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Nan Hua asintió. Entrecerró los ojos. —¿Es demasiado tarde para dirigirnos al otro pasadizo secreto?
Hou Lin frunció el ceño. —Todavía no han llegado al salón principal. Podría haber muchos soldados esperándolos allí. En comparación con este lugar, que solo tiene un comandante y varios soldados, podría haber más personas en ese lado.
—Ya veo. Vamos.
—¿Estimada Señorita Joven? —Zhang Dan Shui se quedó atónito al ver que Nan Hua estaba lista para irse. Miró a su alrededor y se sintió incómodo al quedarse solo con tantos cadáveres.
Nan Hua se volvió para mirar a Zhang Dan Shui. —¿Qué quieres?
—¿Puedo... trabajar para usted? —Zhang Dan Shui preguntó mientras apretaba los dientes. Podía adivinar que con su vida ya perdonada por esta joven, podría ser un poco excesivo pedirlo. Pero sabía que tener la oportunidad de encontrarse con ellos de esta manera hoy sería extremadamente raro.
No pensó que tendría otra oportunidad en los próximos años.