(Al día siguiente)
"A ver, déjame ver si entiendo. Invitaste a Anna y a Sophie a mi casa para que puedan estudiar los temas del examen de literatura, sin siquiera avisarme ¿Es así?"
Robert, nuestro protagonista, estaba de pie en la puerta de su departamento con una cara de sueño ya que recién se había despertado. Solo había dormido un par de horas luego de haber eliminado al viejo costal de huesos tal y como el sistema se lo pidió.
Sin embargo, debido a su gran vitalidad, el dormir no era una acción demasiado necesaria, Robert prefería disfrutar de ello, aunque debía despertar temprano para recibir una visita.
De hecho, hoy vendría a su casa gente importante, pero no espera que Mia se presentara a primera hora para decirle lo que acababa de decirle.
"Si… así que espero que puedas ayudarme con este favor" – Mia, de pie frente a nuestro protagonista, juntó las manos en señal de perdón.
"¿Y les dijiste que era mi casa?" – Robert volvió a preguntar.
"Esto…creo que lo olvide" – Mia respondió con una sonrisa forzada – "Eres conciente que en mi casa las cosas no están tan bien… Además, sé que esto te ayudará en tus planes"
Robert se quedó de pie un momento mientras analizaba las palabras de Mia.
"Sabes, lo que acabas de decir suena como si yo estuviera planeando algo malo y que involucraría a esas chicas"
Luego de un momento en silencio, nuestro protagonista se hizo a un lado mientras sonreía y dejó que la chica entrara.
"Bueno, la verdad es que tus planes para el futuro no parecen ser buenos"
Mia murmuró con una sonrisa.
A parte de las cosas que siempre le enseñaba, Robert compartió algunas ideas para el futuro sobre temas concernientes a la moda. Le dijo que pensaba abrir su propia agencia de espectáculos, la cual abarque muchas ramas como la música, el modelaje, la actuación, etc.
Asi que necesitaría gente de confianza, modelos que no solo sea bellas chicas con cuerpos espectaculares, sino que sepan pensar y razonar.
Robert le dijo a Mia que ella sería su actriz principal, el 'Buque insignia' para su futura agencia, pero que debía empezara reclutar a chicas para ir cimentando loas bases de todo lo que lograría después.
Algunos nombres como el de Sophie o Anna salieron a la luz cuando Robert nombraba a las chicas en las que estaba interesado para ese proyecto.
Sin embargo, esas solo eran palabras que a veces decía al aire, nunca concretando algo especifico.
No obstante, Mia si que recordaba esas palabras, y fue por ello que aprovechó la oportunidad en la que tanto Anna y Sophie le pidieron ayuda. Con esto en mente la chica las invitó hoy, para así poder hacer que Robert congenie mejor con ellas dos.
Quizás este podría ser un buen plan en la cabeza de la castaña, pero no había considerado algunas cosas que, pues, escapaban a la información que poseía.
Al ingresar, Mia se quedó mirando por un momento el lugar, como si estuviera tratando de no olvidar lo que sus ojos veían.
Miró a través de la ventaba que daba hacia un gran y bello parque espacioso en donde se podían ver las pequeñas hojas rosadas de los cerezos, así como múltiples edificios residenciales y otros tipos de construcciones de gran importancia social.
"Vaya… aunque no es la primera vez que vengo… aun no me acostumbro" – ella susurró – "en verdad es como en la televisión eh"
Estas palabras no pasaron desapercibidas para nuestro protagonista, pero no dijo nada al respecto ya que podía entender la razón por la cual Mia decía eso.
La primera vez que Mia vino a este lugar ya hace dos semanas, no pudo creer que su compañero de escuela viviera en una zona como esta. La sola comparación con el lugar en donde ella vivía ya era dolorosa.
"Bueno, no puedo negar que este lugar es algo bueno, pero el precio por tenerlo también es alto" – nuestro protagonista, luego de regresar a su habitación por un momento, respondió descuidadamente mientras se dirigía a la cocina – "¿Ya desayunaste? Voy a preparar algo para comer"
"Ya comí, gracias"
Mia agradeció con gentileza, pero su mirada se centró en la espalda de Robert luego de escuchar lo que dijo.
Estaba muy segura que al decir 'el precio por tener este departamento es alto' no estaba refiriéndose al valor monetario ni nada por el estilo, sino a algo más.
Eso, sumado a las constantes faltas a la escuela, así como su misterioso vínculo con personas capaces de hacer grandes favores como otorgado a su familia, hizo que la mente de la muchacha se preocupara un poco.
"Robert, yo…"
*Ding, dong*
De repente, justo cuando Mía quería exponer lo preocupada que estaba debido a las faltas que su compañero tenía en la escuela, el timbre de la entrada sonó.
"Haaa… y yo pensaba que ese viejo chocho demoraría más tiempo en llegar" – Robert murmuró con una sonrisa sarcástica.
"¿Esperabas visita?" – Mía preguntó con un poco de angustia – "Lo siento, pensé que estarías libre, por eso vine de improviso, será mejor que me vaya"
"Bueno, no creo que el viejo de deje ir tan fácil, y aprovecharía tu presencia para sostenerme de las pelotas" – el muchacho suspiró una serie de palabras que Mía no entendía – "Ve a mi habitación y quédate dentro. No hagas ruido, ellos pronto se marcharán"
*Ding, dong*
Mía no entendía muy bien, pero entendía que su sola presencia podría darle problemas a Robert, así que hizo caso, cogió sus cosas y caminó hacia la habitación del muchacho.
Aunque ser escondida por un hombre ante la llegada de una visita era un comportamiento propio de los infieles, Mía creía que la actual situación era completamente diferente.
Luego de que ella cerrara la puerta de la habitación, Robert se quedó en medio de la sala, en silencio.
"Haaa, en verdad no esperaba que las cosas se desarrollaran de esta manera, pero debo agradecer a los cielos por esta oportunidad" – el muchacho sonrió con un poco de picardía.
*Ding, dong*
"Ya voy, ya voy, cielos, como es que fastidian de esta manera un sábado a primera hora del día" – Robert caminó y abrió la puerta, viendo perezosamente a las personas al otro lado.
Para cualquier otra persona involucrada con los temas militares, ver a toda esta delegación afuera de su puerta le causaría una gran sensación de inquietud y ansiedad, pues no sabrían como reaccionar ante este escenario.
¡Y no era para menos, pues recibir la visitad del comandante General Kim del Ejército Surcoreano junto con 5 de los oficiales pertenecientes al alto mando militar harían que cualquier persona se cagara encima!
"Espero que hayan tomado desayuno, no tengo las suficientes cosas como para preparar algo para todos. Pasen, pónganse cómodos"
¡Pero para Robert, la presencia de estos tipos solo arruinaba su mañana!
"¡Mocoso! ¡ten más respeto por la persona que tienes frente tuyo!" – un oficial vestido con uniforme militar bramó furiosamente.
Este sujeto de mediana edad era el mayor Chen del Ejército, unas de las personas de mas confianza que siempre acompañaba al General Kim a todos lados como parte de su escolta personal.
¡Normalmente este tipo era alguien que mantenía la calma ante cualquier situación, pero siempre que estaba frente a este mocoso, perdía los papeles por lo indisciplinado que era!
Si no fuera por una orden directa del General, el mayor Chen ya le habría partido las piernas para darle una lección de respeto hacia sus mayores.
"Deténgase mayor Chen, sabes que el mocoso solo quiere molestar" – el general Kim alzó la mano despreocupadamente y mandó a caya a su subordinado.
"Bueno días para ti también Robert" – Kang Ham Chan, una de las personas que había llegado, entró y habló con un tono burlón – "Se supone que debes de levantarte temprano para entrenar ¿Ya lo olvidaste?"
"Hoy entrené por la madrugada, así que esa parte ya le tengo cubierta" – Robert entró y se sentó despreocupadamente en su sillón – "Más bien, déjeme felicitarlo por su asenso Capitán Kang"
El anteriormente teniente, ahora capitán Kang, asintió con una leve sonrisa y alzaba con orgullo los galones en sus hombros para que se viera el distintivo de su nuevo rango militar.
El resto de personas de personas ingresaron y se sentaron junto o alrededor del General Kim. El grupo era completado por tres tenientes coroneles, un coronel y un General de Brigada, cada uno con sus escoltas respectivas, y un par de sujetos con apariencia académica.
¡Casi veinte personas estaban dentro del departamento!
Pese a esto, el lugar no se vio saturado, pues había bastante espacio incluso para todos ellos.
"Parece que no tienes problemas con el espacio" – El general Kim habló despreocupadamente – "¿Estas disfrutando del lugar?"
"Sip, mucho" – Robert respondió con una sonrisa – "Dele nuevamente las gracias al Coronel Moon por el regalo, aunque, ahora que recuerdo, ya fue dado de baja, que mal"
Todas las personas presentes hicieron una mueca al escuchar estas palabras, pues entendían el significado de ellas.
Hace más de un mes, cuando Robert había decidido acudir a la preparatoria, el alto mando del Ejército comenzó a buscar algunas viviendas para estudiantes cerca de la escuela.
No obstante, Robert tenía otros planes.
Sin previo a viso, el muchacho le dijo al General Kim y al resto de oficiales que el ya había encontrado el lugar idóneo en donde vivir, cosa que los sorprendió. Sin embargo, cuando les mencionó la zona y el tipo de departamento que quería, casi todos pensaron que se trataba de una burla.
¿Acaso este mocoso estaba demente?
En verdad estaba realmente mal de la cabeza si pensaba que el Ejército gastaría una gran cantidad de dinero para alquilarle un exclusivo departamento en Hannam-dong.
¡Ni siquiera los altos rangos militares pensaban en pedir algo como eso!
¡Sin embargo, luego de que la mayoría de oficiales se burlaran de él, las palabras que el muchacho les dijo los dejó con la boca abierta!
Robert le dijo que no tendrían que alquilarlo, pues ese departamento había sido comprado por un coronel del Ejército usando dinero proveniente de la malversación del presupuesto, haciéndolo pasar como parte de los gastos administrativos en ceremonias a nombre de terceros, y que todo esto fue hecho con el fin de regalárselo a una amante.
En ese momento, mientras Robert les contaba todo, les mostró varias fotos, videos, comprobantes y demás documentación que corroboraba lo dicho, y les mencionó que si querían que si quería guardar silencio, que pasaran el departamento a su nombre.
¡Esa fue una vil y completa extorción!
¡¿Cómo es que este chico tenía las pelotas para intentar chantajear de esta manera al Ejército Surcoreano?!
Pero por más que todos querían darle un tiro al maldito mocoso por semejante ofensa, solo pudieron apretar los puños, pues el mencionado coronel Moon no era como el resto de oficiales.
¡Era nada más y nada menos que el hermano mayor de Moon Joo-jin, el actual presidente de Corea del Sur!
¡Esto era una situación realmente delicada!
Y, por si fuera poco, dentro de la documentación presentada por Robert en aquella ocasión, había más evidencia de otros casos de malversación del presupuesto militar, y de otros oficiales de alto rango involucrados, convirtiéndose en un caso extremadamente grave.
¡Si esto se llegaba a filtrar a la prensa, se convertiría en un verdadero terremoto!
Fue por este motivo que, y a regañadientes, el alto mando del Ejército decidió ceder ante la petición de Robert.
No obstante, gracias a toda la documentación presentada, el General Kim pudo hacer una limpieza de los altos mandos, deshaciéndose de los que no le eran favorables y consolidando su poder firmemente.
Es por ello que, debido a la purga de oficiales, muchos de menor rango ascendieron de nivel, siendo Kang Ham-Chan uno de los beneficiados.
Esto generó un precedente dentro del Ejército, pues todo el mundo se preguntó ¿Cómo diablos hizo este mocoso para destapar toda la porquería oculta?
"Bueno señores, a lo que vinimos. En la madrugada estuve corriendo por toda la ciudad, haciendo que los agentes de la NIS den vuelta como idiotas. No obstante, creo que tendremos una hora a lo mucho para que dejen de buscarme y regresen aquí, así que apurémonos"
Escuchando las palabras de Robert, todo el mundo asintió.
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