El rey no entendió las razones de Yale para fingir su identidad como un niño débil, pero no tenía intención de preguntar. En cuanto al misterioso experto que se había encontrado antes, sintió que era una encarnación enviada por el propio Yale o por algún subordinado de él.
El rey no planeaba buscar la verdad sobre ese asunto. Sabía que el maestro de Anpaes no era alguien que actuara con altruismo, por lo que no se quejaba de no haber sido ayudado antes. Sin embargo, el rey también sabía que el maestro de Anpaes daba miedo cuando otros se metían con él.
El rey no sabía cuál era la verdadera relación entre Yale y Aiwai, pero sabía que Aiwai estaba en el palacio y que sería fácil para ella estar implicada. En su opinión, su hijo mayor y todos sus lacayos estaban completamente muertos si se atrevían a tocar a alguien valorado por Yale.