Punto de Vista de Logan
—¿Por qué estás tan feliz? —preguntó Andrés mientras revisaba los papeles en su escritorio.
Bueno, estaba feliz porque follé con mi compañera un par de veces anoche. Fue increíble como siempre. Ella era tan jodidamente perfecta y simplemente no podía tener suficiente de ella. Mi pene latía de nuevo solo de recordar lo increíble que era su coño y esa boquita.
No podía decirle eso a su hermano, sin embargo.
—No quieres saberlo. —Sonreí con burla, haciendo que Andrés me mirara.
Rodó los ojos y suspiró.
—Nunca me acostumbraré a esto. —murmuró Andrés, mirando de nuevo los papeles.
—Ella tiene 22 años, Andrés. —dije. —Es adulta.
—Bueno, en mis ojos, ella sigue siendo esa niña pequeña que me hacía limpiarle la nariz porque los mocos la hacían cosquillas. —dijo Andrés, haciéndome reír.
—¿Ella te hacía limpiar su nariz? —pregunté, tratando de contener la risa.
—Sí. —Andrés asintió. —Me hacía mirar dentro para ver dónde estaban los mocos.