios se separan, con ella soltando un ligero jadeo. Acarició nuevamente sus mejillas antes de decirle. "No pongas esa expresión. No importa lo que pase, nunca cambiará lo que siento por tí...".
Ella asiente lentamente ante mi declaración. "¿Vendrás a mi cuarto ésta noche?...". Pregunta en voz baja.
"Por supuesto". Respondo.
No sabía si eso era suficiente para que ella dejara de preocuparse, así que le dí otro beso, está vez más corto. A Summer le hubiera gustado que dure más, pero Yang me jaló nuevamente, interrumpiendo nuestro momento íntimo.
"Muy bien, suficiente. ¡Suficiente!, es mi turno". Protestó Yang mientras tiraba de mi brazo.
Me reí ligeramente antes de darle una última sonrisa afectuosa a Summer para dejarme arrastrar por Yang. Lo último que ví de Summer fue a esta sonriendo débilmente hacía mí antes de que Yang me termine de arrastrar a su habitación.
Cuando ambos llegamos a su cuarto, ella me empujó dentro, cerrando la puerta detrás de ella.
"Yang, escucha. Yo-...". Un puñetazo en mi estómago interrumpe mis palabras. No había mucha fuerza en el, pero la sorpresa fue suficiente para callarme.
Yang se paró frente a mí con los brazos cruzados mientras me daba una mirada molesta. "Parece que tienes tu favorita...". Ella hace un puchero que no ayudó a su intento de parecer intimidante.
Suelto un suspiro. "Yang, no se trata de tener alguna favorita. Tu madre perdió a su esposo y ella se siente sóla. Simplemente estaba tratando de aliviarla".
Eso parece apagar un poco su animosidad. Su expresión cae un poco, quizás dándose cuenta de mí punto, siendo que ella debería haber sido más consciente de ésto que yo.
"Pero ella estuvo de acuerdo con ésto...". Aún así protestó débilmente.
"Quizás. Pero no significa que no se sienta algo incómoda con esto. Tal vez siente que eventualmente la dejaré de lado por otra...".
Eso termina de cimentar el sentimiento de culpa en Yang, su expresión parece casi abatida. No pude resistir verla así de decaída, así que me acerqué a ella para abrazarla intentando consolarla.
"¿Tú no harías éso, verdad?... ¿Dejarnos?". Pregunta.
"Nunca".
"Lo siento...". Se disculpa ella en voz baja.
"Ya, ya... No es tu culpa. Simplemente trata de entender la situación en la que ella está".
Ella asiente débilmente mientras me rodea con sus brazos. Acaricio lentamente su salvaje pelo rubio, disfrutando de la suavidad de éste. Así como del aroma que desprendía. No tenía idea de que era, pero era ligeramente dulce, provocando un agradable cosquilleo en mi nariz.
"Prometo no ser tan...".
"¿Celosa?". Termino su oración.
"No soy celosa...". Ella protesta, pero solo basta una mirada prolongada para que ella desista de su réplica. "Ok... Quizás un poquito...". Dice, apartando la mirada.
"Tranquila. Me gustas así como eres".
Ella se acurruca a mí, rodeándome con sus brazos mientras su cabeza se apoya en mi clavícula. Ambos permanecimos así por casi un minuto, hasta que ella dijo.:
"Vamos a la cama...".
"Yang, Ruby está en la habitación de al lado".
"¡N-no me refiero a éso...!, Solo... Quiero que estemos en la misma cama, mientras me abrazas".
"Oh...". No pude evitar sentirme algo avergonzado por haber saltado a aquella conclusión, aunque en mi defensa, sus palabras podían malinterpretarse fácilmente.
Ambos caminamos hasta su cama, en dónde nos acostamos, uno al lado del otro. Su cabeza descansaba sobre mi brazo derecho, muy cerca de mi pecho, mientras ella me rodeaba en un acogedor abrazo. Mi otro brazo descansaba por encima de su cintura, acercándola lo más posible a mí.
Ella cerró los ojos, pareciendo disfrutar de la cálida sensación de nuestros cuerpos así de juntos. Una hermosa sonrisa adornó su rostro, haciéndome perder en aquella vista.
Me gustaba esta sensación. No teníamos por qué tener sexo todo el tiempo. También podíamos simplemente disfrutar de la compañía del otro. Pronto yo mismo me encontré cerrando los ojos.
.
.
.
Summer soltó un suspiro cuando finalmente Gray y su hija entraron en la habitación de esta última. Incluso si apreciaba el gesto de Gray para consolarla, no quitó que aún se sentía... ¿Molesta?.
Era una sensación extraña, una que había experimentado pocas veces en su vida y una que nunca pensó sentiría hacía una de sus hijas.
Incluso si ella había aceptado compartir a Gray con Yang, y había aceptado la idea de que eventualmente Gray tendría más mujeres, aún así no pudo quitar la sensación de disgusto que empezaba a carcomerla por dentro.
Ella no quería compartir a su hombre, pero tampoco quería que él se sintiera insatisfecho. Gray era una bestia en la cama y eso le encantaba. Ser tomada por el y ser completamente dominada por sus habilidades sobrenaturales para el sexo era algo que la llenaba de un placer y una satisfacción que no sabía que podía llegar a tener. Pero incluso cuando sabía que el lo disfrutaba tanto como ella, también sabía que ella sola no era suficiente para satisfacerlo completamente.
Ella podía recordar el cómo, incluso cuando ella apenas podía permanecer consciente luego de una larga sesión de amor, él aún parecía estar lleno de energía. Y eso la hacía sentir mal. Mal, por el hecho de no ser suficiente para Gray. Que incluso cuando sabía que Gray la amaba, aún así ella no podía satisfacer al completo sus deseos.
Summer soltó otro suspiro.
En este punto, por mucho que le disgustara, no podía negarse a lo inevitable. Lamentándose al recordar que el hecho de que Yang los haya descubierto fue en gran parte culpa suya. Si ella no hubiese sido tan codiciosa y lujuriosa, quizás nada de ésto habría pasado. Sin embargo, no podía evitarlo, el sexo con Gray era simplemente adictivo. No había otra palabra para describirlo. Simplemente ya no podía concibir la idea de no tener sexo con él.
Nunca había sentido nada igual. Ni siquiera con... Su antiguo esposo.
Tuvo que hacer un esfuerzo para apartar esos pensamientos de su cabeza. Ya habían pasado años, no servía de nada seguir lamentándose por el pasado. Incluso si llego a amar Tai como a nadie, el ya no estaba.
'Pero Gray sigue aquí...'. Pensó. 'Incluso si tengo que compartirlo con otras mujeres... Aún seguirá aquí, conmigo...'.
Decidió hacer algo mejor que lamentarse por cosas innecesarias y se dispuso a subir a su habitación. Pasó delante de la habitación de Yang, encontrando la puerta cerrada, cosa que no la sorprendió. Pero se alivió de no escuchar ningún sonido sospechoso de adentro.
Luego pasó por delante de la puerta de su hija menor, encontrando que también estaba cerrada. Cosa que la extraño mucho. Su pequeña Ruby no era de guardar secretos. Y nunca había visto que ella estuviera escondiendo algo que requiera que cierre la puerta. Así que encontrar que estaba encerrada en su habitación le pareció demasiado sospechoso. Quizás debería confiar en que su pequeña no estaba haciendo nada, pero su preocupación como madre la superó.
Summer tocó la puerta tres veces antes de llamar. "... Ruby. ¿Estás bien?".
Escuchó el sonido de algo cayendo, seguido de pasos que parecían moverse de un lado para otro. Trás unos segundos, la puerta se abrió, dejándola ver a su pequeña hija, con el pelo alborotado y la ropa desarreglada. Sus mejillas estaban notablemente rojas y había pequeñas gotas de sudor en su frente.
Un temor que Summer no recordaba que tenía apareció.
"M-Mamá... ¿Qué ocurre?".
Summer tardó unos segundos en salir de su aturdimiento. "Ruby, tú... ¿Estás bien?".
"Si. Claro... ¿Por qué?".
"Es que... Tu nunca cierras la puerta...".
"Es que estaba... Ocupada... Con algo...". Respondió Ruby.
Está vez Summer miró a su hija menor con sospecha. "Ruby, acaso tú... ¿Te estabas tocando?".
La expresión de Ruby se tornó en una de pánico. "Y-yo... No. No... No sé qué es éso...".
Summer no le creyó ni una sola palabra, pero aún así ella no se molestó con su hija. Después de todo, ésto era algo que eventualmente pasaría. Sabía que tarde o temprano su pequeña crecería y se había preparado para ello.
"Ruby, tú y yo debemos tener una pequeña charla. Sobre las flores y las abejas".
Ruby solo pudo parpadear confundida ante la extraña metáfora.
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Fin—.
Un poco más corto de lo que tenía planeado, pero últimamente estoy muy ocupado con el trabajo y ando cansado.
Tampoco hubo acción, pero ya en el siguiente seguimos con lo rico.
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