Unos días después…
Finalmente llegaron a casa. Abigail ya estaba cansada, pero el jetlag la hacía sentir aún peor. Se dirigió hacia su dormitorio, sus pasos lentos y deliberados. El peso del agotamiento se asentó sobre ella, arrastrándola hacia la comodidad de la cama sin molestarse en cambiarse de ropa.
Mientras tanto, Cristóbal recibió una llamada telefónica de su padre, quien le pidió que fuera a la mansión de inmediato. Él aceptó de buena gana, ya que quería evitar cualquier conversación con Abigail.
Se apresuró a ducharse y vestirse. Al salir del armario, vio a Abigail acercándose a él.
—¿Vas a salir? —preguntó ella sorprendida. Se preguntaba a dónde iba.
—Sí... Papá quiere hablar conmigo.
—Oh... —Abigail asintió, dándose cuenta de que toda la familia debía estar intrigada por Britney. Puso una sonrisa en su rostro y suavemente puso su mano sobre el pecho de él. —Vuelve temprano. Yo cocinaré para ti.