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Al día siguiente, Tadeo contrató a un decano jubilado de escuela primaria. Era para enseñarle a Naia el idioma y un poco del sentido común básico que él podría pasar por alto.
Estaba muy entusiasmado. ¡No solo era para su propio ajuste, sino también para su cordura!
Al menos, tienen que ser capaces de comunicarse semánticamente antes de que él pudiera hacer movimientos sin sentirse como basura.
Había programado muchas clases para ella, principalmente clases básicas de alfabetización, pero también aquellas que necesitaría para interactuar adecuadamente con el mundo.
Por supuesto, las planificó sin olvidar atender a su posible corta atención y personalidad infantil.
Por ahora, tenía clases durante aproximadamente tres horas al día, con muchos descansos intermedios, alargando las horas de clase intermitentemente para no impactarla.