"¿Sabes? Esto es ilegal, Miya-san" - dijo Kurama de vuelta con el ceño fruncido al notar como parecía estar amarrado con cadenas supresoras de chakra - "No, eso no importa en estos momentos, lo que en verdad quiero saber, es cómo conseguiste las cadenas de Kushi-chan"
Kurama observando detenidamente a la hermosa mujer que estaba frente a sus ojos, solo para notar como ella parecía estar usando una sexy y reveladora ropa interior que a duras penas cubría sus partes íntimas.
"Ella me las prestó ~" - sonrió Miya mientras batía sus pestañas.
"Recuérdame hacer una queja formal" - suspiró Kurama mientras sacudía la cabeza - "Se supone que estas cadenas deben ser usadas contra criminales peligrosos para impedir su escape, no para atraparme a mi"
Kurama no mentiría, estaba un poco molesto con Kushina por ser tan negligente, después de todo, estas cadenas eran únicas del clan Uzumaki y si alguien las usaba para el mal, entonces significaba que el clan Uzumaki estaba detrás de ello.
"Ok, prometo recordártelo cuando terminemos" - respondió Miya mientras se lamía los labios.
"Ok, ya que dejamos eso en claro y sé por qué estoy aquí, solo me queda una pregunta" - dijo Kurama mientras levantaba una ceja. Él sabía como había llegado a este lugar a pesar de haber sido capturado por Kushina mientras él descansaba.
"¿Qué pregunta?" - preguntó Miya mientras ladeaba la cabeza en confusión.
"¿Qué hace Shizuka en este lugar?" - preguntó Kurama mientras miraba a la hija de la líder Nadeshiko que parecía estar haciendo todo lo posible por ocultarse.
"Lo siento, Kurama" - dijo Shizuka mientras desviaba la mirada. Ella tenía algo que ver con toda esta situación, todo gracias a que Miya la había estado molestando por días para que la ayudara a 'conquistar' a su esposo.
"No estoy enojado, así que no tienes que disculparte" - respondió Kurama mientras negaba con la cabeza - "Además, estoy seguro de que son Kushi-chan y Miya las que tienen la culpa, no tú"
Shizuka sonrió cuando escuchó esto, solo para sacudir la cabeza y volver a disculparse.
Miya por su parte, solo pudo protestar ante el claro favoritismo que el albino tenía con su hija por sobre ella.
"¿Qué quieres que te diga? Shizuka es mi mujer" - respondió Kurama mientras Shizuka se sonrojaba.
"¡Yo también lo soy!" - exclamó Miya con orgullo.
"No, no lo eres" - respondió Kurama mientras le daba una mirada en blanco - "¿Sabes? Cada vez que hablo contigo siento que pierdo al menos la mitad de mis neuronas por hacer tantos Tsukkomi"
Shizuka negó con la cabeza cuando escuchó esto porque su madre y Kurama eran como un dúo de comediantes haciendo su rutina.
"Ahora, te pido amablemente que me sueltes" - dijo Kurama mientras miraba hacia las cadenas - "No quiero romperlas porque son importantes para el clan"
"No" - la respuesta inmediata de Miya no se hizo esperar - "En cuanto a las cadenas, no tienes que preocuparte, Kushina-san encontró la forma de replicarlas"
"Ya veo" - asintió Kurama mientras miraba alrededor y notaba como su cuerpo estaba un poco entumecido - "¿Usaste drogas para sedarme?"
"Lo hice como método preventivo" - respondió Miya mientras se encogía de hombros - "Como dato, usé tanto sedante como para poder dejar fuera de combate a 5000 elefantes"
"Ni siquiera voy a preguntar como es que lograste conseguir tanto sedante" - dijo Kurama con el ceño fruncido - "Como sea, ¿Cuánto tiempo estaré amarrado aquí?"
"Hasta que quede inconsciente por tanto sexo" - respondió Miya mientras se tomaba sus mejillas sonrojadas.
"¡Diablos, señorita!" - gritó Kurama mientras miraba a la mujer - "¡Espera! ¡Si vas a avergonzarte por decirlo entonces no lo digas!"
"Como último dato, estamos bajo los efectos de un incienso que aumenta los niveles de excitación mientras más expuesto estamos al aroma" - dijo Miya mientras empezaba a respirar con dificultad - "Si mis cálculos no me fallan, dentro de unos cuantos minutos estaremos actuando como ninfómanas"
"¡¿En serio este es tu plan maestro?!" - exclamó Kurama mientras negaba con la cabeza, solo para notar como los ojos de Shizuka estaban abiertos como platos.
"Momentos desesperados necesitan medidas desesperadas" - respondió Miya con seriedad.
"¡No intentes actuar toda seria cuando tu plan es estúpido!" - exclamó Kurama mientras sentía un enorme dolor de cabeza. Él rápidamente miró a Shizuka, solo para notar como la pobre chica ahora estaba observándolo con una lujuria que no podía ser ocultada.
"¡No funcionará!" - dijo Miya mientras soltaba una carcajada - "¡Ella ahora está bajo mi control! ¡Buahaha!"
Kurama solo pudo darle una mirada en blanco a la mujer que estaba riendo como villano de segunda, solo para poner un poco de fuerza en sus brazos y romper las cadenas que lo estaban atrapando.
"¿A're?" - Miya no supo como reaccionar cuando vio esto porque según Kushina, las cadenas que ella le había prestado, no deberían romperse con tanta facilidad.
"Veo que estás sorprendida" - dijo Kurama mientras tronaba su cuerpo porque todavía estaba un poco rígido - "Las cadenas pueden detener mi chakra, ya que están diseñadas para poder retenerme, pero se te olvidó un pequeño detalle"
"¿Q-Qué detalle?" - preguntó Miya al notar como el hombre de cabello blanco la estaba mirando con una sonrisa en su rostro.
"Que las cadenas no pueden detener mi fuerza física" - respondió Kurama mientras caminaba en dirección de Miya, solo para ver como Shizuka estaba corriendo en su dirección con una mirada llena de lujuria.
Kurama inconscientemente extendió sus brazos para poder tomar a la mujer, solo para que Shizuka presionara sus labios con los de Kurama y empezaran a tener un combate de lenguas.
"¡Eso no es justo, Shizuka-chan!" - exclamó Miya mientras fruncía el ceño al ver el ataque preventivo de su hija.
Kurama le dio una mirada a la heredera Nadeshiko, solo para activar su chakra y en el proceso, hacer que las 'toxinas' que estaban dentro de Shizuka empezaran a desaparecer.
"¿Eh?" - Shizuka rápidamente volvió a la normalidad cuando los efectos del incienso desapareció, solo para sonrojarse cuando recordó todas las cosas que había pensado. El incienso era fácil de comprender, aumentaba el placer de los afectados y sus deseos sexuales, pero eso no significaba que los afectados no sabían lo que estaban haciendo.
Kurama rápidamente movió su brazo, haciendo que los efectos del incienso desaparecieran completamente.
"¡Eso no era parte del plan!" - exclamó Miya con lágrimas en los ojos, una apariencia que hacía que se viera frágil.
"Okaa-sama" - murmuró Shizuka con el ceño fruncido porque ella no esperaba que su madre también la metiera en problemas a ella - "Espero que tengas algo que decir"
"*Sob* Mi hija no me apoya" - murmuró Miya mientras fingía llorar, solo para chillar en dolor cuando sintió como alguien le daba un golpecito en la frente - "¡Itai!"
"Eso es por darle problemas a tu hija" - dijo Kurama con el ceño fruncido - "Ahora la pregunta es, ¿Qué hago contigo?"
"¿Tener sexo hasta que quede inconsciente?" - preguntó Miya mientras le daba una sensual sonrisa, solo para notar como Kurama la estaba viendo en silencio - "¿No? ¿Tener sexo toda la noche? ¿Tampoco?"
Kurama continuó observando en silencio a la mujer mientras una vena empezaba a palpitar en su frente.
"Lo siento, se me acabaron las ideas" - dijo Miya con una sonrisa forzada.
Shizuka no sabía que hacer en estos momentos, así que lentamente retrocedió porque sintió como las cosas estaban a punto de dar un giro de 180°.
"Ok, voy a darte en el gusto" - dijo Kurama con una enorme sonrisa en su rostro, aunque Miya sentía que esa sonrisa no presagiaba nada bueno - "Me parece perfecto, voy a cogerte hasta que quedes inconsciente, ese será un buen castigo"
"Más que castigo, parece una recompensa" - murmuró Shizuka mientras continuaba retrocediendo.
"Créeme, no es una recompensa" - respondió Kurama con una sonrisa - "El castigo no es el sexo, sino que luego de que termine contigo, no podrás olvidar esta noche, no, voy a satisfacerte tanto que nunca podrás sacarme de tu mente"
Miya solo pudo sentir como su boca se secaba mientras imaginaba el mundo de placer que estaba a punto de entrar.
"Y para tu desgracia, no voy a volver a tocarte en un buen tiempo" - continuó Kurama mientras los ojos de Miya se abrían con terror - "Recordarás cada toque sobre tu cuerpo, cada sensación que te hará llegar al clímax, solo para recordar como no podrás volver a repetirlo hasta que yo lo decida"
Miya no sabía que decir, ella estaba temblando ante la idea de llegar al cielo, solo para caer al infierno en cuestión de segundos.
"¿Qué te parece mi castigo?" - preguntó Kurama mientras tomaba a la mujer de la cintura y la mirada con sus ojos de diferente color.
"Y-Yo" - Miya sabía que decir mientras sentía como la temperatura de su cuerpo aumentaba con cada toque que el chico frente a ella le daba.
"Eres sexy, Miya" - dijo Kurama mientras le mordía la oreja a la líder Nadeshiko - "Puedo ver como Shizuka heredó tu sensualidad"
Shizuka se sonrojó ante las palabras de Kurama mientras intentaba salir de la habitación, solo para notar como un clon había aparecido delante de ella. Era obvio que Kurama no la dejaría fuera esta noche.
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