—Esto... —El rostro de Lin Baiyi se endureció ya que no sabía qué hacer.
—Papá, tú ves esto...
—¿Qué tiene de malo ser comerciante? No es fácil hacer negocios. Papá, creo que es el momento perfecto para que el Tío Segundo vuelva —Lin Caihe sonrió al ver a Liu Yushui. Estaba atraída por su hermosa ropa.
Imaginaba que esas ropas serían suyas si Liu Yushui vivía con ellos. Solo pensar en ello la hacía feliz.
—Abuelo siempre se preocupaba por el Tío Segundo estando fuera. Ahora que ha regresado, Abuelo puede descansar. ¡Qué maravilloso sería si nuestra familia viviera armoniosamente así! Muchas personas nos envidiarían.
—¡Lin Caihe, cállate! ¡Si vuelves a decir tonterías, te taparé la boca con carbón! —Lin Caisang lanzó una severa mirada a Lin Caihe.
—No dije nada incorrecto —Lin Caihe murmuró desafiante.
—Abuelo, ¿no crees que tengo razón?