Capítulo 40: Permiso para Salir
Nan Luo miró a su abuelo —Abuelo, ¿podemos salir hoy?
—¿Salir? —El Anciano Maestro Nan estaba aturdido. Miró a su hijo y a su hija confundido—. ¿Qué quieres hacer?
—¡Quiero escoger un regalo para Hua'er! —Nan Luo dijo seriamente. Su cumpleaños era en dos días, así que quería asegurarse de elegir el mejor regalo para su hermana. A pesar de haber tenido una reunión tan desagradable justo ahora, había relegado el incidente al fondo de su mente.
¡Su hermana gemela es más importante!
El Anciano Maestro Nan puso los ojos en blanco —¿No puedes pedirle a tus sirvientes que vayan?
—¡Quiero ir por mí mismo! Ellos no pueden saber qué tipo de cosas quiero —Nan Luo protestó.
—En ese caso, termina de copiar el libro primero.
—Abuelo, es demasiado….
—Si lo terminas de copiar, te permitiré salir mañana.
Nan Luo apretó los dientes. Le gustaba correr por el campo mucho más que estudiar esas cosas. Sin embargo, tenía que adherirse a la regla de su abuelo si quería salir. Asintió solemnemente —Está bien, lo copiaré. ¡Abuelo, no tienes permitido retractarte de tu promesa!
Con eso, Nan Luo se apresuró a copiar lo más rápido posible. Tenía que terminarlo hoy o no podría salir mañana.
El Anciano Maestro Nan sacudió la cabeza y se volvió a mirar a Nan Hua, quien estaba de pie con su espada de madera. Sacó varias cuchillas de madera y se las entregó a Nan Hua —Por ahora, vamos a aprender a lanzar cuchillos primero.
¿Lanzamiento de cuchillo?
Nan Hua miró los cuchillos y luego asintió. Era fácil para ella, pero quería saber si había alguna diferencia con lo que había aprendido antes.
Así, el entrenamiento comenzó con Hou Liang enseñándole el método. No era difícil y Nan Hua no encontró ninguna diferencia notable con lo que ya había dominado. Dado que ya tenía un buen control sobre su cuerpo, la tarea se volvió más fácil.
¡Zumbido! ¡Zumbido! ¡Zumbido!
Varios cuchillos fueron lanzados al objetivo al frente. No estaba muy lejos, ya que la fuerza de Nan Hua no se podía comparar con la de un adulto. 10 metros podrían ser el límite para su fuerza actual.
—¡Tack! ¡Tack! ¡Tack!
—En el blanco —Hou Liang estaba atónito. Estaba mirando los cuchillos en su mano y sentía que sus meses de entrenamiento en el pasado fueron inútiles.
Tuvo que entrenarse amargamente durante tanto tiempo y sin embargo, Nan Hua solo necesitó unos palitos de incienso de tiempo para dominar la técnica. La diferencia era realmente como de mundos de diferencia.
—¿Podemos usar un objetivo móvil? —Nan Hua preguntó después de haber acertado en el blanco más de 100 veces. Su mano se sentía ligeramente adormecida, pero debería ser capaz de hacer esto varias veces más.
—¿Quieres probar un objetivo en movimiento? —Hou Liang preguntó.
—Mhm.
—Está bien —Hou Liang tomó varios pedazos de madera que había preparado al lado. Miró a Nan Hua y después de ver que estaba lista, lanzó uno de ellos al aire.
Los ojos de Nan Hua estaban fijos en la madera. En el momento que estuvo enfrente de ella, su mano ya se había movido y el cuchillo voló hacia la madera.
—¡Tack! —Dio justo en el medio.
Hou Liang estaba atónito. La precisión de Nan Hua era verdaderamente única. Creía que no había otras personas que pudieran igualarse con ella.
—Otra vez.
El entrenamiento duró un día entero y cuando terminaron, Hou Liang tenía otro tipo de admiración hacia Nan Hua. Podía ver que estaba cansada y sin embargo, continuó entrenando.
No solo eso, también estaba entrenando con ambas manos. Incluso en un objetivo en movimiento, alcanzaba el objetivo con alta precisión.
—¿Qué opinas de ella, Hou Liang? —El Anciano Maestro Nan estaba mirando desde un lado mientras hacía su trabajo. Incluso él casi no podía ocultar su orgullo.
—La Joven Señorita Hua es un genio —Hou Liang tuvo que admitirlo. Artes marciales, espadas y cuchillos. Era buena en todo. Todo lo que necesitaba era tiempo y práctica para mejorar aún más.
El Anciano Maestro Nan asintió satisfecho. —Entrénala bien.
—¡Sí, Maestro!
Regalos
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Poder