Los asesinos nunca usaban anestésicos porque temían no poder controlar sus cuerpos.
—Aguanta —Finn le recordó a Edward.
—Mm.
Finn arrancó casualmente un trozo de tela de su camisa, lo dobló en cuadrado y lo colocó en la boca de Edward—. Muerde fuerte.
Edward hizo lo que le dijeron.
Finn comenzó a sacar la bala del muslo de Edward con alicates.
En ese instante, el cuerpo de Edward tembló y se tensó debido al intenso dolor.
Se tensó tanto que no podía moverse.
Edward apretó fuertemente las manijas de su asiento y el dolor lo hacía ver feroz.
Finn sacó la bala lo más rápido que pudo. Luego limpió profundamente la herida, la desinfectó, la cosió y aplicó medicina.
Para cuando Finn terminó, Edward se había desmayado del dolor.
Quizás fue porque Edward había estado corriendo durante unos días o quizás porque su cuerpo había llegado a su límite.
Al menos, Finn y Nox nunca habían visto desmayarse a Edward por el dolor.