—¡Papá! ¿Qué estás haciendo? —Destino corrió hacia él. Se había convertido en una hermosa joven. Saltó felizmente sobre Blake y lo abrazó con fuerza. La seguía Esperanza, que era como la sombra de su hermana mayor. Aunque Destino parecía tener casi trece años y Esperanza casi seis, ambas tenían la misma edad.
—Estoy intentando trabajar en un nuevo sistema de transferencia de información entre un punto central. ¿Dónde están tus hermanas? ¿Por qué no vinieron? —preguntó Blake al ver solo a Esperanza y Destino. Levantó a Destino y sentó a ambas niñas en su rodilla.
—Alegría y las demás están atrapadas con Mamá Lillia, no pasaron su examen, y ella descubrió que utilizarte como medio de motivación funciona mejor. Así que a menos que aprueben el examen, no pueden venir a verte. —Destino respondió con una gran sonrisa—. ¡Pero Esperanza y yo pasamos, así que ganamos!