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Dos objetos esféricos del tamaño de la palma de la mano que brillaban en púrpura y obsidiana aparecieron en su pecho de la nada. Podían sentir que eran un poco pesados... El de obsidiana, el huevo místico, estaba brillando en negro y daba una sensación cálida como si estuviera listo para eclosionar... Por otro lado, el núcleo de la bestia señor era como cualquier otro núcleo.
—Puede que te sorprenda ver el núcleo de la bestia señor, pero no desaparecen como otros núcleos, así que aún puedes usarlo.
En cuanto al segundo, he infundido uno de mis tesoros preciosos en este huevo místico, esto te permitirá recibir una recompensa cien veces mejor de lo que se suponía que ibas a obtener cuando lo eclosionaras... Pero recuerda infundir tu mana en este huevo místico solo delante de las tres chicas... —La chica le recordó la condición y le contó cómo había potenciado los huevos místicos a un nivel superior.
—¿Por qué harías eso? —preguntó, frunciendo el ceño.