Capítulo 20: Robando justo delante de sus narices

Parada frente a la farmacia, Lillia rompió fácilmente la ventana sin hacer ruido, permitiendo que ambos entraran a la tienda sin problemas.

—¿Quieres todo lo que hay aquí, Blake?

—Mmm… sí, llevémonos todo. Los ojos de Blake se posaron en el mostrador del frente donde colgaban unas cajas de condones, y se preguntó si alguna vez ascendería los verdaderos escalones de la adultez. Por supuesto, no tenía intención de presionar a Lillia para nada. De hecho, no planeaba hacer ningún movimiento de ese tipo hasta poder verdaderamente estar a su lado como un igual.

En cuestión de segundos, el lugar se iluminó con círculos mágicos. Todos los artículos fueron rápidamente guardados en el espacio de Lillia. Después de la farmacia, saquearon muchas más tiendas en el camino. Poco a poco, continuaron su saqueo... digo, racha de compras por la ciudad, tomando todo lo que podían.

Mientras caminaban por las calles concurridas, Blake se detuvo frente a una pantalla de televisión que mostraba los eventos actuales.

—¿Oh? —Lillia miró la pantalla y vio a los dragones destruyendo todo. —¿Esas son las armas de hoy?

—Mmm... Esos se llaman jets de combate. Son armas de guerra. Pero lamentablemente, son inútiles contra los dragones. Sus misiles y balas no son nada frente a las escamas de un dragón. En unos días, se desesperarán y tratarán de eliminar la ciudad con una bomba nuclear con la esperanza de acabar con uno o dos dragones —explicó Blake.

—¿Bomba nuclear? —Esta era una palabra nueva para Lillia, así que no tenía idea de lo que significaba.

—Una bomba nuclear utiliza materiales radiactivos para crear una bomba cientos de veces más fuerte que los misiles que acabas de ver —Blake respondió, tratando de simplificar su respuesta ya que era difícil de explicar. Aunque, le pareció bastante tierno cómo Lillia pronunciaba la palabra 'bomba nuclear'.

—Hmm... suena correcto. No creo que ningún tipo de ataque no mágico pueda afectar a un dragón, incluso a los más débiles. Sería diferente si estuviera infundido con magia —Las palabras de Lillia captaron la atención de Blake.

—Espera, ¿infundir? ¿Quieres decir que puedes, cómo decir, infundir una bala con magia y hacer que adquiera propiedades mágicas? —preguntó Blake.

—¿Las cosas que van en tu arma? Mmm… sí, puedes. Pero el daño que harán no es nada para un dragón. Aunque si los dragones permiten que las otras razas que han esclavizado vuelvan a este mundo, como dijiste antes, entonces serían efectivas contra ellos. Pero esas armas necesitarían algunas modificaciones. Podremos trabajar en ellas más tarde ya que necesitan materiales especiales que solo aparecerán una vez que este mundo vuelva a su estado natural. —Blake se aferró a cada una de las palabras de Lillia. Esto significaba que las armas regulares podrían resultar útiles más adelante una vez modificadas.

—Si vamos a modificar el arma, ¿podemos simplemente reconstruirla desde cero con mejores materiales? ¿O sería contraproducente? —Si de todas formas tenían que modificarla, no había razón para no desmontarla y reconstruirla con nuevos materiales. La magia de la Tierra puede reformar fácilmente los minerales en cualquier forma. Él había visto hacerlo antes en su vida pasada.

—Deberíamos poder hacerlo. En tu vida pasada, ¿los humanos no intentaron rediseñar sus armas para usar magia? —Lillia estaba bastante interesada en cómo los humanos se enfrentaron al cambio repentino del mundo. Se preguntaba si seguían siendo tan inteligentes como antes.

—No estoy seguro de si se hizo o no, pero sé que, en su mayoría, la mayoría cambió a espadas, arcos e incluso simplemente magia. Fue más como retroceder unos pasos. O tal vez nadie tuvo tiempo para trabajar en hacer un arma mágica o entendió el proceso lo suficiente como para hacer tal cosa. —Blake deseaba que hubieran tenido algunas armas basadas en magia. Habría hecho muchas batallas más fáciles.

Recordaba avanzar por las trincheras tratando de mantener la línea solo con magia. Como era un tipo físico, siempre tenía que estar en el grueso de la lucha, combatiendo dragones o incluso otras razas. Podían mantener la línea fácilmente cuando se trataba de algunas de las otras razas, pero había quienes sabían cómo usar ataques mágicos a gran escala, e incluso si te atrincherabas para tratar de protegerte, seguías siendo tan bueno como muerto.

Había visto a muchas personas morir en su vida pasada. Ríos de sangre no solo de humanos sino de otras razas también. Aunque tuvieron éxito algunas veces en derribar a un dragón. Esos eran solo dragones inferiores y tal vez incluso recién nacidos. No eran nada comparados con los dragones de rango alto.

Los humanos habían clasificado a los dragones en diferentes rangos. El más bajo era el tipo de dragón con el que la mayoría de la gente estaba familiarizada. No eran más grandes que una casa y tenían escamas gruesas por todo su cuerpo. Los dragones de clase media eran cinco veces más grandes que los dragones inferiores. Los de clase alta podrían convertirse fácilmente en una montaña. Y luego estaba la clase triple S. Dragones humanoides que podían destruir cualquier cosa y todo.

En ese tiempo, nadie sabía cuántos tipos de dragones había ni qué tan poderoso era cada tipo. Solo sabían que los dragonic y los dragones bajo su mando eran muy poderosos, sin importar en qué clase estuvieran.

—Entonces nos aseguraremos de hacer un montón de este tipo de armas pero mejoradas —dijo Lillia mientras abrazaba el brazo de Blake.

—Entonces deberíamos visitar un lugar más. Solo que puede ser un poco complicado —era en momentos como este cuando Blake deseaba vivir en un área con una tienda de armas. Pero eso realmente no importaba, ya que aún podían obtener lo que necesitaban de una fuente local. Solo que esa fuente era la propia estación de policía de la ciudad.

Los dos se dirigieron a la estación de policía de la ciudad. La mayoría de los policías de turno ya estaban patrullando las calles debido a los eventos que estaban ocurriendo. Así que cuando Blake y Lillia entraron en la estación, se encontraron con una sola persona sentada detrás de la ventanilla en la entrada. —¿En qué puedo ayudarles? —preguntó el oficial de policía. Parecía tener solo veintitantos años.

—Hmmm... Sobre eso... —Blake miró alrededor y frunció el ceño cuando vio solo una puerta que llevaba hacia atrás que probablemente estaba cerrada con llave.

—¡Eh! O presentas tu denuncia o te vas. Este no es un lugar para andar rondando —el joven oficial gritó. No parecía estar de muy buen humor.

Blake se inclinó y le susurró a Lillia —¿Alguna novedad?

—Mmm… El hechizo de detección ha encontrado el mismo modelo de nuestras armas actuales un piso más abajo. Parece haber objetos similares también. Si hago un agujero en el suelo donde estamos parados, estaremos justo al lado de donde están guardados —Lillia había lanzado una especie de hechizo de detección que le permitía configurar un objeto que quería buscar, y lo encontraría para ella en un radio de unos treinta metros.

—Bien. Lo mantendré ocupado presentando un informe mientras haces lo tuyo —dijo Blake antes de acercarse al mostrador bloqueando la vista detrás de él—. Señor, tengo que presentar un informe de un intento de robo.

—¿Un intento de robo? Espera —El oficial se volteó y comenzó a sacar el papeleo. No tenía idea de que tan pronto como Blake bloqueó su vista, un hoyo se abrió en medio del suelo y Lillia se bajó. Segundos después, el hoyo desapareció y ella estaba una vez más parada al lado de Blake.

—Aquí, completa esto —El oficial le entregó a Blake el papel que tenía que llenar. Blake sonrió y llenó rápidamente el formulario. Puso la dirección del lugar que estaba siendo robado como la estación de policía misma e incluso puso el número de teléfono de la estación de policía. Todo lo cual obtuvo de las tarjetas de presentación pequeñas a su lado. Después de que Blake terminó de completarlo, empujó el archivo hacia el oficial de policía antes de darse la vuelta y tirar de Lillia con él—. Espero que los atrapen pronto.

—¿Eh? ¡Espera! Necesitas firmar esto... —El oficial de policía miró la espalda de Blake que se alejaba, sintiéndose un poco confundido. Luego volvió sus ojos al archivo y comenzó a leerlo—. ¿Eh? Los artículos que fueron robados... Todas sus armas... ¿Qué? ¡Espera!

El oficial se levantó de su asiento y corrió escaleras abajo hacia la sala de almacenamiento. Cuando llegó frente al armario de armas, se quedó allí atónito —¡¿Cómo demonios lo hizo!? No entendía, nunca se habían movido de la entrada principal. Entonces, ¿cómo es que todas las armas que había revisado hace una hora de repente desaparecieron? El joven oficial corrió de vuelta escaleras arriba a la sala de seguridad para revisar las cámaras. Lo que vio fue a una hermosa chica bajando lentamente del techo y luego agitando su mano. Lo siguiente que supo fue que las armas desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos.

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