—¡Uff! —Mirando hacia abajo, vio a Attie sentado en su estómago con una cara de disgusto.
—¿Attie? —murmuró confundida.
Mirando a su lado, vio a una Iziuel bostezando que acababa de despertar.
—¡Ah! ¡Shiro! ¡Despertaste! —Iziuel abrió los ojos sorprendida.
Se levantó rápidamente y salió corriendo de la habitación.
Pronto, la gente comenzó a inundar su habitación para revisar cómo estaba.
—Caramba, en un solo viaje por China, ya te han noqueado dos veces y ambas veces has estado inconsciente por unos días. La verdad, si tuviera que seguir viajando contigo, no sé si mi corazón lo soportaría —Nan Tian rió entre dientes.
—¿Oh? ¿De qué manera? ¿La clase que me quiere más o la clase que se preocupa por las travesuras en las que te metes conmigo alrededor? —Shiro sonrió mientras decidía divertirse un poco con él.
—¿Y si digo ambas?
—Está bien, está bien. Te levantas y ya estás coqueteando —Keiko rodó los ojos.