—¡Como el infierno voy a permitir que tal cosa ocurra! —rugió Sith, y en el siguiente momento, todo el equipo explotó con violentas olas de ataques hacia los monstruos que los rodeaban.
William notó esto, mientras asentía interiormente. El equipo guardaba sus técnicas y ataques más letales y fuertes para el último momento, esperando la oportunidad de utilizarlos para recuperar la esperanza de sobrevivir este lío.
Y cuando apareció la esperanza, nunca dudaron en actuar y agarrarla firmemente como si hubieran encontrado un tesoro o algo por el estilo.
Al comenzar a actuar con todas sus fuerzas, William sabía que el frente estaba asegurado por ahora. Lo único que le preocupaba era la retaguardia, y solo tenían que cubrir los mil metros restantes de manera segura sin recibir mucho daño.
Sin embargo... William subestimó al aterrador monstruo del que huían.